Mujeres estadistas: la cara fiable del poder en un mundo sombrío

La presidenta comparte la formación científica y política de Margaret Thatcher y Angela Merkel. Quienes fueron primeras gobernantes de Reino Unido y Alemania figuran entre los líderes más importantes del siglo XX y lo que va del actual. Time incluye a CS en la lista de los más influyentes de 2025

Megyn Kelly, la periodista que desenmascaró a Trump

La Dama de Hierro inglesa y la guerrillera brasileña

La presidencia de Claudia Sheinbaum avanza a ritmo acelerado. Faltan menos de dos meses para que la primera mujer en ocupar la silla del águila rinda su primer informe. La decisión tomada por 36 millones de electores, cifra equivalente a más de un tercio de la lista nominal o al 61% de la votación emitida, parece ser, por ahora, la adecuada. Máxime si se toma en cuenta que el 82.5% de los mexicanos aprueba su Gobierno de acuerdo con una encuesta de FactoMétrica y Reporte Índigo. La pesquisa se publicó tras la Cumbre de Líderes del G7 a la cual la jefa de Estado asistió por invitación del primer ministro de Canadá, Mark Carney, del Partido Liberal, de centroizquierda.

Los problemas del país son los mismos, pero la forma de gestionarlos y la manera como el mundo empieza a ver a México es distinto. El liderazgo de Sheinbaum genera confianza dentro y fuera de las fronteras. Así lo demuestra el debut de México en el foro de Kananaskis, Alberta, al cual acudieron Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Reino Unido y Estados Unidos. Los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; India, Narendra Modi (países fundadores de los BRICS); Ucrania, Volodímir Zelenski, y Corea del Norte, Lee Jae-myung, asistieron también como invitados.

Ser mujer, científica, política y sobrellevar a Donald Trump sin caer en las provocaciones del pirómano, le confiere a Sheinbaum respetabilidad y un halo que le abre a México las puertas del mundo como pocas veces se ha visto. Para la periodista Carmen Morán Breña «El gran examen de Sheinbaum (en el G7) iba a ser la reunión con Trump, en la que pretendía abordar los problemas económicos que se abren para México con los aranceles al aluminio y al acero, pero también llevar cierta calma y obtener resultados sobre la crisis migrante, cuyas redadas en Estados Unidos han ido soliviantando a la comunidad mexicana y la exponen a represalias internacionales» (El País, 17.06.25).

La entrevista no pudo llevarse a caboporque Trump adelantó su regreso a Washington para atender el conflicto entre Israel e Irán, pero sostuvieron una breve charla telefónica. «Quienes esperaban ver la altura estadista de la presidenta ante un encuentro como este, complejo y precedido de alta tensión entre ambos países, tendrá que esperar mejor momento», dice la periodista. Sheinbaum no se ha careado todavía con su homólogo estadounidense, pero sus alcances como jefa de Estado y de Gobierno son reconocidos. Trump y Sheinbaum han sostenido una charla telefónica mensual en promedio desde que el republicano reasumió el poder. La líder de la 4T dejó en Alberta buen sabor de boca. Los únicos países representados en la cumbre por mujeres fueron México; Italia, por la primera ministra Giorgia Meloni; y la Unión Europea, cuya presidenta es la alemana Ursula von der Leyen, quien fue ministra de Defensa en el Gobierno de Angela Merkel.

Sheinbaum propuso a los líderes del G7 una Cumbre Mundial por el Bienestar Económico. El bienestar es posible para todos, aunque parezca un sueño, dijo. «En un mundo marcado por interdependencias, ningún país puede aislarse y prosperar a costa del sacrificio ajeno». La presidenta infundió en Kananaskis el espíritu del denominado “nuevo humanismo mexicano”: «Que este G7 no sea solo una reunión de potencias, sino un espacio de responsabilidad compartida, porque el poder no se mide solo por lo que se tiene, sino por lo que se hace con él», sostuvo.

