Los reporteros sufren además detenciones y desapariciones en territorios ocupados por Rusia. Las denuncias de crímenes de guerra contra Moscú se multiplican; no hay respuesta
Han transcurrido dos años desde que el periodista francés, Frédéric Leclerc-Imhoff, perdió su vida mientras cubría la invasión rusa en Ucrania y, desde entonces, el trato a los periodistas en la zona del conflicto lejos de mejorar, empeora. Así lo expone Reporteros Sin Fronteras en su más reciente reporte sobre esta guerra.
A sus 32 años, Leclerc-Imhoff, camarógrafo de la cadena de televisión BFMTV, resultó mortalmente herido por metralla el 30 de mayo de 2022. Ese día, se encontraba en un camión humanitario filmando la evacuación de civiles ucranianos que huían del bombardeo ruso en la ciudad oriental de Lisichansk. Sus colegas Maxime Brandstaetter, y la ayudante ucraniana, Oksana Leuta, también sufrieron heridas durante el ataque.
«Frédéric Leclerc-Imhoff perdió la vida el 30 de mayo de 2022 mientras cubría la invasión rusa de Ucrania. Su nombre es sinónimo de una generación de periodistas comprometidos con la cobertura de esta guerra. No debe asociarse con la impunidad de los crímenes de violencia contra los reporteros. Las investigaciones llevadas a cabo en Francia y Ucrania y por la CPI deben conducir a la identificación y el juicio de los responsables».
Thibaut Bruttin, director general adjunto de RSF
El 30 de mayo de este año, integrantes de Reporteros Sin Fronteras (RSF) junto a comunicadores de BFMTV y parte de la familia de Leclerc-Imhoff guardaron un minuto de silencio en los estudios de la cadena televisiva. Además, una calle en la ciudad fue bautizada en su honor, recordando su valentía y compromiso con la verdad. Las investigaciones sobre la muerte de Leclerc-Imhoff continúan en Francia, Ucrania y en la Corte Penal Internacional (CPI).
«Esperamos que se haga justicia, porque ningún periodista debería ser asesinado por hacer su trabajo. Muchos periodistas en todo el mundo han sido asesinados únicamente por intentar mantenernos informados. Debemos rendirles justicia para defender nuestras democracias», comentó Sylviane Imhoff, madre de Frédéric.
Su tragedia no es un caso aislado. RSF ha documentado más de 50 agresiones de diversa índole contra, al menos, un centenar de periodistas que han sido asesinados, heridos, secuestrados, tomados como rehenes, torturados o alcanzados por bombardeos, desde que Rusia lanzó su invasión a gran escala de Ucrania el 24 de febrero de 2022. Once de estos periodistas, incluido Frédéric Leclerc-Imhoff, perdieron la vida mientras ejercían su labor informativa. RSF ha presentado, además, ocho denuncias por crímenes de guerra cometidos por Rusia, y lo ha hecho simultáneamente ante la Corte Penal Internacional (CPI) y la Fiscalía General de Ucrania, así como dos denuncias ante la justicia francesa.
La memoria de Frédéric Leclerc-Imhoff recuerda la importancia vital de la libertad de prensa y el coraje de aquellos que arriesgan todo para informar a la sociedad sobre los conflictos que afectan al mundo.
Cierran medios
La ocupación rusa, el hundimiento del mercado publicitario, la falta de personal por la movilización forzada de los trabajadores, la destrucción de equipos y materiales por los bombardeos han ocasionado una merma significativa en la cantidad de medios de comunicación que se mantienen activos en Ucrania. Según el Institute of Mass Information (IMI), socio local de RSF, 233 empresas informativas del país han tenido que echar el cierre desde que inició el conflicto bélico, como el portal digital de alcance nacional Sho, que cesó su actividad por razones económicas.
RSF informa que está trabajando en proporcionar equipos profesionales y asistencia financiera a 150 medios y mil 500 periodistas en sus Centros para la Libertad de Prensa en Lviv y Kiev. Además, brinda ayuda a los periodistas en riesgo por los ataques con equipos de protección personal (cascos y chalecos antibalas), protección contra amenazas NRBC (Nuclear, Radiológica, Biológica, Química), botiquines de primeros auxilios y suministro de energía (baterías, generadores de gasolina y paneles solares), junto con apoyo psicológico para aliviar el estrés causado por las condiciones de trabajo en zonas de conflicto.
Siguen las atrocidades
No se trata solo de asesinatos. En los territorios ocupados de Ucrania, Rusia persigue a los periodistas que se niegan a colaborar. En los dos años de guerra, al menos 12 periodistas locales han sido detenidos —y algunos, condenados— por las fuerzas de ocupación. En Crimea se ha recrudecido la represión contra los reporteros independientes. Iryna Danylovytch, que colaboraba con varios medios locales, fue secuestrada en la península por las fuerzas rusas de inteligencia interior (FSB) en abril de 2022 y trasladada a una cárcel en Rusia, en julio de 2023. En Melitopol, ciudad ocupada del sureste de Ucrania, varios profesionales de los medios que colaboraban con el canal de Telegram de la web de noticias ucraniana RIA-Melitopol fueron llevados a prisión en agosto de 2023 por «espionaje».
También están las desapariciones. No hay ninguna señal de vida de Victoria Roshchyna, periodista independiente del medio digital Ukraïnska Pravda, desde el 4 de agosto de 2023, cuando se dirigía a los territorios anexados por el Kremlin. Ya en marzo de 2022 había sido secuestrada por fuerzas rusas en la ciudad ocupada de Melitopol, cuando informaba para el medio independiente ucraniano Hromadske, y fue liberada unos días después. Según una investigación de RSF, Dmytro Khyliuk, profesional de la agencia ucraniana de noticias online Unian, también fue víctima de una desaparición forzada. RSF ha podido demostrar que está vivo tras haber sido detenido por las tropas de ocupación y permanece encarcelado en Rusia. E4