La inclusión de Saltillo en la primera etapa del megaproyecto fortalecerá la conectividad industrial. El Tren Maya se adapta para convertirse en un motor de carga y desarrollo económico en el sureste
Países avanzados apuestan por una movilidad sostenible
El desarrollo ferroviario en México dio un paso decisivo con el anuncio de una inversión histórica de 157 mil millones de pesos para la construcción y modernización de trenes de pasajeros y sistemas de carga. La presidenta Claudia Sheinbaum presentó este proyecto el 28 de noviembre, durante su conferencia matutina, destacándolo como un pilar para la movilidad y el desarrollo económico del país.
Dentro de esta ambiciosa estrategia, el Gobierno federal calcula destinar al menos mil 545 millones de pesos a estudios de factibilidad para evaluar los retos que implica construir sistemas férreos en rutas como México-Nuevo Laredo, México-Nogales, Aeropuerto de Santa Lucía-Pachuca y Naucalpan-Buenavista. Aunque estas rutas ya cuentan con vías, los estudios abarcarán pendientes, invasiones, adquisición de predios para terminales y estaciones, así como la necesidad de patios, cambios de vía y alcantarillas.
«Es un proyecto integral muy importante y el objetivo es que para fin del sexenio tengamos, además de los más de mil 500 kilómetros que se hicieron en la administración del presidente López Obrador, más de 3 mil kilómetros más. Eso genera empleo, además, durante su construcción y se mueve muchísimo la economía».
Claudia Sheinbaum, presidenta de México
La línea México-Nuevo Laredo es una de las obras más ambiciosas, con un costo de preinversión de 909 millones de pesos y una proyección total de 400 mil millones de pesos. Según Andrés Lajous Loaeza, director de la Agencia Reguladora de Transporte Ferroviario de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), los estudios buscan garantizar la factibilidad técnica, económica, legal y ambiental, además de analizar su rentabilidad socioeconómica.
«Hay tramos donde el beneficio a los usuarios será muy importante, debido a los grandes flujos de personas, especialmente en días pico», señaló Lajous. Ejemplificó que, en rutas como México-Querétaro, los trenes podrían reducir el tiempo de traslado de más de dos horas a solo una hora y 40 minutos, aliviando la congestión vehicular y reduciendo las emisiones contaminantes. El proyecto también contempla el tramo México-Pachuca, donde se estima un ahorro significativo al disminuir el uso de vehículos particulares. Para el trayecto México-Querétaro ya se cuenta con el derecho de vía asegurado desde 2012, según el gobernador queretano, Mauricio Kuri.
Saltillo en la fórmula
Entre las propuestas más destacadas de esta inversión se encuentra el tramo Saltillo-Nuevo Laredo, el cual promete consolidar la conectividad en la región norte de México con el resto del país. Este plan no solo mejorará la movilidad de pasajeros, sino que también fortalecerá el comercio y la logística de una de las zonas industriales más importantes del territorio nacional.
Sheinbaum ha dejado en claro que este megaproyecto ferroviario forma parte de su estrategia de desarrollo nacional vinculada a los Polos de Bienestar, una iniciativa de su administración que busca revitalizar regiones históricamente marginadas, generando empleo y atrayendo inversiones. El director de la Agencia Reguladora del Transporte Ferroviario (ARTF), Andrés Lajous Loaeza, detalló los alcances del plan, que incluye la construcción de más de 3 mil kilómetros de nuevas vías ferroviarias de pasajeros en el país. La obra estará dividida en cuatro fases, siendo el tramo Saltillo-Nuevo Laredo parte de la primera etapa.
La inclusión de Saltillo en esta primera fase tiene un significado estratégico. La ciudad, reconocida como un centro industrial y manufacturero clave en el norte de México, se fortalecerá con esta conectividad ferroviaria. La ruta Saltillo-Nuevo Laredo conectará a la región con uno de los principales puertos de comercio internacional en la frontera con Estados Unidos, facilitando el traslado de bienes y reduciendo costos logísticos para las industrias locales. El impulso del tren de pasajeros también mejorará la movilidad de los habitantes, permitiendo un transporte más eficiente, rápido y sustentable. Además, la construcción de esta infraestructura atraerá inversiones y generará empleos directos e indirectos, beneficiando a los sectores de la construcción, comercio y servicios en la región.
La iniciativa también contempla la construcción de un tramo San Luis Potosí-Saltillo, que forma parte de la tercera fase del plan ferroviario. Esta conexión consolidará el vínculo entre Saltillo y la región de El Bajío, uno de los corredores industriales más dinámicos del país. La ruta facilitará el flujo de bienes y pasajeros entre el norte y el centro de México, impulsando el comercio y generando nuevas oportunidades de desarrollo económico.
