Remembrar la historia de Oriente Medio suele ser un tanto confuso y, en ocasiones, disperso, con situaciones y contextos que no conocemos realmente, sino gracias a los libros de historia y al periodismo in situ; pero por algo hay que empezar para contextualizar la dimensión del conflicto.
Irán fue la segunda nación de mayoría musulmana después de Turquía en otorgar un reconocimiento (de facto) a Israel en el año de 1979. En ese entonces, Yasir Arafat, encabezó una delegación Palestina a Irán. En ese momento, se entregaron las llaves de la antigua embajada de Israel en Teherán, convertida posteriormente en embajada Palestina.
Después de la revolución iraní de 1979, Irán puso fin a su alianza con Israel y comenzó a apoyar al pueblo Palestino.
Tras el estallido de la segunda intifada (ola de violencia en el año 2000 entre Palestina e Israel, tras el fracaso de conversaciones de paz en Oriente medio), inmediatamente Arafat liberó a militantes encarcelados del Hamás (organización paramilitar Islamista) y de la Jihad Islámica (grupo terrorista pro palestina y nacionalista). Fue en esos años que se reforzó fuertemente las relaciones entre Irán y la Autoridad Nacional Palestina.
Genera relevancia, después de que con anterioridad, Israel e Irán han respondido militarmente, por desavenencias de antaño y por el principal conflicto añejo que es la franja de gaza, el apoyo a Palestina y otros Estados que le dan total apoyo a Israel.
Del 16 al 17 de junio se celebró la 51 cumbre del G7 en Alberta, Canadá. Principalmente, una de las causas que incitaron la reunión global, fueron los dichos y amenazas del Presidente Trump, por anexar al país de Canadá. Tras lo dicho en la reunión, Canadá se descuelga de la protección de Estados Unidos y elevará en un 2% del PIB en gasto militar.
Además, se ha elaborado un documento en el que se ha aprobado por unanimidad, donde se acusa a Irán de «ser la principal fuente del terrorismo» en Oriente próximo y se insiste qué «Irán, jamás debe adquirir un arma nuclear» (se dice que fue un documento duramente negociado).
Sorpresivamente, Trump abandonó la cumbre del G7 por la tensión en el Oriente; un día y medio antes de lo previsto (tenía reunión con la presidenta de México y su secretario de Seguridad Pública). Ya en su avión, Trump desmintió los dichos del presidente francés, donde aseguraba que regresaba a su país para lograr un alto al fuego, a lo que el presidente Trump respondió que el motivo era algo mucho más grande.
Al momento de redactar esta columna desconozco cómo terminará todo este entramado. Espero que las consecuencias no sean tan funestas pero al momento, se sabe a través de las redes sociales que Irán ha contraatacado nuevamente a Israel y ha pedido apoyo económico y militar a sus aliados, como China y Rusia. Mientras se presume que los Estados Unidos y aliados ya estarían apoyando a Israel con flotas establecidas en él Golfo Pérsico.
El establishment global se encuentra quebrado, y no hay quien lo soporte.