Países de Europa sufren temperaturas récord, muertes masivas y la pérdida de miles de hectáreas bajo el fuego. Mientras la crisis climática se acelera, México no cuenta aún con una política efectiva de prevención y adaptación
Materiales plásticos fuera de control; la diplomacia naufraga en Ginebra
El verano de 2025 ha sido testigo de una de las peores temporadas de incendios forestales en Europa, exacerbadas por olas de calor sin precedentes, sequías prolongadas y vientos intensos. Estas condiciones extremas, consecuencia directa del cambio climático, han convertido a la península Ibérica en el epicentro de una crisis ambiental sin precedentes, provocando no solo la destrucción de bosques sino también graves impactos en la salud pública y la mortalidad.
Según datos del Servicio de Cambio Climático de Copernicus, junio de 2025 fue el mes más caluroso registrado en Europa occidental, con una temperatura media mensual 2.81°C superior a la media del período 1991-2020. Durante la segunda ola de calor, entre el 30 de junio y el 2 de julio, las temperaturas del aire en superficie superaron los 40°C en varios países, llegando hasta los 46°C en España y Portugal.
«El cambio climático ha hecho que las temperaturas sean significativamente más altas de lo que habrían sido, lo que a su vez las hace mucho más peligrosas».
Ben Clarke, investigadordel Imperial College de Londres
Un estudio realizado por el Imperial College de Londres estima que alrededor de 2 mil 300 personas fallecieron a causa de las temperaturas extremas registradas durante la más reciente ola de calor que se extendió por 16 días en 12 ciudades europeas. Se calcula que el cambio climático fue responsable del 65% de estas muertes, lo que equivale a aproximadamente mil 500 muertes atribuibles al calentamiento global. Las ciudades más afectadas incluyen Milán, Barcelona, París, Londres y Roma, donde se registraron cientos de decesos atribuibles al calor. Por ejemplo, en Barcelona se estimaron 286 víctimas por tal causa, mientras que en París fueron 235.
«Nos estamos cocinando vivos, esto no puede continuar».
Alexandre Favaios, alcalde de Vila Real, Portugal
El fenómeno también ha provocado efectos adversos en la salud de la población. El agotamiento por insolación es común durante estos episodios, especialmente entre personas mayores, niños y aquellos con enfermedades preexistentes. La exposición prolongada a las altas temperaturas puede agravar problemas de salud como enfermedades cardiovasculares y respiratorias.
La combinación de calor extremo y la falta de infraestructura adecuada ha exacerbado la situación. En Cataluña muchos refugios climáticos municipales, como bibliotecas y centros cívicos acondicionados con aire y agua, permanecieron cerrados durante la ola de calor, especialmente los fines de semana de agosto. La falta de acceso a espacios frescos generó preocupación en el Departamento de Salud catalán, que considera estos refugios esenciales para mitigar los efectos del calor extremo.
La situación también ha revelado la necesidad de adaptar las ciudades a las nuevas realidades climáticas. El director del Servicio de Cambio Climático de Copernicus, Carlo Buontempo, afirmó que alcanzar los 50°C en Barcelona no es imposible, dada la actual tendencia al aumento de la temperatura. Este tipo de eventos extremos subraya la importancia de implementar medidas de adaptación, como la mejora de la infraestructura urbana, la creación de espacios verdes y la promoción de prácticas sostenibles.
Llamas se multiplican
En cuanto a los incendios que asolan al viejo continente, España y Portugal han cargado con la peor parte, rebasando las 680 mil y 275 mil hectáreas quemadas respectivamente, según el Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (EFFIS). Particularmente vulnerables han resultado Galicia, Castilla y León, Extremadura y Andalucía en España, y Trás-os-Montes en Portugal.
Las llamas le han arrebatado la vida al menos a seis personas en España y cuatro en Portugal. Súmese a ello que, en la primera nación, más de 33 mil 750 personas han sido evacuadas, y en la segunda, cinco aldeas fueron desalojadas. El fuego, además, ha destruido hábitats naturales, impactando a diversas especies de flora y fauna. Asimismo, se han reportado niveles elevados de partículas contaminantes en el aire que dañan la salud de la población. Económicamente, se estima que las pérdidas superan los mil 500 millones de euros, considerando daños a infraestructuras, tierras agrícolas y costos de extinción.
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, visitó las regiones afectadas por los incendios forestales en Orense y León para reunirse con los responsables de los equipos de emergencia y coordinación. Le acompañó el ministro español del Interior, Fernando Grande-Marlaska. En rueda de prensa, Sánchez aseguró que «las próximas horas y días son críticos» y que el Gobierno aportará la ayuda necesaria para extinguir los incendios, incluidos 500 militares más. Añadió que las operaciones en curso de los efectivos de emergencia eran «probablemente» la mayor movilización europea de protección civil de la historia.
