La invitación para los electores mexicanos y quienes viven en Coahuila para que acudan a votar el 1 de junio en los comicios del poder judicial no es la más creativa y tampoco la campaña que se vaya a quedar en la mente de los electores y, mucho menos, recibirán un premio nacional o mundial de la mercadotecnia electoral.
En una de las colaboraciones anteriores del humilde escribiente se realizó un breve y sencillo análisis de los comerciales de televisión y radio en su contenido, mensajes y producción de la campaña nacional, además de su impacto entre la población y sus resultados que se observarán hasta el próximo 2 de junio.
No es el primer proceso electoral en el que las formas y contenidos de la campaña federal es retomada por las autoridades electorales locales y poco logran permear entre la sociedad.
En la actual campaña para las elecciones del poder judicial no participan partidos, así que todos los spots de radio y televisión utilizados como tiempos oficiales del Gobierno, son utilizados para promover la elección con campañas del INE y del IEC sin candidatos ni partidos.
Es decir, que la cantidad de comerciales electorales es mayor en este proceso y aunque fuera por repetición, las autoridades electorales bien podrían posicionar su campaña y obtener una buena participación el 1 de junio.
En el caso de la campaña del instituto electoral estatal, por el momento hay cuatro versiones de spots con una duración de 30 segundos y cuya forma y contenido pueden significar para muchos, una campaña ranchera y pueblerina.
Y es que los dos comerciales que podría pensarse tienen más producción, algo difícil de creer, incluye en uno a una mujer adivina de barajas que dicta todo el discurso de la elección, y la participación de un hombre en silla de ruedas que explica brevemente cómo votar. Tal vez lo más rescatable del comercial y a quien menos tiempo dejan en pantalla.
Es difícil de creer que los diseñadores de la campaña dejen todo el peso de un mensaje a un personaje que puede ser cuestionado por su credibilidad y que, aunque pueda contar con cierta popularidad, no todas las personas pueden confiar en su testimonio.
El otro comercial incluye a un personaje que practica la hipnosis para enviar el mensaje de acudir a votar el 1 de junio y dicta la letanía del mensaje principal más como un prestidigitador comercial que realizan shows con personas hipnotizadas.
En el spot se privilegia en tiempo y contenido el discurso del personaje que el de la señorita que explica y muestra la boleta para orientar a los votantes; los otros dos spots son institucionales con personas jóvenes que explican en que consiste el proceso; además el que aparece Dinovoto, un personaje con un comercial caricaturizado que bien podría ser adoptado por niños que en todo caso podrían pedir a sus papás que vayan a votar.
Este último comercial podría ser el más acertado, a pesar de que no va dedicado al segmento de personas facultadas para emitir sufragios; pero en general la campaña no será un referente en la historia de los procesos de promoción del voto, además, que como en la estrategia nacional, se usan los impactos de televisión también para radio.
En conclusión, la creatividad una vez más brilló por su ausencia y las contrataciones que se hicieron demuestran que no fueron con los mejores y que el resultado de la participación bien podría adjudicarse a este factor que se repite una vez más.