Se puede decir… que la inversión en México se halla en un «hilo»
Pero no se puede decir… que las públicas como privadas se «afectarán». Decrecerán más del 2.5% en el presente año, augurándose por primera vez y fuerte a la baja en un lustro, pegando duro y macizo al desarrollo económico del país, al que se agregará la incertidumbre originada por la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, que frenará de lleno a la actividad de las inversiones, por obra y gracia de dicho y nocivo mandatario a la presidencia de los Estados Unidos, sobre todo, por la imposición de los cacareados aranceles de que «echará» mano.
Se puede decir… que en México se ve venir una «recesión»
Pero no se puede decir… que todo es consecuencia de las afamadas «reformas». De llegar a suceder ese riesgoso suceso, sería un golpe tremendo para la economía mexicana, y por lo que está aconteciendo es que se están realizando movimientos fiscales que dañan a la economía, por eso todo paso que den debe hacerse firme, razonado y calculado, y no sobre las rodillas, ya que cómo van, se han estado acumulando los errores, y cada error es costoso, que al final de cuentas, cuando se den cuenta, la recesión es inminente, y la quieran evitar, será «muy» tarde.
Se puede decir… que el futuro para México se vislumbra «negro»
Pero no se puede decir… que eso ya se veía «venir». Lo grave de este asunto, consiste en que Claudia sigue pegada a los pantalones de AMLO, lo cual le perjudica su mandato, siendo lo más grave que para nada se ve que trate de sacudírselo, con lo que menoscaba y espanta a los inversionistas privados, tanto mexicanos como extranjeros, dañando enormemente a la economía del país, viéndose venir una enorme bola de nieve, el que insista seguir o continuar con las políticas que le heredó su antecesor, que de no cambiar, acelerará a que el crecimiento se «siga» hundiendo.
Se puede decir… que los cien días de Claudia no han sido miel sobre «hojuelas»
Pero no se puede decir… que es sólo el «principio». Lo más complejo y difícil de estos días, han sido el inicio de lo que será el resto de su mandato, ya que ser la presidenta de la república de México, no es cualquier cosa, es una enorme y seria responsabilidad, donde a diario surgen todo tipo de problemas que se tienen que resolver unos a largo y mediano plazo, y otros sobre la marcha, que son los más difíciles, que, para colmo de males, a esos se ha tenido que enfrentar en esa centena de días, ni más ni menos, faltándole todavía, un largo «camino» que recorrer.
Se puede decir… que perro que ladra no «muerde»
Pero no se puede decir… que Donald Trump es de «esos». Este desbocado elegido para presidente de Estados Unidos siempre se ha distinguido por ser un personaje hablador, cuyo vocabulario que usa es el de agredir, amenazar y soltar la lengua sin ton ni son, el cual ha estado utilizando en contra de México, donde la presidenta y su equipo, están haciendo ejercicios de calentamiento, para enfrentarlo y ponerlo en su lugar, ya que es un cobarde, que a la hora de la hora se hace para atrás, entre tanto, no hay que confiarse de ese sujeto, que tiene «arranques» de locura.
Se puede decir… que Claudia recibió puras piedras en su «camino»
Pero no se puede decir… que AMLO solo la «embarcó». La sedujo con tanta loa, al bautizarla la mejor presidenta del mundo, y ella se lo creyó a pie juntillas, y hablando de pies, ella camina y se tropieza con tanta piedras que trae en los zapatos, que se llaman Pemex, CFE, siendo la más reciente Mexicana de Aviación, que ha caído en bancarrota, y sin vuelta de hoja, se está precipitando a estrellarse en su inminente desaparición, y aquí entre nos, es mejor su sepultura, que por donde se le busque, le costó, le cuesta y le seguirá costando al erario, por capricho de «don» Andrés.