La muerte del Papa Francisco, a los 88 años de edad, deja un legado en el Vaticano que sin duda podría definir el rumbo de la elección del nuevo sumo pontífice de la Iglesia católica en el mundo y que incluso establecería la posición político y social de la religión con más seguidores en el planeta.
El inesperado fallecimiento de Jorge Mario Bergoglio después de sobrevivir a afecciones pulmonares adelantó un proceso que aparentemente se tenía planeado y en el que participarán cardenales para elegir al sucesor de quien se consagró como un Papa progresista dentro del catolicismo.
El Papa Francisco nombró un número importante de cardenales que participarán en el Cónclave y podrían emitir su voto y ofrecer su apoyo a aquel cardenal con coincidencias al Papa Francisco y que podría dar continuidad a su legado dentro y fuera de la Iglesia.
Sin duda, no será fácil ni tampoco seguro que el próximo papa mantenga esa línea de apertura dentro de la Iglesia pues existe una oposición expresa y radical incluso entre algunos cardenales nombrados por el extinto sumo pontífice.
El ala conservadora y estricta de la Iglesia católica buscará recuperar terreno y dirigir los destinos de la religión con más seguidores en el mundo con un carácter mas estrecho y sin apertura a temas controversiales como la homosexualidad y el divorcio, entre otros.
La posición de la Iglesia para los próximos años se antoja interesante pues la apertura que se logró en el papado que terminó, difícilmente va a cambiar y es necesario que se mantengan canales de apertura, diálogo y análisis para mejorar y aumentar la feligresía y mantener la que se tiene.
Además, subsiste un reto para que la Iglesia católica se convierta en un verdadero referente de negociación e intervención para la paz ante las guerras y los abusos gubernamentales del nuevo modelo político del populismo.
El próximo líder de los católicos en el mundo debe adoptar un papel más estricto y de voz de mando para enfrentar temas como la guerra, la migración, la delincuencia organizada y la adicción de las drogas, como parte de los flagelos más graves que aquejan a los seres humanos.
El legado de Francisco deberá aprovecharse como parte de una estrategia genuina de acercamiento y apoyo a los pobres y erradicar de la Iglesia católica los privilegios y exageraciones de comodidad o riqueza.
Jorge Mario Bergoglio deja en la historia del Vaticano que el papado debe ser humilde, sencillo y cercano a todos con una apertura a escuchar y negociar sobre la nueva dinámica de la vida humana sin dejar de respetar los preceptos religiosos del catolicismo.
El próximo papa será definido por un grupo selecto de poco más de 130 personas que tendrán en sus manos el destino y la historia de la Iglesia católica, la religión con más seguidores en el planeta.