En México, la seguridad es una materia que requiere de una gobernanza multinivel con la participación de los tres órdenes de Gobierno y de diversos actores sociales. Los Gobiernos tienen el reto de coordinarse entre ellos, pero también en su interior con las diferentes dependencias con atribuciones para la prevención, investigación, persecución y sanción de los delitos.
Coahuila de Zaragoza realiza buenas prácticas desde la mesa estatal de seguridad, donde federación, estado, municipios y el Poder Judicial, actúan de manera armónica para llegar a un fin común.
Un ejemplo, es la información reciente que divulgó el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, que muestra a Coahuila como la segunda entidad con menor número de víctimas en homicidios dolosos por cada 100 mil habitantes en todo México. Además, de acuerdo a datos recientes arrojados por el Inegi, nuestra entidad fue calificada como el segundo estado más seguro de México.
La complejidad de la gobernanza de la seguridad pública en nuestro país, depende de diferentes variables, entre los que se encuentran —principalmente— la división política entre los órdenes de Gobierno, la disponibilidad de recursos financieros y también, los modelos de gestión administrativa. El modelo de seguridad Coahuila resulta ser ejemplo, por la sinergia al interior con diversos actores sociales y por la excelente relación con las instituciones encargadas de seguridad y procuración de justicia a escala nacional.
Resulta considerable mencionar que la gestión variable en la administración pública fortalece el proceso de toma de decisiones y permite el diseño de estrategias para prevenir, contener y reducir el crimen, focalizando los recursos disponibles de una manera más eficiente. Esta nueva forma de gobernar, implica cambios en la manera de ejercer el liderazgo, la estructura y cultura organizacional, los cuales no son sencillos, ni rápidos; reconociendo que los cambios en estructuras gubernamentales y, sobre todo en instituciones de seguridad, son complejos, ya que son instituciones con jerarquías rigurosas y una cultura organizacional particular.
En Coahuila, el gobernador y el fiscal general tienen definido estas complejidades y hacen uso de herramientas de gestión que permiten fortalecer el diseño de estrategias de seguridad pública y procuración de justicia, lo que lleva a la entidad a un uso eficiente de los recursos. A diferencia de lo que ocurre en otras partes del país, Coahuila tiene una cultura de colaboración entre sociedad y Gobierno para preservar la seguridad en cada región y municipio. La coordinación efectiva entre autoridades y población ha sido factor determinante.
Actualmente a escala federal existe un nuevo paradigma que se basa en el principio de restarle base social a la criminalidad. Un nuevo enfoque de proximidad ciudadana y respeto a los derechos humanos, que fortalece una nueva dirección donde se prioriza la atención a las causas y la coordinación.
Recientemente, la delincuencia organizada quiso irrumpir en Coahuila; un enfrentamiento entre militares y civiles armados ocurrió en los límites de Coahuila con Nuevo León y Tamaulipas. Lo anterior dejó un saldo de dos elementos heridos.
La Fiscalía General del Estado de Coahuila dio a conocer que los hechos ocurrieron en una brecha en el municipio de Hidalgo. El ataque desde la frontera con Coahuila, quiso mermar la tranquilidad coahuilense, pero «La seguridad en Coahuila no descansa». Coahuila cuida, protege y blinda la entidad, todos los días, todo el tiempo. Resulta evidente el apoyo por parte del gobernador Manolo Jiménez Salinas para seguir cuidando nuestro estado.
Lo anterior es resultado de la coordinación y homogeneidad con el Gobierno federal. Coahuila trabaja desde un enfoque integral, para seguir ganando la confianza de los coahuilenses.
