Lo que no se puede decir

Se puede decir… que dentro de su gira relámpago estuvieron por «acá»

Pero no se puede decir… que vieron la retrasada «ASL». A doña Claudia y AMLO no les quedó de otra que la magna obra Agua Saludable para la Laguna, la cual lleva un marcado e irresponsable atraso en su construcción, que con todo y eso, el señor presidente se arriesgó afirmar que regresaría antes de concluir su administración para, según él, pomposamente inaugurarla, aunque pronto se lavó las manos para rectificar que si no, entonces lo haría la hoy virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum, ya en funciones, pero mientras son peras o son manzanas, es otra de las obras de la «4T» inconclusas.

Se puede decir… que es un colaborador «valioso»

Pero no se puede decir… que estar junto a él es «peligroso». Omar García Harfuch, exjefe de Seguridad de la CDMX cuando fungía como jefa de la misma Claudia Sheinbaum, el joven hizo loable labor, echándose encima a la delincuencia organizada, siendo víctima de ellos, al sufrir junto a sus colaboradores grave atentado, en él estuvo a punto de perder la vida, pero gracias a su juventud y fortaleza, rápido se recuperó y ahora es de la confianza de la doctora, que por su cercanía con ella, quizás se le aguarde un jugoso hueso, que por eso se le debe de proteger.

Se puede decir… que mentir es un verbo «regular»

Pero no se puede decir… que AMLO por lo regular «miente». A través de su popular y poderosa mañanera, el señor presidente comete errores, gazapos y mentiras, y cuando miente, recibe una serie de señalamientos, críticas y correcciones, que para nada acepta, sino todo lo contrario, pronto pide a sus cuestionadores que lo desmientan y presenten pruebas reales y suficientes, en fin, nadie le gana una, ya que su palabra es la ley, y lo que dice, diga o afirme, es una verdad verdadera, por lo que desconocemos que sus versiones las dice por estar seguro, o son «simples» caprichos.

Se puede decir… que Carlos Slim ya le echó el ojo a «Pemex»

Pero no se puede decir… que sabe que si se le mete capital «produce». En este momento la mayoría de los inversionistas saben y conocen, que la mejor inversión no es invertir en una empresa quebrada como la petrolera mexicana, por eso AMLO recurrió, ni tardo ni perezoso, a pedir auxilio al personaje más rico de México, para que sea socio de la empresa paraestatal, quien de inmediato aceptó, porque ambos tienen la suficiente acepción de que si se le invierte dinero fresco, y se administra con el conocimiento de causa, se convertirá de un día para otro, en una «mina» de oro.

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