Cada uno de nosotros proyecta una sombra, porque en la derrota somos seres que van buscando luces en su propia oscuridad, sabiendo que el amor perjudica seriamente la salud y terminas aprendiendo que se puede adorar la moda, sin idealizarla. Nos pasó a los seguidores de Chiefs, porque su líder Mahomes nos dejó en la derrota 40-22 sin fortaleza para amortiguarla.
Queríamos ver la plenitud de Patrick y terminamos admirando el esplendor de Jalen Hurts (Houston, 26), el QB de Águilas y MVP del SB, que exhibió su puntería de apache con 17 pases completos para 221 yardas, con 11 acarreos, par de TD y una anotación personal. Noble y honesto, dijo al final: «Es imposible hacer grandes cosas sin las personas correctas en tu derredor». Claro, le daba el mérito adecuado a su temible defensiva, que capturó seis veces al astro de Kansas City. Esa donde brilló Milton Williams (25), el tackle defensivo que pesa 130 kilos y mide 1.90 metros.
El líder Mahomes seguro jugó el peor partido de su vida. Se aplaude su decisión, lucidez y sinceridad ante el ramillete de periodistas, lo que le da mayor valor a su persona. Él dijo con claridad: «Decepcioné a todos». Se mordió los labios, aguantó la respiración y remató con esto: «Seguiré trabajando, tratando de aprender y ya estaremos de regreso». Sabemos ahora que este frentazo lo marcará en toda su carrera.
El notable físico Albert Einstein (1879-1955) decía que el fracaso es un éxito en progreso y al final de su vida en Princeton, N.J. se negó a una cirugía experimental intentando salvarlo. Él les dijo a sus médicos: «Ya he hecho mi parte. Es hora de irse y lo haré con elegancia». Queda comprobado que, en cualquier actividad, los humanos somos el resultado de aquello que hemos vivido.
Si bien juego y espectáculo de medio tiempo fueron de alta impresión, el mensaje que deja ver caer a un ídolo y descubrir a nuevos superhéroes de la NFL, son acciones que entremezclan y manipulan la realidad y ficción, de acuerdo a la pasión con que se vea, porque cada cual tiene un nivel de conciencia y desde luego una inteligencia emocional.
La vida es un espejo que a veces nos muestra algunas sombras de recuerdos grises, porque siempre hay un pasado que se resiste a ser olvidado, como en el caso de Santos Laguna, volviendo a la tormenta local. Aunque sus jugadores son personajes simpáticos, a pesar de sus defectos, no les alcanza con su plausible esfuerzo, y aunque pasean el regreso del corazón a la esperanza, solamente incrementan, partido a partido, el triste silencio de la angustia.
En la liga MX lo que se nota en TV y medios son la ansiedad, depresión y trastorno del sueño como males comunes. Algunos equipos muy poderosos y pudientes contra otros que sobreviven con el rostro pálido y las manos temblorosas, que no pueden reponerse al tumulto interior con que se vive la diferencia entre ricos y pobres, desfilan como seres espiritualmente inválidos.
Tal vez entonces sea mejor evocar el pensamiento de famosos que nos estimulen, como Mario Benedetti (1920-2009), escritor uruguayo que decía: «No sufro de amnesia, solo me acuerdo de lo bonito y de lo que quiero acordarme. Se llama memoria selectiva y es muy saludable tenerla».