De lo poco que leo publicado por otros colegas médicos o periodistas no médicos, relacionado con la salud, casi siempre se me ocurre cotejar si lo que publican, coincide o no, con mi limitada experiencia en medicina y en periodismo médico y de ahí compartir, por este medio, con argumentos, mis puntos de vista, muchas veces controvertidos y de esa forma, los lectores sanos o enfermos, pueden contar con varias opciones para abordar y tratar de resolver sus achaques. No es mi intención corregir ni cambiar el criterio respetable y mucho menos, descalificar a ningún médico.
Por mi especialidad en Medicina Interna, que incluye todas las enfermedades de los adultos: corazón, sistema nervioso, tubo digestivo, endocrinología, vías respiratorias, vías urinarias, infecciones, reumatología, hematología, y otras, me atañe la responsabilidad de intervenir en el campo de todas las enfermedades en los citados órganos. Si los enfermos y los médicos especialistas piensan que solo los especialistas son los únicos que pueden resolver los problemas de los enfermos, estamos en un error, a los médicos generales les incumbe la responsabilidad de resolver satisfactoriamente de 70 a 80% de los problemas de todos los órganos del cuerpo humano. Más claro, ningún médico es dueño del conocimiento absoluto, por muy… especialista que se sienta un médico, siempre hay otro que sabe algo más.
No obstante lo anterior, hay reglas establecidas de jerarquía social: en general, pocos médicos admiten ser cuestionados por sus enfermos, pocos especialistas aceptan ser cuestionados por un médico internista o médico general; pediatras, cirujanos generales, ginecólogos no admiten cuestionamientos de quienes no son de su especialidad. Y lo más trascendente, el gremio médico en general acepta este estatus: rara vez algún médico de inferior jerarquía cuestiona a un superior. Lo que sí es muy frecuente, es cuando hay celo y competencia inmoral profesional entre uno y otro médico, independientemente de su jerarquía académica o administrativa, en estas circunstancias si se da la agresión, la denigración, del otro, y los enfermos son utilizados como campo de batalla para descalificarse, por ejemplo, operando pacientes cuando un médico dice que no es necesaria la cirugía o dejar de operar cuando sí es necesaria, con el perverso objetivo de exhibir a un colega. Menciono esto porque me consta.
El jefe siempre tiene la razón.
Este es el fenómeno social de la obediencia ciega: en el matrimonio debe obedecer al hombre según precepto religioso, en el hogar hay que obedecer a los progenitores, en la escuela a los maestros, en la iglesia a los párrocos, en el trabajo al jefe.
Bien dice un refrán, el que sabe… sabe… y el que no… es jefe.
«Prescripciones inconvenientes en el tratamiento del paciente con deterioro cognitivo» es el título de un artículo médico de una revista de neurología relacionado con pacientes con edad acumulada y sometidos a tratamiento con múltiples fármacos. El texto hace alusión a los efectos deletéreos de la multifarmacia, más de cinco medicamentos en personas muy sensibles como lo son los que han acumulado su edad, y que al ser valorados por varios especialistas ingieren 10, 15 o más medicamentos diarios.
El texto que sigue es un resumen del enlace siguiente:
https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0213485312001855
«Introducción: Algunos fármacos resultan inconvenientes en pacientes con deterioro cognitivo. Se analiza su uso en 500 pacientes y se revisa la bibliografía. Las benzodiacepinas producen dependencia y reducen la atención, memoria y agilidad motora. Pueden inducir desinhibición o agresividad, facilitan los episodios confusionales e incrementan los accidentes y la mortalidad en mayores de 60 años. En mayores de 65, la presión sistólica baja se asocia a deterioro cognitivo. Es recomendable mantenerla en 130-140 mmHg (145 en mayores de 80 años). La colesterolemia menor a 160 mg/dl se asocia a mayor morbimortalidad, agresividad y suicidio, y el colesterol unido a las lipoproteínas de alta densidad (c-HDL) menos de 40 mg/dl empeora la memoria y aumenta el riesgo vascular y la mortalidad. La edad avanzada predispone para que los opioides produzcan alteración cognitiva y confusión. En demencias no Alzheimer y no asociadas a Parkinson, deterioro cognitivo ligero y enfermedades psiquiátricas, los efectos adversos de anticolinesterásicos (donepezilo, galantamina y rivastigmina) y nemantina para el Alzheimer, probablemente superan al beneficio, igual que la L dopa para Parkinson. Hay que conocer la demencia o psicosis por corticoides, y saber que la polifarmacia facilita el síndrome confusional. El 70.4% de 500 pacientes con disfunción cognitiva analizados recibía polifarmacia y el 42%, benzodiacepinas. Los que compartían ambas situaciones representaron el 74.3% de los casos en los que se sospechó iatrogenia.
»Conclusiones: En personas con edad avanzada o deterioro cognitivo, es necesario evitar la polifarmacia innecesaria y tener presente que las benzodiacepinas, los opioides y los anticolinérgicos y los antidepresivos como la venlafaxina, juntos, producen frecuentemente alteraciones cognitivas y conductuales. Además, deben evitarse la presión sistólica menor de 130 mmHg, el colesterol menor de 160 mg/dl y el colesterol HDL menor de 40 mg/dl.
»Las benzodiacepinas producen dependencia y reducen la atención, memoria y agilidad motora. Pueden inducir desinhibición o agresividad, facilitan los episodios confusionales e incrementan los accidentes y la mortalidad en mayores de 60 años».
Yo comento que coincido con este reporte. He visto pacientes tomando sedantes (benzodiazepinas) por años, con dependencia psicológica y física tan confundidos que a pesar de dormir 10 a 12 horas al día, aseguran que llevan varios días sin dormir nada. Bien confundidos. Un sueño normal es mínimo de cinco horas o más en 24 horas.
Diazepam (Valium) y otras benzodiazepinas se emplean como ansiolíticos, antiepilépticos y relajantes musculares, rara es la persona adulta a la que no le hayan prescrito alguna vez alguna de estas benzodiazepinas: Flurazepam (Dalmadorm), Flunitrazepam (Rohypnol) Lorazepam (ativan) con un efecto hipnótico. Clonazepam (Rivotril) para obtener un efecto ansiolítico y antiepiléptico. Triazolam (halción) Bromazepam (lexotán) Midazolam (dormicum).
Y estos sedantes combinados con medicamentos para la presión arterial, para la depresión, para ansiedad, para la próstata, para Parkinson, para la memoria, propicia que muchos adultos viven «sedados» y para tomar 15… 20 píldoras al día. Me consta.
Lea Yatrogenia