Las tres cumbres

El tema lo traté en otra ocasión, pero vale la pena recordarlo. En una entrevista con Manuel Camacho Solís, para Espacio 4, comenté que una de las debilidades de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) era su escaso o nulo roce con el mundo. El coordinador de la alianza de izquierdas de la campaña de 2012 y fugaz canciller en el último tramo del Gobierno de Carlos Salinas de Gortari, aceptó el argumento, pero le restó importancia. «Marcelo (Ebrard) le ayudará mucho». No se equivocó. AMLO esperó seis años más para alcanzar la presidencia, y Ebrard, a quien nombró canciller,
hizo llevadera la relación con Donald Trump.

AMLO mantuvo la distancia con el mundo durante su mandato. La primera gira internacional la cumplió casi dos años después de asumir el cargo. En julio de 2020 se reunió con Trump en Washington. En noviembre de 2021 asistió a la cumbre de Líderes de América del Norte junto con Joe Biden y Justin Trudeau, primer ministro de Canadá, celebrada en la capital de Estados Unidos. En 2022 se entrevistó de nuevo con Biden, en la Casa Blanca. La última salida fue a San Francisco, California, con motivo de la Junta de Jefes de Estado y de Gobierno de la APEC. También viajó a Guatemala, San Salvador, Honduras, Belice, Cuba, Colombia y Chile. En 2024 no realizó ninguna visita oficial.

Con las espaldas en el exterior cubiertas por Ebrard, AMLO dedicó su tiempo a llevar a cabo el cambio de régimen, anunciado el primer día de su Gobierno, mediante la Cuarta Transformación (4T). Una vez afianzadas las bases del proyecto, y con la oligarquía y los grupos de presión a raya, Claudia Sheinbaum puede salir al mundo como una presidenta fuerte, legitimada y con mayoría en el Congreso y en los estados. Sheinbaum ha participado ya en tres cumbres: la de Líderes del G20, en Río de Janeiro, Brasil; la de la Comunidad de Estados Latinoamericanos (CELAM), en Tegucigalpa; y la del G7, en Alberta, Canadá.

El cara a cara más esperado y el que más atrae la atención es el que celebre con Trump, para el cual aún no hay fecha. Hombre espectáculo y bully, el presidente de Estados Unidos acorrala a sus interlocutores cual presas. El 28 de febrero pasado humilló al líder ucraniano Volodímir Zelenski durante una reunión en Despacho Oval transmitida en directo. Quizá por lo mismo Sheinbaum declinó la invitación de Trump para visitarlo después de la Cumbre del G7. El republicano ha criticado a la presidenta, pero también ha reconocido su liderazgo y la colaboración de su Gobierno en temas estratégicos (narcotráfico, migración y seguridad fronteriza). México ha conseguido reducciones arancelarias y en el impuesto a las remesas, plazos para cumplir con el Tratado de Aguas de 1944 y concesiones que otros países no han conseguido.

Sheinbaum ha logrado reconocimiento internacional en poco tiempo. Time no le dedica todavía una portada como Peña Nieto, quien devino en el presidente más impopular de México, pero ya la incluyó entre las 100 personas más influyentes del mundo de 2025 en la categoría de Líderes. En la nómina de políticos figuran los presidentes Trump, Javier Milei (Argentina) y Corina Machado, opositora de Nicolás Maduro. «La notoriedad de Sheinbaum fuera de México coincide con la popularidad que ha alcanzado en el país. Un 82% de los mexicanos aprueba su gestión, de acuerdo con una encuesta de Enkoll, El País y W Radio en marzo de 2025. (…) un 67%, considera que la situación del país ha mejorado desde la llegada de Sheinbaum al poder…». (Sara González, El País, 16.04.25).

