Es cierto que la maldad existe, al igual que la bondad, lo que no deja de extrañar es que los protagónicos del futbol sigan acudiendo al mismo rincón de refugios y a las clásicas y viejas frases de siempre. Porque no es tan solo el huir de las responsabilidades, sino el abrir nuevos caminos a la escapatoria, muchos de ellos inventan una telaraña fascinante, antes de dejarse atrapar.
El joven Nacho Rivero, capitán de Cruz Azul, hizo el 15 de mayo una entrada violenta a Fidalgo, estelar del América, y casi le rompe el tobillo al español; inicialmente fue de tarjeta amarilla, tras la revisión fue roja. Bien merecida. Sin embargo, al final el uruguayo estimó: «Llegué a destiempo al encuentro con el rival pero nunca tuve intención de lastimarlo». Entonces la gente se va preguntando ¿cuál habrá sido entonces la tarea si se olvida de la pelota y va sobre el hombre?
El colombiano Kevin Mier (25), arquerazo que es seguido por equipos europeos y que ha salvado decenas de veces su arco en forma eficiente y hasta espectacular, repitiéndolo el 18 de mayo, sobre todo en un cabezazo picado a su derecha por Martín, y otros, casi fue fusilado por la crítica y la masa que, olvidando sus virtudes, decidieron señalarlo como culpable de la derrota. Todos tienen algo que los hace diferentes del resto. Y todo humano se equivoca.
En la vida parece haber más anestesia que veneno, porque los pensamientos negativos también duran más en nuestro cuerpo y hasta se niegan a salir de la mente. Se hacen juicios inmediatos porque no se trata tanto de lo que nos sucede, sino del valor que le damos a ello. La gente del futbol va de un punto a otro porque la pasión queda unos puntos delante que la misma razón.
El sábado, el CD Toluca mostró de lo que es capaz con Alexis Vega liderando el infierno rojo, con una cauda de futbol, bien acompañado. Porque en el futbol la valentía tiene un valor indiscutible, y si a ella le añades calidad, se dio entonces que Tigres fue un felino domesticado, pues terminó pidiendo a gritos que viniese Batman a rescatarlos. Vega y su ballet escarlata dejaron fuera a los dos cuadros regios, que tienen figuras y jugadores caros, pero no el futbol apetecido.
América está en otra sintonía. Cuando estuvo abajo reconcentró sus fuerzas y comenzó a tejer su propia telaraña, porque a Cruz Azul le faltó un generador de futbol, que el rival sí poseyó con la entrada de Vega, apoyando a Fidalgo, que otra vez sufrió una dosis de violencia por Lira, feroz para la marca, pero poco habilidoso para gestar. A los azules les hizo demasiada falta Rotondi, jefe de la pradera izquierda y toque brillante que es como trompeta de ataque. Campos solo estuvo discreto.
Los que creen que no han sufrido se mienten a sí mismos pues en estas finales instancias, el futbol es de vértigo y atrevimiento, una verdadera aventura, esa donde la vida se juega y donde la infelicidad también aparece por tener expectativas muy altas, Toluca parece más claro favorito por cerrar en su terreno, donde los rojos suelen ratificar porqué se les llama diablos y donde Jardine deberá mostrar que sabe más que Mohamed, porque el tiempo exige ser astuto y maquiavélico, con mentalidad ambiciosa y con amplia capacidad agonística, más despiadado que sensible.