Niggles Black se ha ganado un lugar en la escena local a través del baile y la originalidad; sin embargo, el ser bajo la peluca y el maquillaje busca un equilibrio entre el personaje y su verdadera esencia
Pasó el Pritt sobre sus cejas pobladas y esperó a que secara el pegamento, con una esponja coloca mientras el corrector y el polvo base sobre el rostro. Sus movimientos no son toscos, pero tampoco tan delicados como se esperaría de una Drag Queen. Se llama Ángel Ricardo Rodríguez y tiene 24 años; delgado, moreno, de estatura baja y sonrisa espontánea. Vive en Valle de las Flores Infonavit y comparte casa con un rommie.
Seis años y medio haciendo de Niggles Black, de las primeras que inició en Saltillo el movimiento de las dragas junto con otras, cuenta. Niggles Black es un nombre peculiar y es precisamente lo que Ángel quería cuando lo ideó: «buscaba algo extravagante, Niggles no tiene un significado, pensé en muchos nombres; no me quise llamar Gaby o Andrea, es muy común y no quiero ser travesti, quiero ser Drag. Estuve pensando y de repente se me vino a la mente el Niggles, y el Black es el apellido que tiene Ru Paul, una Draga que me gusta mucho porque se hace un cuerpo muy bonito y de ahí saco también como el cuerpo que yo me pongo».
Continúa con el ritual estético frente a un espejo rectangular a la altura de su rostro y advierte que el proceso es meticuloso, prolongado. Empezó a ser Drag recién cumplidos los 18 años, recuerda, fue en una fiesta de Halloween cuando decidió vestirse no de mujer tal cual, pero hizo cosplay de un personaje femenino de una película de terror. «Fue la primera vez que usé tacones, falda, peluca larga y que intenté hacerme un maquillaje femenino». Fue un doble debut, porque también acudió por vez primera a un antro gay. «Estaba contento e impresionado de ver a toda la comunidad, a los travestis, los shows, todo lo que había dentro del antro y me motivó a ser como ellas, por ejemplo, peinarme y maquillarme como una de ellas, y mejorar. Ahí empecé a agarrarle el gusto a vestirme de mujer».
Después en una serie de televisión vio cosas más extravagantes y elaboradas de estos personajes, «le fui agarrando más el gusto y cuando termina la temporada de la serie justamente sale la convocatoria Next Drag Súper Star Saltillo, me inscribí; ahí nació el personaje. Quedé en la final sin saber nada, le eché muchas ganas». Fue en 2018 y la ganadora fue Zurda Rodríguez. Llegó nuevamente otra convocatoria —Grandiosas del Drag— ahora de RCG, canal de televisión local, quien trasmitió el certamen. Su mamá acudió a la final y fue la primera vez que lo vio personalmente vestido de mujer, ya que antes solamente había sido a través de fotografías y videos. «Ese día casi lloro porque la vi, llegó a mi casa y llegó también mi papá, me saqué de onda cuando llegaron porque les había comentado de la final, pero no los esperaba». Fueron a apoyarlo en lo que necesitara y a llevarlo al concurso. «Me sorprendió mucho que mi papá me viera vestido de mujer». ¿Y cómo reaccionó?, le pregunto. «Mi papá es alguien muy gracioso, lo toma todo con gracia y empezó a hacer chistes y comentarios para estar bien él, y mi mamá no dijo nada, sólo me vio muy impresionada». En la final su madre permaneció en todo el certamen, pero su padre salió por motivos laborales. Posteriormente, al ver el video del evento, su papá le dijo que «de todos los finalistas tú fuiste el que hizo el mejor show, me dio muchos ánimos. Me coronaron y ahí tengo mi corona de segundo lugar, y mis papás me vieron en persona como soy».