La construcción y modernización de trenes de pasajeros representa un paso fundamental para modernizar la infraestructura de transporte del país, un rubro que había sido relegado en décadas pasadas. Este tipo de proyectos no solo mejoran la calidad de vida de los habitantes, sino que también reducen las emisiones contaminantes al ofrecer alternativas de transporte más limpias y eficientes. Para Saltillo significa mucho más que la construcción de nuevas vías. Representa la posibilidad de posicionarse como un nodo clave en la red de transporte nacional, atrayendo más industrias, facilitando la logística y convirtiéndose en un referente de desarrollo económico en el norte de México.
Impacto ambiental
El espaldarazo del Gobierno al desarrollo ferroviario nacional no ha estado exento de polémica. Proyectos como el Tren Maya han sido objeto de críticas debido a su impacto en ecosistemas sensibles. La ruta del tren atraviesa 20 áreas naturales protegidas en la Selva Maya, el segundo bosque tropical más grande de América Latina, lo que podría causar daños irreversibles a la biodiversidad y a las fuentes de agua dulce del país. Además, la construcción de infraestructuras ferroviarias suele fragmentar hábitats, afectando la fauna y flora locales. La ocupación del suelo y la contaminación acústica y atmosférica son otros daños asociados.
Los opositores a esta alternativa de movilidad insisten en la necesidad de realizar estudios de impacto ambiental detallados y transparentes, especialmente en áreas sensibles. Destacan la importancia de evaluar adecuadamente los efectos en la biodiversidad, las fuentes de abastecimiento y los ecosistemas locales antes de continuar con la construcción. Además, piden una mayor participación de las comunidades afectadas y de organizaciones ambientales en la toma de decisiones.
Motor de carga regional
Otro aspecto crucial del anuncio de la presidenta fue justamente la adaptación del Tren Maya como un sistema ferroviario de carga, con la creación de 10 complejos de carga, distribuidos estratégicamente a lo largo de sus mil 500 kilómetros de vías. Esta transformación permitirá dinamizar las actividades comerciales en el sureste mexicano y convertir a la región en un nodo logístico de importancia nacional e internacional.
El secretario de la Defensa Nacional, general Ricardo Trevilla Trejo, explicó que estos complejos estarán conformados por terminales intermodales, patios de operaciones y una espuela para combustibles, lo que permitirá optimizar la logística de carga y ampliar el impacto económico del Tren Maya. «El Tren Maya es un éxito, pero necesitamos complementarlo con el tren de carga para potenciar su rentabilidad. Lo mismo aplicará para los nuevos trenes de pasajeros, que serán un medio de transporte, turismo y desarrollo regional. Vamos a recuperar zonas abandonadas y generar empleo en todo el país», destacó Sheinbaum.
La adaptación del Tren Maya como un sistema de carga tiene por objetivo impulsar el comercio en el sureste mexicano, una región que históricamente ha sido menos favorecida en términos de infraestructura y empuje económico. Este proyecto busca aprovechar las ventajas geográficas de la región para convertirla en un sistema de coordenadas clave que conecte con puertos, aeropuertos y otros centros de distribución, facilitando la exportación e importación de bienes.
Además de fortalecer el comercio, la generación y operación de estos complejos de carga generará miles de empleos directos e indirectos, beneficiando a sectores relacionados con la construcción y los servicios. Asimismo, se espera que la modernización del sistema ferroviario atraiga inversiones nacionales y extranjeras, transformando al Tren Maya en un motor de desarrollo económico para el sureste del país. En términos ambientales, el uso del tren de carga como alternativa al transporte terrestre contribuirá a reducir las emisiones de gases contaminantes y descongestionar las carreteras, alineándose con las metas de sostenibilidad del Gobierno federal. El desarrollo de terminales intermodales permitirá la integración de distintos modos de transporte, incluidos el ferroviario, marítimo y aéreo, optimizando los tiempos y costos de traslado.
La creación de infraestructura para carga en el Tren Maya también beneficiará a productores locales, quienes podrán transportar sus mercancías de manera más eficiente y a menor costo. Esto abrirá nuevas oportunidades de negocio y facilitará el acceso a mercados nacionales e internacionales. Con esta estrategia, el Gobierno busca no solo potenciar la rentabilidad del Tren Maya, sino también sentar las bases para un desarrollo económico sostenible y equitativo en el sureste mexicano. La combinación de transporte de pasajeros y carga convierte al Tren Maya en un proyecto integral que transformará la movilidad, el comercio y la economía de la región en las próximas décadas. E4
Países avanzados apuestan por una movilidad sostenible
El medio de transporte se consolida como una solución clave para la eficiencia energética en países de alto desarrollo. Japón, Alemania, Francia y China enfrentan sus retos urbanos con tecnología avanzada y alta capacidad de locomoción
En un mundo donde las ciudades crecen a un ritmo vertiginoso y la sostenibilidad se convierte en una prioridad global, el tren emerge como la columna vertebral de la movilidad moderna. No es solo un medio de transporte del pasado, sino una solución de futuro, adaptándose a las necesidades de las naciones más avanzadas. Los países que lideran el progreso no solo mantienen sus vastas redes ferroviarias, sino que las reinventan, apostando por sistemas más rápidos, eficientes y ecológicos. En este contexto, el tren representa una herramienta clave para enfrentar los retos de la urbanización, la eficiencia energética y el crecimiento económico.
