El día que el diablo se apareció en Saltillo

Saltillo es rico en leyendas que son heredadas desde nuestros bisabuelos hasta la fecha, ¿quién no recuerda que en el barrio Águila de Oro las brujas se llevaron a Mónico y jamás se supo de él?

A la joven y guapa esposa del carnicero que este colgó de un gancho donde se colocan las reses hasta enflacarla y dejarla morir, luego de que le descubrió una infidelidad.

El callejón del oso y del diablo son otras leyendas que en su momento nos aterrorizaron cuando nuestros padres o abuelos nos las contaban por las noches y eran desvelos seguros al no poder dormir del miedo.

Ya que mencionamos al diablo en estas leyendas, una clásica es cuando el Diablo se apareció en una discoteca texana en Saltillo, el Tex Mex.

Era una noche de octubre del año 1997. En esa ocasión todos bailaban al ritmo de la música texana, con sus sombreros, las camisas vaqueras y los sombreros. En esa época era el mejor lugar para divertirse bailando y tomando. Su dueño era Víctor Gómez, a quien apodaban el Chamuco, presidente de CANIRAC.

En joven apuesto sacó a bailar a una de las señoritas más guapas de Saltillo. Eran el centro de atención, ambos lucían guapos y bailaban como ninguno, en los pies de ese caballero se ocultaba un secreto.

Ya entrada la noche, la apuesta pareja seguía bailando y tomando algunos tragos. Algunas personas dicen que el vaquero le pidió a la muchacha que abandonaran el lugar, la condición de ella fue que se subiera al toro mecánico donde, dicen, él perdió una bota y su pie quedó expuesto, pero no es así.

La pareja había bailado gran parte de la noche y el apuesto caballero ya sentía incómodas las botas, le apretaban. Eran las últimas canciones y los pies del galán estaban hinchados por lo apretado del calzado, porque en realidad eran pezuñas.

Bailaban al compás del rey del Tex Mex, Emilio Navaira, cuando la resistencia de las botas llegó al límite, se abrieron, y de ellas salieron dos pezuñas, una de caballo y la otra de cabra, eso explica porque bailaba tan bien.

La joven volteó hacia los pies del caballero y al ver el terrorífico descubrimiento empezó a gritar que era el diablo. Él se quedó por un momento estupefacto por ser descubierto. Los asistentes corrieron a abandonar las instalaciones y ya no se supo más del diablo.

Clientes del lugar aseguran que la chica jamás regresó a esa discoteca, pero el diablo se había enamorado de ella y volvió en varias ocasiones. Lo supieron por el olor azufre.

Años después el Tex Mex fue perdiendo clientes y cerró sus puertas, pero 27 años después todos recuerdan esa leyenda sucedida en Saltillo. E4

(Torreón, Coaahuila). Suma 38 años de trayectoria periodística en RCG, Media. Premio Estatal de Periodismo 2022 y creador de contenido informativo en redes sociales.

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