No siempre tuvo el apoyo de su familia. Cuando empezó a usar pelucas y a maquillarse no fue vistiéndose de mujer, sino como personajes de la comunidad Friki u Otaku y a sus padres no les gustó. «No eran pelucas largas ni que anduviera vestido de dama, pero los personajes de los animes traen pelos un poco largos y de colores, compraba pelucas y no les parecía, compraba maquillaje y me lo tiraban, me lo escondían o lo regalaban. Todo ese tipo de cosas no eran bien vistas en mi familia en ese tiempo; la sufrí porque peluca que compraba la escondía muy bien para que no me la tiraran». ¿Cuándo supo Ángel que era gay? «Desde chiquillo lo supe, siempre me gustó mucho lo brilloso, lo extravagante, siempre estaba con mi mamá y mis hermanas, las veía cómo se vestían para las fiestas, los zapatos; fue cuando le empecé a agarrar más gusto. Tenía gustos muy diferentes al de los otros niños».
Ángel de día
Ángel es instructor de baile folclórico, su principal actividad laboral, y también se dedica a la costura elaborando trajes para este tipo de danzas. «Hago también vestuarios Drag, todos mis vestuarios yo me los hago». Actualmente da clases a un grupo de niñas y niños en el centro de Saltillo.
En cuanto a su educación, terminó la preparatoria y por cuestiones económicas no pudo costearse la universidad, ya que a los 18 años salió de la casa de sus padres para comenzar una relación con un hombre. Fue el periodo en que no aceptaban su sexualidad y le arrojaban sus cosas. «No quería vivir así». Con su pareja compartió una vida en común durante seis años. «Gracias a él pude continuar con esto; terminamos bien». Hoy en día está soltero, pero ¿cómo es Ángel como pareja? «Ay, aquí queda todo, (ríe) siempre trato de dar todo, me gusta mucho querer y demostrar lo que siento, siempre estoy dando amor y cariño; a pesar de que no me ha ido tan bien en el amor sigo siendo la misma persona, porque sé que cosas buenas me van a pasar, quizá no ahorita, sino después, ahorita no voy a estar en la mejor versión con la persona que esté, pues a futuro».
Y es que en toda su vida se ha enamorado dos veces; una, del hombre con el que se fue a vivir a sus 18 años, y el otro un chico con el que terminó la relación recientemente, que si bien duró sólo siete meses, le rompió el corazón por una infidelidad y además le demandaba que dejara de trabajar como Drag. «No tengo la necesidad de estar con alguien, ya no pienso dejar esto por alguien, porque me da de comer».
No obstante, en el fondo de su corazón Ángel desea ser amado y ser visto más allá del vestuario. «Me interesa Ángel la persona, no el personaje». Conforme avanza la plática, baja la guardia y confiesa que sí le gustaría tener ese apoyo emocional, sentimental de una pareja, «estar con alguien que me quiera y compartir todos los momentos». ¿Cómo te gustan los hombres? «El físico me da igual; me inclino más por un hombre no tan varonil ni tampoco tan femenino, sé que también puedo ser yo las dos cosas, y sentimentalmente nada más pido que sea algo mutuo, recíproco, saber que estamos ahí el uno para el otro, que fluya bien».
Draga de noche
¿Qué es tu personaje, qué proyectas? «Siento que soy una persona cambiante, no encasillarme, hacer cosas diferentes en vestuario, maquillaje, hacer cosas distintas. Lo único que siempre se quedará es el maquillaje de la boca y de los ojos, que son características que me definen y me identifica el público. Soy una persona fan del anime y mi maquillaje está basado en eso». Bien lo dijo Ángel, el proceso de transformación a su personaje le lleva horas. Mucho antes de que concluyera su ritual, me despido de él en su casa. Lo veré en la noche en la participación que tendrá en el bar La Galera, en el centro de la ciudad. Llego y no lo veo, realmente no es sencillo, el ambiente está lleno de personajes Drag con vestuarios llamativos, maquillajes cargados, pelucas, tacones altísimos y una variedad de personalidades.
