Alejandro Dávila Flores y el colectivo Boyatón impulsan propuestas para revitalizar el uso de la bicicleta en la capital. Infraestructura, cultura vial y colaboración ciudadana son los pilares del desarrollo urbano, apuntan
Para el equipo de Boyatón, liderado por Alejandro Dávila Flores, el inicio de una nueva administración en Saltillo trae consigo grandes expectativas, especialmente en materia de movilidad sostenible. De ahí que este colectivo urbano le haya hecho llegar una carta al presidente municipal, Javier Díaz González, el 17 de enero, donde no solo se ofrecen a apoyar cualquier gestión en esta área olvidada por otras administraciones, sino que ofrece nuevas iniciativas y peticiones al edil y su gabinete. Entre las propuestas más interesantes está el compromiso de retomar el Plan Director de Desarrollo Urbano de Saltillo aprobado por unanimidad en 2021, que tuvo por eje fundamental la creación de una red de infraestructura vial segura para bicicletas, la cual debió haber alcanzado 204 kilómetros en 2024 y cubrir al 80% de la población.
«La movilidad sostenible es un pilar fundamental para enfrentar los desafíos ambientales, económicos y sociales del siglo XXI».
Alejandro Dávila, investigador
La experiencia de metrópolis como la Ciudad de México son un ejemplo claro de los beneficios de estas iniciativas. Allí, la red de ciclocarriles creció de 274 a 535.5 kilómetros, lo que permitió que los viajes diarios en bicicleta aumentaran en un 71% entre 2018 y 2024, alcanzando 457 mil traslados al día. Esta expansión, combinada con la renovación de sistemas de bicicletas públicas —Ecobici— ha demostrado ser una estrategia efectiva para fomentar la movilidad activa y reducir las emisiones contaminantes.
En Saltillo, apunta Dávila Flores en su misiva, la situación es muy distinta. A pesar de los compromisos establecidos, la infraestructura para bicicletas ha sido descuidada. La ciclovía oriente-poniente, uno de los pocos proyectos existentes, se encuentra en malas condiciones debido a la falta de mantenimiento y al impacto de obras municipales y privadas. Ciudadanos organizados han intervenido para rescatar partes de esta vía mediante la colocación de boyas y reparaciones de confinamientos, pero los esfuerzos requieren apoyo oficial.
Manos a la obra
El cumplimiento de las leyes federales y estatales en materia de movilidad activa es una asignatura pendiente para las autoridades municipales, señala el equipo del Boyatón. Entre las prioridades urgentes destaca:
- Repintado y señalización de la ciclovía oriente-poniente: Ciudadanos han solicitado que se repinten las líneas limítrofes y centrales, y que se reinstale la señalización dañada o inexistente.
- Reinstalación de confinamientos retirados: Tramos frente al campus Rectoría de la UAdeC y otras zonas requieren acción inmediata tras obras de recarpeteo.
- Reparación de daños por empresas de servicios: Obras de introducción de tuberías de gas y agua han afectado la infraestructura, y los responsables deben ser obligados a restaurarla.
- Refuerzo en la aplicación del reglamento de tránsito: Es necesario sancionar las infracciones y destinar los recursos recaudados al mantenimiento y ampliación de la red ciclista.
- Limpieza sistemática de ciclovías: El estado actual de suciedad representa un obstáculo para su uso y un riesgo para los usuarios.
En busca de soluciones conjuntas, ciudadanos han ofrecido un paquete de 500 boyas para avanzar en las reparaciones de la ciclovía, solicitando que el municipio aporte una cantidad similar. Esta colaboración podría ser un primer paso hacia un compromiso real con la movilidad activa.
Beneficios múltiples
La movilidad en bicicleta no solo mejora la calidad de vida, sino que también genera beneficios tangibles en diversos ámbitos. Datos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) muestran que los hogares con bicicletas como medio de transporte tienen patrones de consumo diferentes: gastan más en alimentos y ropa, mientras que reducen sus gastos en vivienda, transporte y salud. Además, estos hogares tienen mayor capacidad de ahorro y reducen sus emisiones de gases de efecto invernadero y micropartículas contaminantes.
En términos de eficiencia energética, la bicicleta es un medio de transporte altamente competitivo. En comparación con los vehículos motorizados, su huella ecológica es mínima, y su uso contribuye a mitigar los efectos del cambio climático y la contaminación del aire. Estas ventajas cobran especial relevancia en un contexto global donde los combustibles fósiles, responsables de gran parte de las emisiones contaminantes, enfrentan un declive inevitable.
El éxito de la movilidad ciclista en otras ciudades puede servir como referencia para Saltillo. La experiencia de la Ciudad de México demuestra que la combinación de una red de infraestructura adecuada y un sistema de bicicletas públicas de última generación puede transformar los hábitos de transporte de la población. En Guadalajara, el programa MiBici también ha impulsado un aumento significativo en el uso de bicicletas como medio de transporte.
Un modelo inicial basado en soluciones de bajo costo, como el Boyatón, propuesto por los ciudadanos de Saltillo, podría ser el punto de partida. Este esquema, basado en pintura y boyas, permite desarrollar rápidamente una red de ciclocarriles que posteriormente puede ser mejorada con confinamientos de mayor calidad. Este enfoque gradual no solo es eficiente en términos económicos, sino que también genera confianza entre los usuarios.
El papel del Gobierno
La administración municipal tiene la responsabilidad de liderar estos esfuerzos. Cumplir con los compromisos establecidos en el Plan Director de Desarrollo Urbano no solo es una cuestión de legalidad, sino también de visión a futuro. La movilidad sostenible es un pilar fundamental para enfrentar los desafíos ambientales, económicos y sociales del siglo XXI.
Asimismo, el Gobierno local debe garantizar que las empresas que realicen obras en la ciudad asuman su responsabilidad en la reparación de los daños causados a la infraestructura ciclista. Esto incluye la supervisión estricta de los contratos y la aplicación de sanciones en caso de incumplimiento.
Un componente esencial para el éxito de estas iniciativas es la promoción de una cultura vial que respete a los ciclistas y peatones. Campañas de sensibilización, programas educativos y la inclusión de temas de movilidad sostenible en las escuelas pueden contribuir a un cambio de actitud en la población.
El futuro de la movilidad en Saltillo depende de decisiones que se tomen hoy. La implementación de una red de ciclocarriles segura y eficiente no solo transformará la manera en que nos desplazamos, sino que también marcará un precedente en el compromiso con la sostenibilidad y el bienestar de la comunidad. La colaboración entre ciudadanos y autoridades es clave para alcanzar estos objetivos. Con voluntad política y una visión a largo plazo, Saltillo puede convertirse en un ejemplo de movilidad activa y sustentable en México. E4
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