En Portugal, la situación es igualmente grave. El presidente Marcelo Rebelo de Sousa expresó su preocupación por la intensidad de los incendios y la dificultad para controlarlos debido a las altas temperaturas y los vientos fuertes. Alexandre Favaios, alcalde de Vila Real, en el norte del país declaró: «Nos estamos cocinando vivos, esto no puede continuar».
La Comisión Europea ha anunciado medidas para apoyar a las regiones afectadas, incluyendo la movilización de fondos de emergencia y el envío de equipos especializados para la extinción de incendios. Sin embargo, la magnitud de los mismos y las condiciones climáticas extremas dificultan los esfuerzos de control.
México en ascuas
Desde 2022, México ha enfrentado una intensificación de los incendios forestales, afectando gravemente sus ecosistemas y áreas naturales protegidas. En 2024, se registraron 8 mil incendios forestales que dañaron 1.6 millones de hectáreas de ecosistemas forestales. Este aumento en la frecuencia y magnitud de los incendios subraya la creciente vulnerabilidad del país ante el cambio climático y la necesidad urgente de mejorar la gestión forestal y la respuesta institucional.
Las áreas naturales protegidas, como el Parque Nacional Pico de Orizaba, han sido particularmente afectadas. En febrero de 2023, un incendio en los límites del parque consumió cerca de 250 hectáreas de bosque de oyamel y pino de altura, especies que crecen a más de 3 mil metros sobre el nivel del mar. Este incendio, clasificado como el más intenso desde 2020, impactó en la biodiversidad única de la región y el abastecimiento de agua para comunidades locales.
La gestión institucional ha sido un factor crítico en la eficacia de la respuesta a los incendios. En 2024, la Comisión Nacional Forestal (Conafor) reportó que 36 mil 756 personas participaron en las labores de combate y erradicación de los siniestros. Sin embargo, la falta de recursos, planificación inadecuada y corrupción han limitado la capacidad del país para enfrentar estos desastres de manera efectiva. La gestión forestal en México ha sido históricamente deficiente, con una reacción lenta ante emergencias. En respuesta a esta situación, el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) creó los Bomberos Agroforestales de las Américas, una fuerza comunitaria y modular enfocada en la prevención, control y restauración de zonas perjudicadas. La iniciativa busca fortalecer la cooperación internacional y la capacidad local para enfrentar los incendios forestales.
Acuerdo en jaque
El Acuerdo de París, adoptado en 2015, tiene como objetivo limitar el calentamiento global por debajo de 2°C, preferiblemente a 1.5°C, en comparación con los niveles preindustriales. Para ello, los países firmantes se comprometieron a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero y a fortalecer la capacidad de adaptación a los efectos del cambio climático.
A pesar de los compromisos, las emisiones gases tóxicos globales continúan en aumento. Se espera que las emisiones en 2025 sean un 54% más altas que en 1990, lo que pone en riesgo los objetivos trazados en la ciudad luz. Organizaciones como Greenpeace señalan que las contribuciones nacionales determinadas (NDC) presentadas por los países no son suficientes para limitar el calentamiento global a 1.5°C. Se requiere una acción más ambiciosa y urgente para evitar consecuencias catastróficas para el planeta.
México, en su actualización de la NDC en 2022, se comprometió a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 35% de manera incondicional y hasta un 40% de manera condicional para 2030, en comparación con los niveles de 2013. Sin embargo, este compromiso ha sido objeto de críticas. El Climate Action Tracker advierte que las políticas climáticas de México desde la administración del presidente López Obrador han retrocedido, priorizando el uso de combustibles fósiles y desmantelando políticas e instituciones relacionadas con el cambio climático, lo que aleja al país de los objetivos del Acuerdo de París. Además, se ha observado que las emisiones de gases de efecto invernadero en México continúan en aumento, a pesar de una breve disminución durante la pandemia de COVID-19, y se proyecta que seguirán aumentando hasta 2030.
En este ámbito, la 4T aprobó una reforma en 2025 que establece que el 54% de la electricidad sea generada por la Comisión Federal de Electricidad (CFE), con las empresas privadas suministrando el resto. Esta reforma fue criticada por Greenpeace bajo el argumento de que favorece a las empresas estatales y limita la competencia, lo que podría obstaculizar la transición hacia fuentes de energía más limpias y sostenibles.
