Aunque el presente es una jaula inevitable, uno logra escapar mediante destellos y rutas que le dan sus aficiones hacia una libertad que suele durar poco. Porque es claro que hay jugadores capaces de crear espacios de belleza con un solo movimiento. Como el remate y gol de Tahiel que liquidó el esfuerzo de Unsaín y el Necaxa. Un cabezazo que dimos todos desde que vimos el centro.
Tahiel es un canto sagrado del pueblo indígena Mapuche, que habita el sur y centro de Chile, un canto interior con el que logra su libertad. Eso fue lo que cantó el chico Jiménez (18) que nació en Boca del Río, Veracruz, pero que vestido de verdiblanco se muestra para colarse con toda fe entre el ilusionismo y victimismo de la sufrida afición santista. Un gol Mapuche entre lluvia y el llanto.
Nuestra gente maravilla a veces se mira a través de lo que ya no existe. Sueñan en lo que podría ser si su medio campo fuera con Gorriarán, Valdés y Brunetta pero tienen que asimilar que el vagón se mueve hoy si lo jala el talentoso Jordan, un chico que juega con las medias caídas pero que suele pensar más en lo personal que colectivo y hay que saber mirar lo que no se ve, aunque conociendo el estilo de negocio de los dirigentes, piensan que Carrillo está ya en el aparador y será la próxima venta y para intuirlo, no se necesita ir más allá de la imaginación simple.
En los tiempos de expansión de la XEW, cuando llegó a cubrir todo el país, la radio tenía toda la atención, aunque la TV ya avanzaba. Las voces de hombres como Mago Septién, nos llevaban por caminos de la imaginación cundo narraba las historias de Al Pinkston, Becerril Fernández, Toche Peláez, Zurdo Ortíz, Felipe Leal, Ramón Arano, Abulón Hernández, Paquín Estrada, Aurelio López, Aarón Flores, Leo Rodríguez, Max León, Diablo Montoya, varias generaciones de los Diablos Rojos.
Ahora mismo, los modernos Diablos de Alfredo Harp Helú nos dieron un domingo frenético y donde el morbo dominaba. Oaxaca llegó a tener ventaja de 3-0 y todo parecía liquidado pero Lorenzo Bundy, auxiliado por el bate de Canó y el brazo de Bauer, hicieron la diferencia. Un regreso espectacular, con detalles de oro. Bauer terminó la campaña 10-0 y la serie final con un 2-1.
Trevor había ganado el jueves con siete entradas y 13 ponches. El domingo Bundy jaló por él desde temprano pero su gran exhibición se dio en la octava, cuando tiró nueve strikes consecutivos y liquidó a Querecuto y Amarista sin tirarle. Yuriel González se ponchó abanicando. Al final, solo pudo decir, ya convertido en el ídolo rojo, que todo había sido «algo muy divertido». Tienen ya el primer banderín por su zona, falta ahora lo más difícil, el ir contra Sultanes por el cetro de la LMB.
Trevor Bauer (33) siendo astro en grandes ligas sufrió una acusación por presunto abuso sexual, llegando a un acuerdo extrajudicial con la acusadora y sin pasar por cargos penales. Cumplió una suspensión de 194 juegos, pero no pudo regresar a MLB y Harp Helú lo trajo a México, pagándole cifras que nunca se han dado a conocer, aunque es evidente que gana más dinero que cualquiera del resto del plantel rojo. Está viviendo con sus fans un mundo posible, e incluso, mejor.
Nadie puede sacudir el modo de vida establecido y se trata de creer que podemos crear el futuro que queremos ver. Porque Bauer sabe que los duelos y traumas no procesados son capaces de impactar en las siguientes generaciones, como igual está en una etapa vital que acelera su trayectoria de manera fulgurante. Por ello, si los viejos filósofos decían que en el mundo hay almas a las que uno quisiera asomarse, es claro que Trevor Bauer es uno de ellos, sin dudarlo.