¿Autocuidarse o consultar un médico?

Se pregona la prevención de la automedicación, que es peligrosa, que hay que evitarla y que es mejor consultar a un médico. ¡Caramba! En la práctica, difiero un tanto de estas recomendaciones y comparto algunos argumentos al respecto.

Discrepar en medicina es la regla, pero hay que aprender a hacerlo con moderación, con educación y aún con refinada elegancia. Intentaré cumplir con estos requisitos, de no ser así, que mis dos lectores y medio me lo demanden.

https://www.infoilar.org/es/articulos/mitos-y-verdades-sobre-autocuidado

Al hablar de autocuidado de la salud puede venir a su mente hacer ejercicio, beber agua o mantener una alimentación saludable. Pero ¿es esto suficiente para cuidar de su salud? ¿Cómo cuidarse cuando aparecen malestares o síntomas leves? ¿Es el autocuidado solamente prevención?

Para comprender mejor el universo del autocuidado, Juan Thompson, director general de la Asociación Latinoamericana de Autocuidado Responsable (ILAR), responde para ayudar a aclarar algunos mitos y verdades de esta práctica y promover un autocuidado responsable para un sistema de salud sostenible en América Latina.

El autocuidado es una práctica para prevención y cuidado de la salud.

Verdad. El autocuidado definido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) está relacionado con un enfoque multidisciplinario para la atención de la salud y la prevención de enfermedades. Adicionalmente, a nivel mundial se han establecido siete pilares de autocuidado. Estos pilares consideran: la alfabetización en salud, autoconocimiento y autoconciencia de la salud física y mental, actividad física, alimentación saludable, prevención de riesgos (como fumar o beber alcohol en exceso), hábitos de buena higiene y el uso racional servicios y productos de salud, como el uso consciente de medicamentos de venta libre. Puede lograrse con educación médica social al alcance del público en general, en grupos de personas pues, aunque yo intento hacer esta labor en la consulta individual y mediante esta columna, los buenos resultados son aislados.

La automedicación es una práctica peligrosa.

Mito. Es necesario explicar que existen dos conceptos que son utilizados muchas veces como sinónimos, pero que son bastante diferentes: automedicación
y autoprescripción.

La automedicación responsable es una estrategia de autocuidado, y permite al paciente utilizar medicamentos de venta libre para tratar afecciones simples. Ejemplos: una persona bien informada, con catarro común, puede automedicarse inicialmente con un calmante antigripal recomendado por su médico de confianza, y si a los tres o cuatrodías no hay mejoría o empeora, debe buscar apoyo profesional. O con una diarrea aguda verdadera, con tres o más evacuaciones abundantes en una hora, de «chiflido, corre que te alcanza, o quítate que ahí te voy», sin vómito, puede tomarse una loperamida (antidiarreico rápido) abundantes líquidos y si en seis u ocho horas la diarrea no se controla deberá consultar con un médico ante el riesgo de complicaciones graves como la deshidratación. En ambos ejemplos se pueden utilizar remedios caseros con hierbas de uso común y probadas de ser inofensivas.

La autoprescripción, por otro lado, es una práctica irresponsable, en la que el paciente utiliza medicamentos que requieren prescripción o receta médicas por su cuenta y sin supervisión de un profesional de la salud.

Ejemplo frecuente: una persona con bronquitis asmática leve, se autoprescribe dexametasona, por ejemplo, (derivado de la cortisona) una ampolleta cada 24 horas, se aplica dos o tres dilatadores bronquiales como el salbutamol e ipatropio en spray, y toma algún jarabe con teofilina. Si bien desaparece el espasmo bronquial, empeora por los efectos colaterales de estos cuatro medicamentos: palpitaciones, ansiedad y desesperación, elevación de la presión arterial, insomnio… Y recurrió a estos medicamentos, porque previamente se los prescribió algún médico, pero sin orientación en relación a los efectos colaterales nocivos con el riesgo de complicaciones serias con arritmias mortales, como alguna vez una mujer adulta joven, con catarro común por estas fechas, tenía una posada y para lograr acudir a esa posada se autoprescribió 10 tabletas en unas 12 horas, de un antigripal inofensivo con tres o cuatro dosis en 24 horas. Aquel viejo y conocido antigripal era uno de tantos que contenía pseudoefedrina, pariente químico de las anfetaminas, de venta libre. Murió con esas 10 tabletas, por sobredosis de anfetaminas.

Al dios Maradona, durante su bella época, en las pruebas antidroga del futbol, le encontraron todos los antigripales que contenían seudoefedrina (anfetaminas). Es de «mala leche» pensar que ingería antigripales para estimularse, yo supongo que padecía de «catarro crónico» e ingería antigripales para no contagiar a sus compañeros, pues él contaba con «la mano de dios» para anotar sus golazos.

Los medicamentos de venta libre o sin receta han sido probados exhaustivamente y después aprobados por las autoridades reguladoras para que puedan ser adquiridos y usados por las personas sin necesidad de una receta médica, por su seguridad y eficacia. Estos medicamentos son usados para tratar enfermedades y síntomas leves, como por ejemplo diarrea, gripe, dolor lumbar, entre otras.

No debe tomar medicamentos sin antes consultar siempre a un médico.

Mito. Los medicamentos de venta libre no requieren una receta o prescripción médica. Un paciente con un síntoma leve, como por ejemplo dolor de cabeza, dolor de espalda o diarrea, puede adquirir estos medicamentos en la farmacia o establecimiento autorizado sin necesidad de tener la receta de un médico. Si necesita orientación, puede consultar al farmacéutico. Consultar a un profesional de salud lo ayuda a tener la información correcta y necesaria para cuidar de sí y evitar consultas innecesarias al médico.

Debo comentar, con todo respeto para el gremio médico, que se observan más casos de yatrogenia directamente causadas por las prescripciones médicas, incluso de alta especialidad, principalmente pacientes intoxicados con los fármacos para enfermedades cardiovasculares como la hipertensión arterial con arterioesclerosis, en comparación con los daño de la automedicación dado que, muchos médicos prescriben de tres a 10 medicamentos en una sola receta, en tanto la automedicación, no pasa de uno o dos medicamentos.

Y para muestra, este enlace:

https://www.who.int/es/news/item/13-09-2019-who-calls-for-urgent-action-to-reduce-patient-harm-in-healthcare.

«Cada año millones de pacientes sufren daños a causa de una atención sanitaria poco segura, con un saldo de 2.6 millones de muertes anuales tan solo en los países de ingresos bajos y medianos. La mayoría de estas muertes pueden evitarse», reza un párrafo, y me consta en la práctica. Ocasionalmente hay muertos por automedicación.

Lea Yatrogenia

Egresado de la Escuela de Medicina de la Universidad Veracruzana (1964-1968). En 1971, hizo un año de residencia en medicina interna en la clínica del IMSS de Torreón, Coahuila. Residencia en medicina interna en el Centro Médico Nacional del IMSS (1972-1974). Por diez años trabajó como médico internista en la clínica del IMSS en Poza Rica Veracruz (1975-1985). Lleva treinta y siete años de consulta privada en medicina interna (1975 a la fecha). Es colaborador del periódico La Opinión de Poza Rica con la columna Yatrogenia (daños provocados por el médico), de opinión médica y de orientación al público, publicada tres veces por semana desde 1986.

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