Deportaciones y remesas

Los escenarios de dificultades y problemas económicos para México por las decisiones que pueda tomar el nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump en el futuro podrían generar afectaciones radicales en la economía de los mexicanos.

Si el presidente vecino cumple con las amenazas de deportar a connacionales al país, acomodarlos en un empleo será un reto, pero además satisfacer sus necesidades con los sueldos que se pagan actualmente en el sector formal e informal.

Los paisanos que trabajaron el año pasado en la unión americana enviaron 65 mil 600 millones de dólares que significaron el 3.5% del producto interno bruto de nuestro país.

Los recursos enviados generaron circulante y consumo comercial en entidades como Chiapas y Jalisco, como los estados que más remesas reciben en el país y una disminución podría impactar el desarrollo económico sobre todo en Chiapas donde existen altos niveles de marginación.

No es casualidad que algunos gobernantes y políticos del pasado y del presente se muestren agradecidos con los paisanos y que incluso presumen la llegada de remesas como si fuera un logro y no el fracaso de un sistema financiero y laboral fallido por la falta de empleos y sueldos suficientes.

Adicional a la deportación y la consecuente disminución de dinero procedente de Estados Unidos, Donald Trump había anunciado en el pasado un gravamen del 10% en los impuestos por envíos de dinero a México.

Ante la expectativa de estos dos factores provocará que la disminución podría alcanzar los 13 mil millones de dólares con una deportación del 20% de los poco más de once millones de mexicanos que se encuentran en el país del norte como ilegales.

El 2025 podría tener un panorama económico complicado por los niveles de inflación y los aumentos de precios en combustibles, alimentos y productos lo que implicaría una disminución natural del consumo y por ende negocios y comercios tendrán complicaciones que los pueden llevar a cierres y con ello cancelación de puestos de trabajo.

En el tema de las remesas poco o nada se habla entre las esferas gubernamentales, tal vez, bajo el supuesto de que aún no suceden las repatriaciones y la disminución de remesas, pero deberá ser un tema de análisis y evaluación y sobre todo de propuestas que pueden paliar el problema que se pueda generar.

Las posibilidades de que disminuyan los recursos son altas y sobre todo el impacto negativo en la economía de miles de familias que incluso dependen de los recursos que reciben del trabajo de los mexicanos del otro lado del charco y parecería que su recuperación será larga
y dolorosa.

El reto para gobernantes y ciudadanos será mejorar el gasto y sobre buscar nuevas y mejores fuentes de empleo que permitan una recuperación si no sustancial, al menos emergente para evitar la elevación de los índices de pobreza, marginación y por consecuencia delincuencia.

Autor invitado.

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