Con la designación de Omar García Harfuch como próximo secretario de Seguridad Pública Ciudadana, la doctora Claudia Sheinbaum tomó una decisión de impacto estratégico para los próximos seis y acaso hasta 25 años de México, porque tendrá el liderazgo de la política pública y la agenda para todos los pilares que dan cimientos al sistema integral de seguridad y de justicia.
Es una decisión de gran calado, con un elevado horizonte en la conducción de la seguridad pública, la nacional y la interior, así como para la procuración e impartición de justicia y el sistema penitenciario.
Procedo a explicar en dos puntos:
1. En 1994 la alianza con Estados Unidos y Canadá en materia económica mediante la firma del TLC fue también una alianza estratégica para la seguridad global, hemisférica, continental, regional y trilateral, que ha sido la columna vertebral de este acuerdo comercial del siglo pasado, pero central en el presente, reciente y el futuro de nuestro país: hablamos nada más de tres décadas.
No se puede entender el México de los últimos 30 años sin esta alianza comercial y de seguridad. No se podrá entender el México de los próximos 30 años, nuevamente, sin esta alianza comercial y de seguridad.
García Harfuch es el joven hijo de esta alianza en seguridad: nació, creció, se formó y ha dado resultados en ella. Su nombramiento, estratégico, hereda esta historia de 30 años y encabezará en 60 días un liderazgo los próximos seis años, pero que puede impactar 25 más en la agenda global de seguridad y de justicia.
No es casualidad que nuestro principal socio comercial haya recibido como una gran noticia su nombramiento. Tampoco es casualidad que aquí la comunidad empresarial, industrial y académica, así como diversas organizaciones y liderazgos de la sociedad civil y medios de comunicación, hayan recibido con agrado esta designación. Del otro lado de la frontera ocurre lo mismo, en especial para las agencias de Estados Unidos.
La cartera de Seguridad es tan importante para la estabilidad nacional como la de Hacienda. No existe desarrollo económico sin seguridad, que es la palanca del desarrollo económico, desde lo familiar hasta lo nacional y lo global.
2. García Harfuch conoce como pocos lo que se debe hacer, porque lo ha aprendido y porque lo ha vivido. Sabe cómo funciona el sistema integral de seguridad y de justicia. Ha sido desde siempre parte de él.
A Omar se le reconoce como el líder natural de todas las expresiones policiales del gobierno federal, de los estados y de los municipios. Para todos es «El Comandante Harfuch». No es una distinción menor la que le conceden 220 mil policías en todo país, que conforman el personal adscrito a las instituciones encargadas de la función de seguridad pública de la Federación y de las entidades, con base en el Censo Nacional de Seguridad Pública 2022 del Inegi.
Él sabe que como secretario es un aliado estratégico de las fiscalías estatales y de la República. Entiende que la impartición de justicia se alcanza cuando existe la coordinación y la confianza entre la operación y la investigación. Visualiza que la prevención y la reinserción social bien implementadas coadyuvan en la reconstrucción del tejido social.
García Harfuch es un perfil de resultados. Lo ha sido y lo volverá a ser, porque implementa y opera con eficacia la inteligencia, la investigación y la operación. Es un cuadro que suma destreza en el gabinete y en el campo.
Por eso será a escala nacional el liderazgo que homologue y coordine los componentes del sistema integral de seguridad y de justicia. Un mando con el que gobernadores, fiscales y poderes Judicial y Legislativo podrán construir la política pública para los próximos seis años al menos y quizá de los próximos 25.
Será igual en el terreno internacional a partir de la coordinación del sistema integral de seguridad y de justicia que compartimos con los países aliados y sus agencias, con alcances globales, hemisféricos, continentales y regionales.
Fuente: Milenio