Se puede decir… que las amenazas de Donald Trump son «temerarias»
Pero no se puede decir… que también él recibirá sus «efectos». El bravucón próximo presidente gringo, se ha montado en su macho para arremeter con sus diabólicos aranceles en contra de los países que no se plieguen a sus caprichos, con lo que dañará las exportaciones que le hagan, no habiendo poder humano que le obligue a desistir de sus aviesas, dañinas y cacareadas intenciones, con las que tiene hasta la coronilla a sus proveedores, en los que hay industriales de su propio país con fábricas en México, pero eso no lo ve o nada le importa, se «halla» cegado.
Se puede decir… que las elecciones en el Poder Judicial serán una «farsa»
Pero no se puede decir… que ya todo está «arreglado». Se trata de la primera jugada del actual Gobierno y de las últimas tramas que heredó AMLO, la cual se elevó a Reforma Judicial, y que en todo este circo se invertirán millonadas de pesos que francamente se irán al resumidero, pero lo más grave de este asunto, es que para ello no se cuenta con un sólo centavo, y que ha orillado a nuestra presidenta Claudia, a un estado de preocupación, por la falta de recursos, para echar a andar ese tremendo circo de tres pistas, que se realizará ni más ni menos, que a «tontas» y a locas.
Se puede decir… que Claudia afirma que va viento en popa la «seguridad»
Pero no se puede decir… que a cuál país se «refiere». Ignora la situación o está mal informada, o más bien no quiere reconocer que su súper y máximo poli, Omar García Harfuch, en su responsabilidad va lento o considera que tan sólo con su presencia solucionará en las partes neurálgicas del país las cosas, lo que es falso, y ojalá me equivoque, pero parece que lo tienen en la mira, y ya empezaron al asesinar a sangre fría a uno de sus brazos derechos, siendo un escalofriante aviso de que él puede ser el siguiente, por tanto, debe cuanto antes replegarse, con «suma» razón.
Se puede decir… que las remesas se encuentran en «peligro»
Pero no se puede decir… que con la deportación masiva «bajarán». Al ser algo menos los connacionales que se queden allá, será un duro golpe para la economía mexicana, afectando de igual manera a las familias que ya estaban acostumbradas a recibir cierta cantidad de dólares cada mes, que de golpe y porrazo ya no recibirán por órdenes de quien pronto será el nuevo presidente de los Estados Unidos, que hará brotar para Claudia otro tremendo dilema colateral, que será también la deportación de personas de otras nacionalidades, y que no está obligado nuestro «país» de recibir.
Se puede decir… que Claudia no se tienta el «corazón»
Pero no se puede decir… que ha cerrado más «dependencias». Afirma que liquidará a los funcionarios y empleados de acuerdo a la ley, quedando desempleados, y dizque lo hace para ahorrar recursos, debido a que AMLO no le dejó ni un centavo, y tomó un fácil camino: dejar a la gente sin trabajo, en vez de proceder contra los saqueadores y corruptos de Segalmex, Pemex, CFE y otros, pues lo hecho fue a la desesperada para obtener dinero, siendo un espejismo, porque lo que ahorrará, lo gastará en indemnizaciones y lo que ha hecho, fue sobre las rodillas o por «simple» capricho.
Se puede decir… que México se halla «alerta»
Pero no se puede decir… que Donald Trump así lo «tiene». A Claudia no le quedó más que hacer de tripas corazón, por obra y gracia del aguerrido delincuente y electo presidente de Estados Unidos, quien desde que despierta y se levanta, empieza a pensar la forma en que realizará la salida masiva de ilegales que echará por su frontera sur, o sea por México, agresiva, despiadada e inhumanamente, obligando al Gobierno mexicano a crear albergues, para que brinde auxilio a los deportados, quienes tan solo de pensar en eso, ya están pasando una «amarga» navidad.
Se puede decir… que ya arrancó la carrera presidencial del dos mil «treinta»
Pero no se puede decir… que es entre los dos «aspirinos». El reciente agarrón entre Ricardo Monreal y Adán Augusto López —que por cierto ambos son legisladores y pertenecen al rebaño de la 4T— y a raíz del pleito, Claudia los reprendió, sin embargo, el hueso al que aspiran, persistirá entre ellos a la sorda en su objetivo, o sea que la presidenta tendrá que vigilarlos de cerca para evitar otro enfrentamiento entre ellos, que vuelva a incomodar su naciente mandato, entonces veremos qué pasará, aunque lo mejor sería que los separe y los envíe «como» embajadores.