Lo que no se puede decir

Se puede decir… que sigue la fuga de «capitales»

Pero no se puede decir… que exista fecha para que se «detengan». La incertidumbre y desesperación generadas por las reformas constitucionales, incluyendo al mismo tiempo, las elecciones presidenciales en Estados Unidos, o sea que por una cosa u otra, el que siempre las lleva de perder, es nuestro México lindo querido, y donde los capitales golondrinos alertas y despiertos, para no sufrir sorpresivos golpes en su valor, en cuanto sienten o se dan cuenta de algo en su contra, están prestos para volar hacia el país más estable y serio, que les ofrezca «protección» y seguridad.

Se puede decir… que Claudia da garantías de «palabra»

Pero no se puede decir… que en esa forma no tienen «validez». La primera mandataria del país, al cruzar palabras más, palabras menos, con los poderosos, indecisos e inseguros inversionistas nacionales como internacionales, les juró y perjuró que les daría todas la mejores garantías para que invirtieran en México, y no titubearan ni tuvieran desconfianza, ignorando la presidenta que con su palabra no basta, pues las palabras se las lleva el viento, puesto que toda garantía debe ser por escrito y basada en la ley respectiva, y ellos le argumentan que «papelito» habla.

Se puede decir… que todo principio tiene un «fin»

Pero no se puede decir… que esa es la ley de la «vida». Emilio Azcárraga Vidaurreta fundó un emporio de radio y televisión, haciendo a su empresa fuerte y poderosa a la que se agrega XEW, y con el tiempo le vinieron otros negocios, entre ellos el fútbol, formando al equipo América, y ni se diga el estadio Azteca, y ya trabajando a todo vapor con eso, vino su familia, y uno de sus hijos apodado Tigre, se hizo cargo del Grupo Televisa por mucho tiempo, y él, al morir, hereda a su hijo, que hoy se supone está metido en un problema de corrupción, peligrando en «perderlo» todo.

Se puede decir… que la inseguridad en todo lo que «da»

Pero no se puede decir… que urge quien la «pare». El flamante secretario de Seguridad Pública, Omar García Harfuch, tiene todo el apoyo, respaldo y confianza de la presidenta, que aquí entre nos, es uno de los pocos nombramientos de ella, el que por cierto, nunca fue del agrado de AMLO, debido a que tal personaje tiene algo que ver en el caso de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, pero pudo más la doctora Claudia, y le dio un hueso clave, para que encabezará el gabinete de seguridad, que se le está desbordando, con tantos crímenes a «balazo» limpio.

Se puede decir… que AMLO es un «colmilludo»

Pero no se puede decir… que él sembró el caos que estamos «viviendo». Minutos antes de que se terminará su mandato, presentó varias reformas, entre ellas la conflictiva judicial, la que promulgó a la carrera, cuyo apresuramiento lo hizo con toda intención para que sucediera lo que está pasando, y fuera, es y será la madre de todas las distracciones, ya que en esa forma, la atención está centrada en ella y lo olviden, eso le resultó a pedir de boca, y hay que reconocer que para la maldad se pinta solo, siendo un verdadero as, en la creación de este «caos» de caos.

Se puede decir… que varios ministros «renunciarán»

Pero no se puede decir… que en ello recibirán jugosa «liquidación». El cálculo será con base en su sueldo, teniendo gran suma cada uno, gracias a la reforma judicial, en este río revuelto y ganancia de pescadores que atizó AMLO, y que ahora enfrenta la presidenta, provocándole el berrinche de su vida, por lo que pagará a cada uno de ellos, y a cambio atenuará su coraje, al quedarle libre el camino para que ya aterrice ese judicial asunto, quedando por resolver el movimiento de los jueces, magistrados, funcionarios y empleados, que vagan aún por las «calles» protestando.

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