Plan con maña

Por lo pronto, es una utopía alcanzar a Dinamarca en calidad de salud mundial. De los 110 países estudiados, Taiwán ocupa el primer lugar con una puntuación de 78.72 sobre 100 en el Índice de Atención Médica. Dinamarca aparece en el lugar 24 y México en el 45.

Este análisis está en:

ceoworld.biz/2024/04/02/countries-with-the-best-health-care-systems-2024.

En Latinoamérica, Costa Rica, Chile, Panamá y Cuba… son los cuatro primeros, muy por encima de México en el lugar 10.

https://www.jornada.com.mx/noticia/2024/09/03/politica/por-mana-mi-dicho-que-tenemos-mejor-sistema-de-salud-que-dinamarca-amlo-4465

En el enlace previo está la explicación de lo dicho por AMLO sobre la comparación de la salud de México con la de Dinamarca.

En una de sus mañaneras, a la pregunta sobre si habló en serio o era broma respecto al tema, al presentar ante el Zócalo su último informe de Gobierno, el exmandatario señaló:

«No, no, no, no. Fue para hacerlos enojar, si no, cómo se le llama en el periodismo, para que hubiera miga, para que tuvieran algo que decir, porque luego se enojan mucho y dicen: “A ver qué le sacamos”. (Fue) para dar la nota».

Reconoció que esto, al igual que la votación a mano alzada entre los asistentes a la Plaza de la Constitución para conocer su opinión sobre la reforma al Poder Judicial, fue plan con maña.

Sostuvo que pensó: «Les voy a dar la nota, les di dos o tres, les di esa (de la salud) y les di la de la votación. ¡Uy, cómo cuestionan eso!, a mano alzada».

Ante un repleto Zócalo de la Ciudad de México, donde rindió su sexto y último informe de Gobierno, el exjefe del Ejecutivo sostuvo que el sistema de salud de nuestro país no era igual al de Dinamarca, sino que hasta lo había superado.

Plan con maña es cuando se hace algo con otro plan diferente. Ejemplo:

Pedro ayudó a Juan, pero no por amistad, sino porque realmente Pedro se beneficiaria de la situación.

No obstante lo anterior, y a pesar de explicar su dicho, de provocar a sus opositores, esta declaración, «haiga sido como haiga sido, en serio o en broma» o plan con maña, se puede interpretar como una falta de sensibilidad política para los enfermos o los familiares que viven odiseas en los hospitales del sector salud, reclamando atención expedita con calidad y calidez, siendo estas las carencias de los sistemas de salud burocratizados como el nuestro, que dejan multitud de lisiados y muertes evitables. Me consta.

Lo bueno en salud

Hay que reconocer el intento de ampliar la cobertura a todos los mexicanos, a los de abajo, los que no tienen trabajo asalariado con buenas prestaciones sociales, a los campesinos que no tienen atención médica en el sector salud. Me consta que muchos de mis pacientes de escasos recursos económicos cuando ha sido necesario algún estudio costoso o una cirugía compleja han sido atendidos como se merece cualquier ser humano, por médicos con suficiente sensibilidad humana y conciencia social quienes desinteresadamente responden a las necesidades de los de abajo sin distinción o recomendación privilegiada alguna. Muchos enfermos han reconocido ese cambio en todos los hospitales públicos. Y me consta cuando personalmente he solicitado apoyo para esos necesitados, a colegas que laboran en distintos nosocomios, con auténtica conciencia de servir al prójimo. Porque de que los hay, los hay y muchos. Por mencionar algunos: los doctores Reynaldo Garza y Carlos Fernández, subdirectores; Pepe Montero Alpírez, cirujano general; Javier Hernández, radiólogo; René Cotero, anestesiólogo; Kirsch, traumatólogo y muchos más, con la filosofía de servir. Mi agradecimiento personal y reconocimiento a este tipo de servidores públicos.

Lo negativo

Es imposible garantizar atención médica social integral y con justicia en nuestro sistema de capitalismo neoliberal salvaje, donde el objetivo esencial es el lucro político económico a expensas del dolor y sufrimiento humano. Y en este contexto histórico nos ha tocado vivir. La voluntad personal de servir al prójimo por parte de nosotros los médicos, no es suficiente porque el sistema actual conlleva circunstancias políticas y administrativas imposibles de rebasar con buena voluntad.

Tampoco los decretos constitucionales de buena voluntad, publicados en el Diario Oficial de la Federación, son suficientes para transformar, de la noche a la mañana, el entorno cultural y burocrático administrativo que dicta las reglas de los servicios médicos públicos y privados para que personalmente cada médico, en lo individual, rompa esas barreras y cumpla con la esencia del Juramento de Hipócrates y de esa forma emular a Costa Rica o Dinamarca.

Es necesaria una verdadera revolución cultural política y económica tanto en los servidores de arriba, los gobernantes, como en los de abajo, los servidores médicos de trinchera.

«No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia», nos dice Marx.

Por lo anterior hemos visto, vemos y seguiremos viendo injusticias sociomédicas como estos ejemplos, por demás paradójicos:

1. Desde febrero a la fecha, en un gran hospital público de la CDMX, a una adulta mujer, de escasos recursos, le diagnosticaron un probable quiste benigno gigante de ovario que por sobrecarga de enfermos en ese nosocomio no ha sido posible la extirpación quirúrgica, después de siete meses de visitas a ese hospital desde la sierra Veracruzana. Actualmente, la tumoración ocupa todo el abdomen, afortunadamente no se ha complicado y da la impresión de un embarazo a término.

2. Un hombre, deportista de futbol veterano y atleta de alto rendimiento para su edad, le detectaron bardicardia: frecuencia cardíaca baja con 55 latidos por minuto (normal promedio de 80, con rango de 60 a 100 latidos por minuto), le prohibieron hacer ejercicio porque le informaron en un hospital público que sería enviado a la CDMX para implantación de marcapaso cardiaco. Por sobrecarga de enfermos se retrasó el procedimiento durante un año. Solicitó mi opinión, en realidad la bradicardia era un dato de un corazón más saludable de quienes indicaron el marcapaso, porque esa bradicardia es el efecto del entrenamiento de alto rendimiento aeróbico. Cuando lo consulté su frecuencia cardiaca retornó a 70 latidos, al dejar el ejercicio. Le tomé un electrocardiograma: completamente normal. No necesitas marcapaso. Le informé, después de explicarle mis argumentos. Puedes volver al fut y al atletismo. Tú decides si aceptas o no el marcapaso.

El principio de justicia en medicina obliga a tratar a cada paciente como le corresponde; esto es, sin más ni menos atributos que los que su condición amerita. Este principio se encuentra detrás del ideal de tener servicios de salud de óptima calidad accesibles para toda la población de manera equitativa.

Nuestro contexto histórico, aún es de injusticia social.

Cuando hagas algo por alguien, que nunca pueda pagarte, es cuando realmente sirves para servir.

Lea Yatrogenia

Egresado de la Escuela de Medicina de la Universidad Veracruzana (1964-1968). En 1971, hizo un año de residencia en medicina interna en la clínica del IMSS de Torreón, Coahuila. Residencia en medicina interna en el Centro Médico Nacional del IMSS (1972-1974). Por diez años trabajó como médico internista en la clínica del IMSS en Poza Rica Veracruz (1975-1985). Lleva treinta y siete años de consulta privada en medicina interna (1975 a la fecha). Es colaborador del periódico La Opinión de Poza Rica con la columna Yatrogenia (daños provocados por el médico), de opinión médica y de orientación al público, publicada tres veces por semana desde 1986.

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