La actividad dentro del servicio público comprende diversos ámbitos, y por consecuencia, diferentes compromisos que, por principal cualidad, debería bastar dentro del plano de lo público un valor tan invaluable como lo es el de la ética. A sabiendas que la ética no es exclusiva de religión o de ideología alguna, sino que enseña a todo individuo a ser dueño de sí mismo. Es por medio de esta disciplina que en el ámbito del servicio público ofrece al servidor un conocimiento que le permite actuar correctamente en cada situación, por difícil que esta sea.
La difícil y compleja tarea de la procuración de justicia debe desenvolverse en un entorno dinámico que se ajuste a las necesidades nuevas y apremiantes del contexto local, regional y nacional. Responder a reclamos añejos y nuevos son solo algunas de las necesidades necesarias. El proceso de construcción de una nueva fiscalía debe de estar acompañado por técnicos, especialistas y por ciudadanos; estos últimos con una participación relevante, para lo cual deben ser tomados en cuenta, en aspectos fundamentales para la procuración de justicia.
Esta tarea es una labor extraordinariamente delicada, porque implica derechos humanos de gran calado como la libertad y diferentes aspectos de la seguridad jurídica de las personas. No solamente es la cuestión del fiscal general, sino también sobre la estructura y funciones en un moderno Estado democrático de derecho. Entonces, es una cuestión relacionada con los límites del poder y las libertades públicas, así como con garantías individuales.
Entre varias, la prestancia del ejercicio de la procuración de justicia del fiscal, habría de contener, las siguientes condiciones:
1. Experiencia probada. El perfil de Federico Fernandez Montañez ha mostrado su capacidad tanto desde la academia como desde su incursión en el servicio público. Su paso por su alma mater lo probó, y su paso desde la extinta Procuraduría General del Estado hasta la Secretaría de Seguridad Pública le ha dado elementos y destreza en el ejercicio de sus funciones.
2. Honestidad y profesionalismo. Es de dominio público su integridad y su ética dentro del servicio público, a lo largo de todos estos años. No existe periódico o panfleto alguno que mencione lo contrario. Su actividad como servidor público lo respalda.
3. Templanza y sentido por la justicia. Su forma de actuar y de trabajar lo han hecho práctico, pero con un dominio de materias como la seguridad pública y la procuración de justicia; además de que los conocimientos recibidos de grandes juristas en la Facultad de Jurisprudencia y en sus estudios de posgrado en la Escuela Libre de Derecho y Derecho en Nuevo León, le han agudizado ese espíritu, por lo que impera dentro del orden de las leyes.
El oficio del fiscal, la procuración de justicia, es una tarea demasiado importante para contaminarse por
causas políticas.
Una estrategia de coordinación con los diferentes órdenes de gobierno, una atención desde las causas, una profesionalización del servicio y una mejor investigación, son características que Fernandez Montañez ha propuesto para que desde esa trinchera se abone a construir una paz duradera en Coahuila de Zaragoza.