La nuestra es una región de fans exhaustos. Han pasado por todo y se les nota cansados. Fueron desde la raíz, gente ilusionada y luego de varios episodios turbulentos, alcanzaron a ver la gloria, tocaron sus cimientos y se acostumbraron a vivir en ella. Supieron lo que es revivir a sus muertos y en los últimos años de Santos Laguna, se vieron reflejados en espejos de la pobreza.
¿Hoy mismo podemos decir que este equipo de Tano Ortíz les da ilusión y confianza? Mire usted que no se trata de una película con duelos intelectuales, porque el seguidor normal no ve con la plantilla actual a las figuras que llegó a tener y que eran leones en la yerba vestidos de la casaca verdiblanca a rayas horizontales. El DT va a jugársela con lo que tiene. No hay más.
Los rumores volaron por el TSM, pero Valdés y Sánchez fueron sueños guajiros, como igual el intento por Funes Mori. Si acaso pudieron llevar a jugadores libres como Güémez y Abella, el colombiano Dájome, que es incógnita y debe acomodar en el rezo a los Santos Reyes que JJ Macías se haya recuperado totalmente y vuelva a ser el mismo, ese jugador de área y resolutividad. Es como una temeridad el hacer una reflexión de la aflicción actual, pero todo se ve cuesta arriba y habrá que diferenciar con sinceridad si los chicos que llegan son refuerzos o solo incorporaciones.
No hay movimientos espectaculares en general por la MX. Si acaso el tránsito de Chiquete de Chivas a Cruz Azul con Romo de por medio y la llegada de Omar Campos a los cementeros, luego de la corta estancia del canterano santista en la MLS. Rayados también se mueve, con la baja de Brandon que se va a Austin y la de Erick Aguirre al León. Compra a Ricardo Chávez, el fogoso lateral derecho de San Luis. Héctor Herrera regresa a México con Toluca. El DT tricampeón Jardine seguirá con América. Claro, los registros siguen abiertos y puede haber más movimientos.
Lo bueno para los curiosos del deporte es que existen alternativas de altos niveles como la NFL, y claro, la gente va alineando sus esperanzas desde ya, porque siempre son grandes los duelos entre Texans vs Chargers, Ravens vs. Steelers, Bills vs. Broncos, Eagles vs. Packers, Buccaneers vs Commanders y Rams vs. Vikings en la fabulosa batalla de los comodines.
Mientras los Yankees preocupan por falta de una tercera base de alto nivel y no deciden si Bregman o Arenado, y tal vez piensan en la resurrección de Le Mathieu a sus 36 o la confianza toda para el joven Cabrera, los vientos de ánimo que provienen desde Kansas City, hacen pensar en Chiefs, que tranquilos, esperan para el duelo que los lleve a un título más de la divisional.
El viejo y notable coach Andy Reid (66) aguarda trabajando, sabiendo que ya sus 222 victorias de por vida lo colocan como el sexto mejor en la lista de todos los tiempos, y vigila de cerca la salud de su astro Pat Mahomes, que se asocia de maravilla con el terrible Trevis Kelce y la flecha latina Isaiah Pacheco, mientras el duro Chris Jones cubre con su labor de barredora, las espaldas de todos.
Poco habremos de vivir para llegar al Super Bowl el 9 de febrero en Nueva Orleans, en la casa de los Saints (Caesars Superdome) con capacidad para 73 mil 200 espectadores, y ojalá arribe Chiefs, pero en este show de la NFL, de espectáculo garantizado siempre, es difícil predecir. Hoy todo es la música de las palabras. Son voces lejanas, ecos y rumores que atraviesan las paredes.