La sombra del caudillo

A medida que la imagen de la presidenta Claudia Sheinbaum crece y la aceptación de su Gobierno aumenta, la figura de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se diluye. El mismo fenómeno se observa en los partidos: a mayor avance de Morena y sus aliados, PT y Verde, las oposiciones se desvanecen en la bruma la intrascendencia. Sin propuestas para reconectar con los ciudadanos ni liderazgos nuevos, la vieja partidocracia, representada por el PRI y el PAN, se atrinchera en el Congreso. En vez de recorrer barrios, poblados y plazas para escuchar a la población, recoger sus demandas y mostrar al país real, no el color de rosa pintado por el discurso oficial omnipresente —como en otro tiempo fue la retórica de los Gobiernos azules y tricolores—, no hacen más que mirarse el ombligo.

Movimiento Ciudadano (MC) es la tercera fuerza política nacional y se le percibe como la opción opositora, acaso por no haberse aliado con ningún partido en las elecciones presidenciales de 2024. Sin embargo, vender sus victorias, todavía modestas, cual triunfos definitivos, alimenta expectativas frágiles y poco realistas. MC ganó 41 alcaldías en Veracruz en junio pasado, más del doble de las 18 obtenidas en 2021. En el resultado pudo haber influido la ascendencia de su fundador, Dante Delgado, exgobernador interino cuando militaba en el PRI. Morena conservó la capital (Jalapa) y en el puerto, cuya economía y población son las más grandes del estado, derrotó al frente PAN-PRI. En Durango el oficialismo retuvo la capital, pero perdió Gómez Palacio con Morena.

Los poderes fácticos porfían en su apuesta por el desgaste de la 4T, sin lograr resultados. Al contrario, el apoyo a Sheinbaum subió al 82.5% el mes pasado, ligeramente superior al de AMLO en su primer año como presidente. Caminar en círculos vuelve a los antagonistas del Gobierno al punto de partida. En el mismo sentido, la agenda de un sector de la prensa no ha dejado de girar en torno a temas como la violencia, el robo de combustible y la elección judicial. Las columnas de opinión, también repetitivas, tampoco han logrado incidir en el ánimo social a juzgar por las encuestas y las tendencias electorales.

La premisa según la cual «si le va bien al presidente, le va bien al país» era sesgada. A ningún gobernante puede irle de perlas si la mayoría pasa las de Caín, la riqueza se concentra en pocas manos y la justicia se vende al mejor postor. En el plano personal las cosas cambian. Muchos mandatarios fabricaron fortunas mientras el país se iba a pique. El estilo de Sheinbaum, como el de AMLO, aleja y disgusta a unos, pero atrae a quienes nunca habían tenido acceso al presidente. La cercanía con la gente, que el PRI y el PAN perdieron, le dio a Morena las llaves del poder.

La austeridad republicana, que la nueva clase gobernante no practica todavía, pudo haber sido un simple lema de campaña o devenido mito, pero la presidenta la observa. No ostenta lujos ni tiene avión «como el de Trump». Los viajes al exterior los realiza en vuelos comerciales. Asimismo prescindió de la parafernalia y de las grandes comitivas. Las giras estatales son por tierra y no le causan gastos ni presiones a los Gobiernos locales. Pueden parecer cosas simples, pero no pasan desapercibidas, como tampoco el hecho de que López Obrador abandonó la escena para dedicarse a escribir y esperar el juicio de la historia. E4


Megyn Kelly, la periodista que desenmascaró a Trump

América Latina tiene solo cuatro presidentas; y de las potencias, Italia es la única con primera ministro. Al ritmo actual, la igualdad podría lograrse dentro de 130 años: ONU

De los 193 países reconocidos por la ONU, apenas 27 son gobernados por mujeres. El mayor de ellos, en términos territoriales y de población, es México. La única potencia dirigida hoy por una mujer es Italia. Giorgia Meloni, líder del partido conservador Hermanos de Italia, ocupó el ministerio de la Juventud en el Gobierno de Silvio Berlusconi y la vicepresidencia de la Cámara de Diputados antes de convertirse en la primera mujer en ejercer el mando. Mette Frederiksen, primera ministra de Dinamarca, está en el polo opuesto: es sindicalista y preside a los socialdemócratas. Previamente se desempeñó como ministra de Justicia y de Trabajo. Sin embargo, del conjunto de jefas de Estado o de Gobierno —y de mandatarios en general—, solo una figura entre las 100 personas más influyentes del mundo de este año de la revista Time: Claudia Sheinbaum Pardo.

