Se puede decir… que Trump no deja a Claudia en «paz»
Pero no se puede decir… que ella le responderá con cabeza «fría». Ahora la amenaza viene por las exportaciones de México hacia la tierra del Tío Sam, del gravamen al acero y el aluminio, que barbaridad tan bárbara de este personaje que se soltó la cabellera oxigenada para seguir aplicando a diestra y siniestra sus arancelitis, importándole un bledo los daños y consecuencias que provocará con tales impuestos, que ya se frota las manos para imponerlos y que, según él, colocar en cintura a todos los países para que se ajusten a sus «condiciones» brutales.
Se puede decir… que desde ya van por la «grande»
Pero no se puede decir… que más los que se «acumulen». Encabezando la lista Andy López hijo de quien ya sabe; Félix Salgado; Ricardo Monreal, poderoso hermano del actual gobernador de Zacatecas, y el descarado que trabaja por su causa, el labioso presidente de la mesa directiva del Senado: Gerardo Fernández Noroña, al que se le ve como el más alborotado, por la candidatura presidencial, que por cierto aquí entre nos, viaja constantemente al extranjero, con recursos propios, o del hueso que ostenta, y que disfraza como viajes de trabajo, vaya «usted» a saber.
Se puede decir… que los aranceles no son «nuevos»
Pero no se puede decir… que siempre han «existido». Lo que sucede es que el nuevo presidente gringo, los desempolvó con el fin diabólico de meter angustia y desesperación a los directamente afectados como México, en pocas palabras: se trata de un añejo impuesto que a todos angustia y que los países lo han manejado a sus deseos, antojos y conveniencias caprichosas, como es el caso del maquiavélico de Donald Trump, que ahora se halla en pausa, pero no hay que confiar, porque en un arranque de locura lo aplica, o se tienta el corazón, y se «olvida» de él.
Se puede decir… que Trump no tiene «palabra»
Pero no se puede decir… que sólo habla sin ton ni «son». Se caracteriza por tener lengua larga, que usa para atacar y ofender a los que no concuerdan con él, o no le loan sus ideas absurdas y descabelladas, que la mayoría de las veces, hace y dice con el objeto de obtener lo que le dictan sus caprichos, como lo acaba de hacer con sus envenenados aranceles, que la verdad de las cosas, sea tan tonto en ponerlos en práctica, pues solo fue un tiro al aire para presionar a Claudia, para que enviara 10 mil soldados al sur de la frontera mexicana, para que «frenara» la migración.
Se puede decir… que Claudia está en contra del «nepotismo»
Pero no se puede decir… que su mandato está lleno de ese «delito». Dentro de las reformas constitucionales que hasta ha enviado al Congreso nuestra señora presidenta es la que evitará el nepotismo, delito federal que han estado cometiendo políticos, diputados, senadores, y hasta gobernadores, asimismo exgobernadores, y expresidentes, siendo el caso más sonado, el de Andy, el hijo de AMLO, que goza de gran salud, perdón, goza del dedazo de su papá, que lo puso como superorganizador de Morena, y quizás será próximo «candidato» presidencial.
Se puede decir… que Peñoles es candil de la «calle» Pero no se puede decir… que de su casa «oscuridad». Durante más de un siglo se ha dedicado a envenenar a los laguneros por aire y por tierra, con los desechos que ha tirado durante todo ese largo tiempo, a ciencia y paciencia de los tres niveles de autoridades, que se han hecho, se hacen y seguirán haciéndo la vista gorda, permitiendo su estancia en la mancha urbana de Torreón, que es un delito de lesa humanidad, y ya dejar de darse coba con eso de proteger la flora, para dar equilibrio ambiental —que está bien—, pero es mejor y primordial que se instalen en «otro» lado