Lo que no se puede decir

Se puede decir… que segundas partes no son «buenas»

Pero no se puede decir… que la presidenta tomó esa «ruta». Ni duda cabe de que la presidenta Claudia está resultando fiel copia al carbón de AMLO, la cual ignora que segundas partes no funcionan, y dejan mal parada a la imitadora, que en vez de beneficiarle queda perjudicada ante sus gobernados, por lo tanto, ella debe cuanto antes, ser original y gobernar de acuerdo a su capacidad y no dejarse manejar por nadie y nada del mundo que pretenda guiarle u orientarle, ya que para eso tiene a sus asesores, secretarios de estado y demás funcionarios que «le» acompañan.

Se puede decir… que tiene «trenitis»

Pero no se puede decir… que seguirá metiendo dinero bueno al «malo». La primera mandataria, al retomar la terminación del afamado Tren Maya, no le queda de otra que inyectarle más recursos a una obra que, al día de hoy, ya cuesta seis veces más del costo original, que cuando la termine, —si la llega a concluir—, estaremos hablando de que su valor fue más o menos diez veces del presupuesto inicial, y todo por un mero capricho que ella está continuando, al fin y al cabo, son dineros de los callados y aguantadores mexicanos, cuyos recursos, son utilizados para «obras» de relumbrón.

Se puede decir… que Pemex se «hunde»

Pero no se puede decir…. que hace tiempo que dejó de ser «rentable». Desde que Tata Cárdenas lo nacionalizó se dijo, divulgó, y hasta se presumió que los dueños eran los mexicanos y se le bautizó como Petróleos Mexicanos, y todos se la creyeron, y como fue avanzando el desarrollo de la petrolera, parecía que se había dado un gran paso de progreso, y los que se imaginaron que el futuro de la nueva empresa mexicana sería boyante, no se equivocaron, pero pronto se abalanzaron sobre ella, tanto así, que en cada sexenio la hicieron su caja chica, junto con el corrupto sindicato, «pobre» Pemex.

Se puede decir… que la violencia está a la orden del «día»

Pero no se puede decir… que aumentó de «tono». Por todos lados hay balaceras, crímenes, ejecuciones a sangre fría, ataques a negocios, empresas y hasta medios de comunicación, y quiérase o no, los defensores de la comunidad mexicana, llámense Sedena, Marina, o la Guardia Nacional, brillan por su ausencia, siempre llegan al lugar de los hechos cuando todo pasó, por eso se les ha perdido el respeto y la confianza, y que yo recuerde, antaño si uno veía a soldados en las calles, se les respetaba y hasta se les temía, y ahora, ni se les ve y mucho menos se «les» teme.

Se puede decir… que Genaro García Luna es «suertudo»

Pero no se puede decir… que su sentencia fue «benigna». Con la tremenda carga de delitos que cargaba a cuestas, se esperaba sería sentenciado a por lo menos, y sin vuelta de hoja, a cadena perpetua, que para sorpresa de hasta él mismo, se le dictó 38 años de prisión, menos casi cinco años que lleva en chirona, le restan únicamente treinta y tres, sin contar los años que logre reducir con las apelaciones que ya preparan su equipo de habilidosos abogados, estaremos adelantando que por lo menos podría purgar diez años más y, en seguida, quedar limpio de «polvo» y paja.

Se puede decir… que las reservas «bajan»

Pero no se puede decir… que es por la devaluación del «peso». Las reservas internacionales de México, al estar tasadas en dólares, y con las depreciaciones seguidas de la divisa mexicana, hace que brote ese fenómeno y le pegue de frente a este renglón tan importante de nuestra economía nacional, que es el colchón donde descansa y se protege el país de cualquier desavenencia que venga del exterior, y eso de repente ha sucedido, sin darle tiempo de nada que, por fortuna, se tiene tal guardadito no pasando nada, y haciendo que todo «siga» igual.

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