«Has llamado a las mujeres que no te gustan: cerdas, gordas, perras, desaliñadas y animales repugnantes».

(Megyn Kelly —periodista— a Donald Trump en el debate republicano de 2015)

La sección Líderes ocupa casi un cuarto del listado (22), de los cuales nueve son presidentes o primeros ministros: Donald Trump (Estados Unidos), Javier Milei (Argentina), Lee Jae-myung (Corea del Sur), Keir Starmer (Reino Unido), Friederich Merz (Alemania) y Muhammad Yunus (India). La única mujer en esa categoría es la presidenta de México. En el apartado de Artistas aparece el mexicano Diego Luna. En las demás secciones corresponden a Innovadores, Titanes, Iconos y Pioneros. La periodista y comentarista política Megyn Kelly, excolaboradora de Fox News y NBC News, reapareció en Líderes después de su primera aparición en 2014.

Kelly puso contra las cuerdas a Trump en el primer debate entre los candidatos del Partido Republicano a la presidencia, en agosto de 2015, por sus comentarios sexistas. «Has llamado a las mujeres que no te gustan: cerdas, gordas, perras, desaliñadas y animales repugnantes». Trump respondió en las redes a su manera: con insultos y descalificaciones. Tildó a la periodista de «mentirosa» y «sobrevalorada» (BBC News Mundo). El veredicto lo dio The Guardian: «Olvídense de Donald Trump: Megyn Kelly ganó el debate republicano».

América tiene ahora solo cuatro presidentas. Sylvanie Burton, de Dominica, destaca no solo por ser la primera mujer que ocupa el cargo, igual que Sheinbaum en México, sino también por su origen indígena. Las otras dirigentes son Xiomara Castro (Honduras) y Dina Boluarte (Perú), quien detenta el cargo apoyada por la derecha tras la destitución del presidente Pedro Castillo. Boluarte está en su peor momento por los conflictos políticos y los escándalos de corrupción en un país ingobernable. La presidenta peruana es la segunda peor calificada de América Latina, con un 73.7% de rechazo, superada solo por Luis Arce, de Bolivia (76.2%) [Infobae 23.06.25].

«La participación y el liderazgo de las mujeres en la vida política y en la vida pública en igualdad son fundamentales para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible antes de 2030», dice ONU Mujeres. Advierte, sin embargo, que la representación femenina «es insuficiente en todos los niveles de toma de decisiones del mundo», y que la paridad de género en la política está aún lejos de alcanzarse. Con solo 27 jefas de Estado o de Gobierno a escala global, la igualdad en las más altas esferas de decisión tardará 130 años más, apunta el organismo. Solo seis países tienen paridad en los parlamentos; y en nueve, la mitad de los gabinetes la ocupan mujeres. México figura en ambos grupos. Además, casi el 50% de los estados tienen, por primera vez, gobernadora. E4


La Dama de Hierro inglesa y la guerrillera brasileña

El poder femenino toma impulso en México después de la ola que encabezaron Bachelet, Fernández y Rousseff. El gesto de Lula da Silva desató una tormenta en un vaso de agua

La combinación de ciencia con política en Reino Unido y Alemania resultó exitosa. Margaret Thatcher y Angela Merkel, primeras jefas de Gobierno de las potencias europeas, dieron ejemplo a los hombres de cómo recuperar la grandeza de sus países sin odio ni aspavientos. Amas de ideología conservadora, la británica ejerció el poder 11 años consecutivos; y la alemana, 16, divididos en tres y cuatro periodos, respectivamente. Antes de llegar a ser la Dama de Hierro y una de las 20 figuras más importantes del siglo XX, de acuerdo con la revista Time (1999), Thatcher fue investigadora química y abogada fiscalista. Merkel saltó de la física a la cancillería, y durante varios años ostentó el título de «la mujer más poderosa del mundo», concedido por la revista Forbes.

