¿Liderazgos de la oposición 2025?

El año 2025 marcará la historia política y social de los mexicanos, no sólo porque una mujer estará en su primer año de gestión y con ello hay muchos aspectos y acciones que determinarán el rumbo de su administración, también llegará al poder Donald Trump y guste o no, el cambio tendrá implicaciones en la vida de nuestro país.

El año 2025 será particularmente complicado en el tema financiero y económico, pues, aunque hay quienes intentan matizar los efectos de un retroceso en la economía norteamericana y mexicana, ya desde hace algunos meses se observa un continuó encarecimiento en precios de alimentos, productos y servicios.

En nuestro país, además, se enfrentará una nueva elección de estado para designar jueces y magistrados del desmantelado sistema judicial mexicano y sus resultados pueden anticiparse no solo para perpetrar el absolutismo gubernamental si no para controlar leyes y reglamentos a conveniencia.

Será un proceso electoral como el billar, una carambola de dos bandas, para terminar de liquidar la imagen del Instituto Nacional Electoral a quien se le negó el presupuesto solicitado para el proceso y cuando los resultados sean cuestionados incluso por la sociedad civil, la narrativa del grupo en el poder, señalará que el organismo federal ya no sirve para las elecciones y promoverá una reforma para que sus funciones se asignen a la secretaría de gobernación.

En este proceso electoral los partidos políticos, en apariencia no tienen nada que perder o algo que ganar, en la teoría electoral así será, pero en lo político seguramente buscarán acomodar a sus partidarios preferidos después de impulsarlos en campañas poco claras aún de tiempo y financiamiento.

En todos los temas, la vida política y social de los mexicanos requiere con urgencia una oposición más crítica y que señale públicamente las ausencias, omisiones, errores y abusos de poder que pudieran surgir en un año crucial para la vida futura de los mexicanos.

Los tres partidos considerados como oposición hoy carecen de liderazgos efectivos para la crítica y la acción para al menos dar lucha en los poderes legislativos y su ausencia ofrece vía libre, al menos en el imaginario de la opinión pública, para que se logre perpetrar el nuevo poder gubernamental.

En el caso del Partido Acción Nacional y de Movimiento Ciudadano ya se realizó la transición de la presidencia nacional y con ello una aparente renovación de liderazgos, sin embargo, los cambios, aún no son efectivos al menos en la crítica discursiva o el posicionamiento público respecto a los temas nacionales e internacionales.

En cuanto al Partido Revolucionario Institucional, en apariencia, no hay renovación y la dirigencia nacional sigue cautiva por un grupo de poder que perdió muchas elecciones o la mayoría de ellas y que en su figura presidencial es altamente cuestionada y sobre todo acotada por su pasado, que es un activo de presión para mantenerlo si no alineada, sí apaciguado.

En la realidad y los hechos hasta el momento, el nuevo régimen tiene más oposición dentro de sus propias filias y tribus que en los partidos que debieran ser equilibrio, al menos en la opinión pública, de la gobernanza durante el año 2025.

Autor invitado.

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