Por su parte, Estados Unidos, bajo la administración del presidente Donald Trump, se retiró del Acuerdo de París en enero de 2025, marcando la segunda vez que el país abandona el acuerdo. Esta decisión ha sido ampliamente criticada por economistas y líderes mundiales. Tres economistas estadounidenses prominentes, Catherine L. Kling, Stephen Polasky y Kathleen Segerson, instaron a la comunidad económica global a resistir los esfuerzos de la administración Trump para revertir las protecciones ambientales, argumentando que socavan los principios económicos fundamentales y ponen en riesgo la salud pública y el bienestar global. Por si no bastara, más de mil científicos están programados para ser despedidos de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) debido a un entorno hostil para la investigación ambiental, lo que podría afectar la capacidad del país para monitorear y responder a las amenazas relacionadas con el cambio climático.
A pesar de la retirada del Acuerdo de París, algunos estados y ciudades en Estados Unidos han continuado con sus propios esfuerzos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. La Alianza Climática de Estados Unidos, que incluye a varios gobernadores estatales, se ha comprometido a reducir colectivamente las emisiones netas de gases de efecto invernadero en, al menos, un 26% para 2025, y a alcanzar emisiones netas cero lo antes posible, y no más tarde de 2050. E4
Metas incumplidas del tratado internacional
| País | Meta 2030 | Proyección | Desviación | Comentarios |
|---|---|---|---|---|
| Gambia | 100% reducción | 100% | 0% | Único país en cumplir plenamente con sus compromisos climáticos según el Climate Action Tracker. |
| Reino Unido | 68% reducción respecto a 1990 | 68% | 0% | Avances significativos en energía renovable y eficiencia energética. |
| Costa Rica | 44% reducción respecto a 2012 | 44% | 0% | Enfoque en energía limpia y reforestación. |
| México | 22% reducción incondicional; 36% condicional | 14%–16% | –6% a –22% | Proyecciones actuales indican aumento de emisiones; metas insuficientes según evaluaciones independientes. |
| Estados Unidos | 50–52% reducción respecto a 2005 | 32–43% | –7% a –20% | Se proyecta una reducción menor, por debajo del objetivo establecido. |
| China | No especificada | 1% de reducción en 2025 | N/D | Desafíos en la integración de energías renovables y dependencia del carbón. |
| India | No especificada | 45% de reducción en intensidad de emisiones | N/D | Compromiso de reducción de intensidad de emisiones del PIB en un 45% respecto a 2005 para 2030. |
| Australia | 43% reducción respecto a 2005 | 15–23% | –20% a –28% | Proyecciones actuales indican una reducción insuficiente para alcanzar la meta establecida. |
Fuente: Climate Action Tracker y Climate Transparency
Materiales plásticos fuera de control; la diplomacia naufraga en Ginebra
Negociaciones internacionales terminan sin arreglo sobre el primer tratado vinculante para frenar la contaminación. Países productores bloquean avances y dejan pendientes recursos financieros destinados a las naciones más vulnerables
Las esperanzas de un avance histórico en la lucha contra la contaminación por plásticos se vieron frustradas tras diez días de intensas negociaciones en Ginebra, donde los debates sobre el primer tratado legalmente vinculante no lograron un consenso, según informaron diplomáticos presentes.
Los delegados trabajaron hasta altas horas de la madrugada, intentando cerrar un acuerdo que limitara la producción y el uso de plásticos, pero el último borrador presentado no cumplió con las expectativas de los Estados que buscaban un tratado ambicioso. «El acuerdo fue bloqueado por un pequeño número de Estados que simplemente no querían llegar a un acuerdo», afirmó Haendel Rodríguez, delegado de Colombia, en un mensaje que parecía aludir a los países productores de petroquímicos.
El líder de las negociaciones, el ecuatoriano Luis Vayas Valdivieso, suspendió la sesión sin fijar una nueva fecha, generando un tibio aplauso entre los delegados agotados. La frustración fue palpable. Agnès Pannier-Runacher, ministra de Ecología de Francia, expresó su enojo durante la sesión de clausura: «Estoy furiosa porque, a pesar de los esfuerzos genuinos de muchos y de los avances reales en las discusiones, no se obtuvieron resultados tangibles».
Las cuestiones que impidieron un acuerdo incluyen la limitación de la producción de plásticos vírgenes, la gestión de productos y sustancias químicas peligrosas, así como la financiación para apoyar a los países en desarrollo en la implementación del tratado. Organizaciones climáticas y diplomáticos señalaron que los esfuerzos de la Unión Europea y de los pequeños Estados insulares se toparon con la resistencia de potencias petroleras, entre ellas las de Estados Unidos, que buscan proteger sus intereses en la industria petroquímica.
El fracaso en Ginebra subraya las dificultades de alcanzar un acuerdo global en un tema que combina crisis ambiental, intereses económicos y equidad internacional, dejando en el aire la posibilidad de contar con un instrumento legal que limite la contaminación plástica a nivel mundial. E4