Las primeras presidentas de Chile, Argentina y Brasil son de izquierda: Michelle Bachelet (doctora), Cristina Fernández (abogada) y Dilma Rousseff (economista). Las tres fueron elegidas para un segundo mandato —no consecutivo en el caso de Bachelet—. Rousseff dejó inconcluso el suyo porque el Senado la destituyó bajo cargos de los cuales el Tribunal Federal de Cuentas la absolvió más tarde. Forbes la incluyó entre las mujeres más poderosas del mundo, al lado de Angela Merkel y Hillary Clinton.

Luiz Inácio Lula da Silva impulsó Rousseff a la presidencia, en 2011, y su regreso al cargo en 2023, por tercera ocasión, le permitió rehabilitarla. La economista preside el Nuevo Banco de Desarrollo del BRICS, con sede en Shanghái, fundado por Brasil, Rusia, China y Sudáfrica. La influencia del bloque aumentó con la integración de Egipto, Irán, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita y Etiopía, claves en el equilibrio de fuerzas, según se hizo patente en el conflicto entre Israel y el antiguo imperio persa.

Después la ola encabezada por Bachelet, Fernández y Rousseff, la mujer volvió a tomar aliento en la política de América Latina con la elección, en México, de la primera presidenta: Claudia Sheinbaum, cuya carrera tiene semejanzas con la de Rousseff en ideología y activismo. La brasileña combatió desde la guerrilla a la dictadura militar, y la mexicana, desde la oposición y las aulas, a la «dictadura perfecta» encarnada por Carlos Salinas de Gortari. Rousseff sucedió a su mentor (Lula) y Sheinbaum al suyo (Andrés Manuel López Obrador). Como científica y política, pero del otro lado del espectro, el parecido es con Thatcher y Merkel. Si como presidenta también trasciende, la fórmula ciencia-política habrá vuelto a funcionar.

Sheinbaum ha tenido con Lula da Silva tres encuentros. El primero en la Cumbre de Líderes del G20, en Río de Janeiro, recién iniciado su Gobierno. El segundo en abril, en la Cumbre de Estados Americanos y del Caribe (CELAC), celebrado en Tegucigalpa, Honduras. Y el más reciente en Canadá, con motivo de Foro del G7 al cual asistieron como invitados. Quizá Sheinbaum le recuerde a Lula a Rousseff, su compañera de luchas por muchos años. En Kananaskis, como en las cumbres previas, el presidente brasileño fue efusivo con la presidenta mexicana. Abrazarla y tocarle las mejillas escandalizó a quienes vieron el gesto como una ofensa, cuando en realidad se trató de una muestra de amistad.

La mujer ha demostrado, sin estridencias, ser tan competente o más que el hombre. No solo en la política, sino también en la economía, los negocios y en todos los ámbitos. Solo le faltaba romper el techo de cristal. El paso que dio México al nombrar como presidenta a una mujer es enorme. Alguien más, en otro tiempo, pudo haber sido elegida (Cecilia Soto, Patricia Mercado, Josefina Vázquez Mota, Margarita Zavala o Xóchitl Gálvez), quien reunió las condiciones para ganar fue Sheinbaum: experiencia, proyecto, liderazgo y el partido con la base social más amplia. Por hoy no ha defraudado. E4

Torreón, 1955. Se inició en los talleres de La Opinión y después recorrió el escalafón en la redacción del mismo diario. Corresponsal de Televisa y del periódico Uno más Uno (1974-81). Dirigió el programa “Última hora” en el Canal 2 de Torreón. Director del diario Noticias (1983-1988). De 1988 a 1993 fue director de Comunicación Social del gobierno del estado. Cofundador del catorcenario Espacio 4, en 1995. Ha publicado en Vanguardia y El Sol del Norte de Saltillo, La Opinión Milenio y Zócalo; y participa en el Canal 9 y en el Grupo Radio Estéreo Mayrán de Torreón. Es director de Espacio 4 desde 1998.

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