Cambio indubitable

México es hoy distinto al de hace seis años, cuando Andrés Manuel López Obrador asumió la presidencia. El cambio resultó negativo para algunos sectores; sin embargo, la mayoría lo juzga conveniente. ¿Cómo determinar ese balance? La respuesta está en las urnas. De existir una insatisfacción generalizada, el resultado de las elecciones del 2 de junio habría sido contrario al partido gobernante como ocurrió en los tres procesos previos. AMLO mantuvo el rumbo contra viento y marea, aferrado a un proyecto tejido pacientemente y con la participación de millones de mexicanos, antes ignorados y excluidos de la toma de decisiones.

La coalición opositora sumó los pasivos de tres fuerzas decadentes y sin respaldo ciudadano. Morena, en cambio, matizó la imagen del PT y el PVEM, lastrados por escándalos y prácticas antidemocráticas. Juntos o separados, el PRI, PAN y PRD perdieron ocho de cada 10 elecciones celebradas entre 2018 y 2023. Una de las razones es que «la mala reputación del PRI, partido considerado el más corrupto de México, tiñe al resto de los integrantes (de la alianza) ante los votantes indecisos», dice Viri Ríos, analista de BBC News Mundo. En ese contexto, Claudia Sheinbaum logró «la victoria más grande en la historia de la joven democracia mexicana», observa.

El frente opositor jamás tuvo posibilidades reales de ganar la presidencia. Sin discurso y con una candidata poco competitiva y presa de las cúpulas, recurrió al miedo como arma de campaña. Comparar a AMLO con Hugo Chávez, Nicolás Maduro y otros dictadores, no surtió efecto, pues los electores dejaron de comulgar con ruedas de molino. «Sheinbaum ganó entre los votantes de todo género, edad, educación, profesión o ingreso, con excepción de los patrones o las personas con licenciatura, que representan menos del 17% de los votantes». Reflejo de su atonía y pobreza ideológica, la bandera de campaña de la oposición se basó en el rechazo a López Obrador, pero no tuvo eco entre la mayoría.

«La idea de que la democracia mexicana está en riesgo y el país se encamina hacia una dictadura, tampoco es un sentir mayoritario», advierte Ríos. Incluso el 32% de los electores identificados con la marea rosa, movilizada en favor de Xóchitl Gálvez, anticipó su voto por Morena, de acuerdo con una encuesta de El Financiero. Negar que hoy México es otro, lejos de contribuir a la armonización necesaria para avanzar y crecer sobre nuevas bases, prolongará el encono. El filósofo Jean François Revel (1924-2006) recuerda al respecto: «Incluso escarnecida, la democracia se ha impuesto a todos como valor de referencia».

México dio el paso hacia la democracia al despuntar el siglo, después de 70 años de sistema unipartidista. El país ha sido gobernado en los últimos 24 años por el PAN, en dos periodos; por el PRI, en uno; y en otro por Morena. Los mexicanos pudieron votar por el retorno de los dos primeros a la presidencia, pero optaron por quien ofrecía un cambio verdadero. Los partidos compiten por el poder para ejercerlo el mayor tiempo posible y para implantar su programa. El límite lo fija la ciudadanía en las urnas. Morena entendió las circunstancias del país y se atrajo el voto de las mayorías. La contribución de López Obrador fue enorme. La derrota del PRIAN y de los poderes fácticos es consecuencia de su ensimismamiento e incapacidad para comprender y aceptar la nueva realidad. Mientras persistan en su visión maniquea del mundo, seguirán atrapados en su laberinto.

Un acto de justicia

Carlos Slim encabezó la lista de los hombres más ricos del mundo, por encima de Bill Gates (Microsoft), entre 2010 y 2013 de acuerdo con la revista Forbes. La posición la ostenta hoy el extravagante CEO de Tesla, Elon Musk. En la clasificación de este año, el magnate mexicano ocupa el lugar 11, uno por debajo del inversor y filántropo Warren Buffet. El líder de Grupo Carso y de América Móvil es el más acaudalado de América Latina, con 101 mil millones de dólares. El dinero tiene alas, pero no ideología. Slim ha sabido adaptarse a los tiempos políticos. Durante la euforia privatizadora de Carlos Salinas de Gortari, el empresario de ascendencia libanesa adquirió una mina de oro llamada Teléfonos de México (Telmex). En la 4T aumentó su fortuna, pues el olfato que tiene para los negocios lo posee también para la política. La relación con Andrés Manuel López Obrador empezó cuando el tabasqueño era jefe de Gobierno de Ciudad de México.

Con el mismo pragmatismo, Arturo Elías Ayub, director de Alianzas Estratégicas y Contenidos de América Móvil, yerno de Slim, fijó el 11 de septiembre su posición con respecto a la reforma judicial, aprobada horas antes en la Cámara de Senadores. «Me preguntan muchos: Y ahora qué hacemos? Pues nos adaptamos a las circunstancias, buscamos las oportunidades (creo que vendrán muchas), las aprovechamos y nos ponemos a chambear. Este es un gran país y juntos vamos a salir adelante. Así que a darle con todo», publicó en la red social X. El poder económico será uno de los principales afectados por la nueva estructura del sistema de justicia, pues dejará de influir sobre magistrados y jueces. «La justicia —advierte Platón— no es otra cosa que la conveniencia del más fuerte».

Uno de los señalamientos recurrentes contra AMLO es por su conservadurismo económico. No subió los impuestos a los más ricos ni interfirió en sus negocios. «Nadie debe decir que le fue mal en lo económico», declaró López Obrador en su última gira por Oaxaca, acompañado por su sucesora, Claudia Sheinbaum. El caso de Altos Hornos de México (AHMSA), ejemplo del capitalismo de compadres promovido por Salinas, es excepcional. Alonso Ancira aprovechó el padrinazgo de Salinas para exprimir la empresa y a los proveedores al máximo. Quitare el control de la acería liberó al estado de su cacicazgo.

En una de sus últimas apariciones, con motivo de la XIX Cumbre de Premios Nobel de la Paz, Carlos Slim criticó que México y Estados Unidos destinen mayores ingresos a los jubilados, uno de los sectores castigados por los Gobiernos neoliberales. Es absurdo que el hombre más rico del país, cuya fortuna escaló después de adueñarse de Telmex, niegue a otros la posibilidad de mejorar. La reforma al sistema de pensiones propone que los afiliados del IMSS y el ISSSTE se retiren con el 100% de su salario con un complemento solidario. Para Slim, con el 80% del último sueldo bastaría, pues a su edad no gastan tanto y su «nivel de vida (es) bastante diferente» (El Financiero, 19.09.24).

¿Alguien le pidió a Slim, cuando llegó a los 60, 70, 80 mil millones de dólares, detenerse porque su riqueza era excesiva en un país mayoritariamente pobre? Los jubilados pueden no estar sujetos a los mismos apremios de cuando sus hijos asistían a clase, pero tienen derecho a disfrutar de su retiro después de una vida de trabajo y de subsistir con salarios miserables e incrementos anulados de antemano por la inflación. Se trata de un acto de justicia, el cual, si bien es tardío, mejorará las condiciones de millones de mexicanos.

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