En países como Japón, Alemania, Francia y China, el uso del tren no es solo una cuestión de transporte, sino una cuestión de eficiencia y sostenibilidad. Japón, por ejemplo, lidera la lista mundial con más de 25 mil millones de pasajeros transportados anualmente. Esto se debe, en gran parte, a su red de trenes de alta velocidad —el Shinkansen es uno de ellos— que conecta las principales ciudades con una velocidad y puntualidad admirables. Este modelo de infraestructura no solo facilita el desplazamiento eficiente de millones de personas, sino que impulsa el turismo, la economía local y reduce la dependencia del transporte por carretera y aéreo.
En Europa, Francia y Alemania también son ejemplo de la importancia del transporte ferroviario. En estos países, los trenes no solo son una opción popular para los desplazamientos diarios, sino que representan una pieza esencial en el rompecabezas del transporte intermodal. Francia, con su red TGV (Trenes de Gran Velocidad), y Alemania, con su vasta red de trenes ICE (InterCity Express), se destacan por su infraestructura avanzada y por ofrecer alternativas de transporte cómodas, rápidas y ecológicas.
Uno de los mayores atractivos del transporte ferroviario en países desarrollados es su optimización energética. Comparado con los vehículos motorizados y los aviones, los trenes suelen ser más eficientes en términos de consumo de energía. El tren eléctrico, en particular, aprovecha las fuentes de energía renovables, lo que lo convierte en una alternativa mucho más ecológica y sostenible. Este es un factor fundamental en la lucha contra el cambio climático, especialmente cuando se considera que el sector del transporte es uno de los mayores contribuyentes a las emisiones de gases de efecto invernadero.
Otra ventaja considerable es la capacidad de transporte masivo. A diferencia de los vehículos privados, los trenes pueden transportar a un gran número de personas simultáneamente, lo que los convierte en la opción ideal para países con alta densidad de población y con grandes necesidades de transporte público. En ciudades como Tokio y Pekín, el sistema de metro y trenes de cercanías juega un papel crucial para evitar el colapso del tráfico y mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
Además, los trenes suelen ser más puntuales que otros medios de transporte. Esto es particularmente cierto en países como Japón, donde la puntualidad es una característica esencial de los sistemas ferroviarios. La confianza de los usuarios en la puntualidad de los trenes mejora la experiencia de movilidad y hace que la opción de viajar en tren sea aún más atractiva.
A pesar de los beneficios, el sistema ferroviario no está exento de desafíos. En muchas naciones, la infraestructura ferroviaria necesita una modernización urgente para mantenerse al día con las demandas de crecimiento poblacional y la transición hacia economías más sostenibles. Es el caso de Estados Unidos donde el uso del tren ha disminuido frente al crecimiento del transporte aéreo y por carretera, y la falta de inversiones en infraestructura ha limitado el desarrollo de nuevas rutas de alta velocidad.
Sin embargo, las oportunidades son muchas. A medida que las tecnologías avanzan, los trenes de alta velocidad y los sistemas de trenes autónomos se perfilan como el futuro del transporte ferroviario. Además, la inversión en sistemas ferroviarios sostenibles y la expansión de redes de trenes interurbanos son estrategias clave para reducir la congestión y las emisiones en los países más desarrollados. El futuro de este medio no solo radica en la construcción de nuevas líneas, sino también en la integración de sistemas de transporte multimodales. La combinación de trenes, autobuses eléctricos y bicicletas compartidas, por ejemplo, puede ofrecer soluciones aún más eficientes y sostenibles para las ciudades del mañana. En Europa y Asia ya se coordinan planes para hacer que el sistema ferroviario sea más accesible, veloz y ecológico, conectando áreas urbanas y rurales de manera más eficiente.
El tren sigue siendo un pilar fundamental del transporte en los países más desarrollados. A través de la combinación de alta velocidad, eficiencia energética y capacidad masiva, el tren ofrece soluciones a problemas urbanos y globales, como la congestión, el cambio climático y la sostenibilidad. Aunque los desafíos son muchos, las inversiones en infraestructuras modernas y en tecnologías emergentes aseguran que el tren continuará desempeñando un papel central en la movilidad global, adaptándose a las necesidades del futuro. E4
A la vanguardia
País | Pasajeros (millones) |
Tren | |
Japón | 25,201 |
India | 8,439 |
China | 3,660 |
Alemania | 2,938 |
Francia | 1,880 |
Metro | |
Pekín (Metro) | 38,500 |
Shanghái (Metro) | 4,000 |
Pasajeros-kilómetros (pkm)* | |
Austria | 1,440 |
Francia | 1,437 |
Suecia | 1,429 |
Alemania | 1,400 |
Fuente: Statista, EuroNews