La adopción de IA generativa revoluciona procesos empresariales, optimiza operaciones y plantea retos éticos y de desinformación. La clave para el éxito está en equilibrar innovación, valores humanos y adaptación tecnológica
En 2023 el mundo enfrentó un cambio trascendental con la llegada de la Inteligencia Artificial (IA) generativa. Fue en 2024 cuando las empresas comenzaron a utilizar esta tecnología para crear y capturar de valor. Recientemente, asistí al congreso Global Business Connect 2024, en el Tecnológico de Monterrey, Campus Puebla, donde conferencias, paneles y talleres se centraron en la IA y otras herramientas emergentes en el ámbito de los negocios internacionales. Los ponentes, provenientes de diversas empresas multinacionales con operaciones en México, compartieron cómo utilizan la IA generativa para optimizar procesos y ampliar su alcance, resaltando la importancia de la generación y análisis de datos mediante el aprendizaje autónomo (Machine Learning).
En el evento se presentaron ejemplos del uso de la IA y de cómo las empresas la entrenan para sus necesidades específicas. Esto les ha permitido identificar procesos críticos y eliminar otros obsoletos. Un caso presentado fue el de la generación de propuestas para clientes, que solía tardar cinco días y ahora toma minutos con una IA entrenada en propuestas previas. Otros beneficios destacados incluyen la detección temprana de insatisfacciones de los clientes con la respectiva generación de propuestas de mejora, así como el uso de robots con IA en una empresa logística, donde trabajos de tres horas se realizan en una sola, con robots coordinados entre sí como un ecosistema inteligente.
A medida que avanzamos en la integración de esta tecnología, surgen preocupaciones legítimas. El Informe de Riesgos Globales 2024, presentado en el Foro Económico Mundial, identifica a la IA como el principal riesgo a corto plazo (dos años), seguida de los desafíos climáticos y la polarización social. Problemas de misinformación y desinformación —falsedades que se comparten sin o con intención de manipular— se agravan con IA capaz de crear contenido sintético, desde voces hasta imágenes de figuras públicas. Aunque algunos Gobiernos han implementado regulaciones para controlar la desinformación y los contenidos ilegales y «alucinados», la rapidez con la que se generan y difunden es difícil de frenar. Además, el uso de la IA plantea riesgos para la seguridad de los datos empresariales cuando éstos se utilizan para entrenar modelos.
Entonces, ¿es la IA una amenaza o una oportunidad para las empresas? Para responder a esta pregunta, me llega a la mente la parábola del campesino y su hijo, que cuestionaba si cada suceso era «bueno» o «malo» a lo que el padre quedaba en espera de ver los resultados a largo plazo. Cuando se fue su caballo, el hijo del campesino se lamenta del mal suceso, mientras que el campesino decide esperar. A los pocos días regresa el caballo acompañado de otro. Su hijo se congratula del buen suceso, a lo que el campesino decide esperar. Después, el hijo del campesino trata de montar el caballo nuevo y cae, rompiéndose la pierna y lamentándose del mal suceso, mientras que el campesino decide esperar. Al poco tiempo, enviados del rey llegan a la aldea buscando jóvenes para mandarlos a la guerra, y el hijo se congratula de que no se lo llevaron al verle con la pierna rota. De la misma manera, considero que la IA trae consigo tanto riesgos como oportunidades para las empresas, y la clave está en saber navegar ambos.
La adopción de la IA también implica enfrentar desafíos éticos y de propiedad intelectual. ¿A quién se le atribuye la autoría de la información generada por la IA? Asimismo, en Latinoamérica, uno de los mayores obstáculos es la resistencia al cambio y la negativa a «desaprender» métodos antiguos. Las empresas que desean adaptarse a la IA deben optar por una adopción continua de tecnologías emergentes, con un entrenamiento constante, y no ver la IA como una solución única y definitiva. Además, es fundamental que las empresas no pierdan de vista sus valores medulares, el propósito de su fundación, y mantengan la comunicación y calidad humana en sus equipos. Aquellas empresas que logren desarrollar una inteligencia cultural con apertura a la innovación y capacidad creativa serán las que lideren en la era de la IA.
En conclusión, la IA no pueda clasificarse simplemente como una oportunidad o amenaza. Las empresas ya han comenzado a explorar su uso y entrenamiento. El desafío radica en que no existe un manual para adaptar la IA a cada negocio; sin embargo, gestionada adecuadamente, puede impulsar el desarrollo y crecimiento de la ventaja competitiva sostenible de la empresa en esta nueva era.