Imitan a artistas, pero cada una con el estilo de su personaje; no faltan los albures, las palabras altisonantes y las bromas alusivas al sexo. Tampoco los concursos de baile entre dragas y clientes. Justo cuando busco donde sentarme me lo encuentro de frente, no lo reconozco, me saluda con su sonrisa espontánea.
La transformación es tan real como la originalidad de su maquillaje y atuendo que dan forma a su personaje. El que ameniza lo anuncia por el micrófono y Ángel corre con el DJ a pedir la canción. Se prepara para su entrada y el DJ suelta la melodía del género salsa y en medio del humo artificial emerge Niggles Black con su gran vestido naranja del que luego se despojará, con pasos rítmicos, sensuales; un baile bien estructurado y ejecutado. En nada se parece al chico tímido con el que platiqué hace unas horas. Su destreza para el baile, carisma y su personalidad bien plantada en el escenario, me recordó a Francis y su show travesti.
La Galera no es el único ingreso económico de Ángel como Drag Queen, también ofrece espectáculos en otros antros, fiestas y shows privados. Dice que no todos quienes son dragas tienen facilidad de palabra u ofrecen presentaciones como él, algunas son solamente de fotos o de concurso.
Satisfecho del lugar que ha ganado, presume que ya es conocido en el ambiente Drag y la gente lo ubica bien por su trabajo y estilo, y lo buscan. Del municipio de Sabinas lo invitaron al Desfile del Orgullo Gay en junio pasado. Y es que parece sencillo dar un espectáculo de Drag, pero «hay que entretener al público». Niggles Black empieza con una canción para captar su atención, después interactúa con la gente, hace dinámicas y luego los lipsings (shows), que pueden ser de 30, 40 o 60 minutos y él los prepara. La mayoría de los clientes son mujeres, refiere, trabajó en una fiesta por el Día de las Madres, «se puso muy divertido».
La vida no es un show
¿Ustedes las Dragas no son más atractivas para los hombres varoniles o hetero? «Sí, pero cuando es un hetero siento que no se puede dar nada porque no están metidos en la comunidad y yo quiero salir con alguien tomado de la mano, no creo que vaya a querer o demostrarle cariño en público, sería algo clandestino, sería estar escondidos. Con los heteros siempre están ahí de morbosos, pero algo formal no va a funcionar, nos van a lastimar sentimentalmente si es que nosotros buscamos algo bien». Siento que hay mucho estigma, continúa, de conocer a una persona que se vista de mujer o conocer a quien esta abajo del personaje, es algo que he vivido y creo que muchos también; se siente feo porque te rechazan por ser quien eres.
«Las drags y los travestis son los menos aceptados por la comunidad LGTB, por mis propias vivencias, de amigos y de otros que me han contado, son a los que rechazan más. Si llegan a conocer a alguien de varón y les cuenta que se viste de mujer, pierden el “encanto” por así decirlo, o ya no somos de su interés, buscan algo con alguien varonil no con alguien afeminado o que se vista de mujer. A mí me da igual ahorita, porque estoy enfocado en otras cosas, pero antes sí me daba cosita».
Finalmente, le pido que en una palabra resuma su vida hasta hoy y responde casi de inmediato: complicada. «Por todo lo que he pasado y estoy viviendo dentro de mi relación familiar y mis relaciones sentimentales, con lo del Drag, la parte independiente de mí, siento que todo es complicado, pero todo se puede resolver. He seguido adelante porque no me doy por vencido, sé que siempre hay luz al final de todo el camino, que hay altas y bajas. Siempre estoy luchando por seguir adelante y demostrarme a mí mismo que con compañía, solo, con apoyo familiar, sin apoyo familiar, yo puedo hacer las cosas, puedo valerme por mí mismo. Sé que al final de esto todo tiene sus frutos, en cualquier sentido y eso es lo que me motiva a no darme por vencido. Cosas buenas vienen para Ángel, cosas buenas vienen para Niggles, que todos los sacrificios que he hecho van a tener su recompensa tarde o temprano». E4