Progresismo contra nacionalismo, disyuntiva del futuro de EE. UU.

La competencia por la presidencia se decidirá el 5 de noviembre. Es una de las más cerradas e inciertas. Kamala Harris, del Partido Demócrata, propone un cambio inclusivo; la apuesta del republicano Donald Trump es por el intervencionismo

Dos rutas para la relación México-EE. UU.

La carrera presidencial de 2024 en Estados Unidos ha tomado un tono polarizado, con el expresidente republicano Donald Trump y la actual vicepresidenta demócrata Kamala Harris como los principales contendientes. Esta lucha se perfila como un enfrentamiento entre dos visiones radicalmente diferentes sobre el futuro de Estados Unidos, y sus implicaciones no solo afectan al país norteamericano, sino también a sus vecinos, como México.

Donald Trump, quien busca regresar a la Casa Blanca tras su mandato (2017-2021), ha centrado su campaña en la recuperación económica y la seguridad nacional. Promete revitalizar sectores industriales y devolver empleos a Estados Unidos, algo que muchos votantes consideran necesario en un contexto de creciente competencia con China. Además, su postura dura en política exterior es vista por algunos como una forma de proteger la posición de liderazgo global de Washington. Trump también ha destacado su enfoque en la reducción de impuestos y la desregulación, lo que, según él, liberaría el potencial económico del país.

«Seamos muy claros: soy la única persona postulada a la presidencia que ha procesado a organizaciones criminales transnacionales, desde el Cártel de Sinaloa hasta el Cártel de Guadalajara (Jalisco Nueva Generación) y a personas que han traficado con armas, drogas y seres humanos».

Kamala Harris, candidata demócrata a la presidencia de EE.UU

Durante su administración, Trump implementó la reforma fiscal de 2017, conocida como la Ley de Empleos y Reducción de Impuestos, que recortó significativamente los gravámenes corporativos y personales, con el objetivo de estimular la inversión y el crecimiento económico. Según sus defensores, esta medida ayudó a reducir el desempleo a niveles históricamente bajos antes de la pandemia de COVID-19, y fue un factor que impulsó el repunte de la bolsa de valores durante los primeros años de su Gobierno. Para muchos votantes, la recuperación económica previa a la pandemia es un recordatorio de la capacidad de Trump para gestionar la economía.

«Voy a crear una nueva fuerza especial de deportación, enfocada en identificar y remover rápidamente a los inmigrantes ilegales más peligrosos en Estados Unidos. Nuestras prioridades de aplicación incluirán la eliminación de criminales, miembros de pandillas, amenazas a la seguridad(…)».

Donald Trump, candidato republicano a la presidencia de EE.UU

Otro de los éxitos destacados de su mandato fue el acuerdo comercial entre Estados Unidos, México y Canadá (T-MEC), que sustituyó al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). El T-MEC incluyó actualizaciones en materia de propiedad intelectual, comercio digital y reglas de origen para la industria automotriz, lo que buscaba garantizar condiciones más equitativas para la producción estadounidense. Este tratado fue visto como un esfuerzo por fortalecer la posición de Estados Unidos frente a la competencia global y asegurar empleos manufactureros en la región de Norteamérica. Para muchos, el T-MEC simboliza la visión de Trump de proteger los intereses de Estados Unidos en el ámbito comercial.

A pesar de estos logros, la figura de Trump no está exenta de controversias. Su retórica polarizadora y sus políticas migratorias restrictivas han sido motivo de tensión durante y después de su primer mandato. Las investigaciones y juicios que enfrenta relacionados con los eventos del 6 de enero de 2021 en el Capitolio y sus problemas legales también generan dudas sobre su capacidad de liderar sin causar divisiones internas. Su enfoque en la seguridad fronteriza ha sido criticado por su agresiva retórica antiinmigrante y por la construcción de un muro en la frontera con México. «Voy a crear una nueva fuerza especial de deportación, enfocada en identificar y remover rápidamente a los inmigrantes ilegales más peligrosos en Estados Unidos. Nuestras prioridades de aplicación incluirán la eliminación de criminales, miembros de pandillas, amenazas a la seguridad, personas que exceden sus visas y aquellos que dependen de la asistencia pública o que sobrecargan la red de seguridad», aseguró el magnate.

Fortalecer la agenda

Kamala Harris, como la primera mujer y persona afroamericana y de ascendencia asiática en ocupar la vicepresidencia, representa un cambio significativo en la política estadounidense. Durante su mandato junto al presidente Joe Biden, ha trabajado en iniciativas de reforma migratoria, cambio climático, y en el impulso de programas de ayuda económica para sectores más vulnerables. Harris promete continuar estas políticas, apelando a una agenda inclusiva y de igualdad social. Además, se ha posicionado a favor de fortalecer la cooperación internacional y ha intentado revitalizar alianzas tradicionales de Estados Unidos, lo que podría traducirse en un tono más diplomático con sus socios comerciales.

La experiencia de Harris en la lucha contra el crimen organizado y su firmeza en el control fronterizo son aspectos que han reforzado su posición como una candidata fuerte en la contienda presidencial de 2024. Como exfiscal de California, Harris tiene un historial de haber procesado a organizaciones criminales transnacionales, incluyendo importantes cárteles de drogas como el Cártel de Sinaloa y el Cártel de Jalisco Nueva Generación. Esta experiencia le ha permitido ubicarse como la única candidata en la carrera presidencial con un enfoque práctico y probado en la lucha contra el narcotráfico y el tráfico de personas. Harris ha subrayado su compromiso de continuar enfrentando estas amenazas para la seguridad nacional de Estados Unidos, lo que podría traducirse en una política de seguridad fronteriza más robusta, aunque equilibrada con iniciativas de cooperación regional.

«Seamos muy claros: soy la única persona postulada a la presidencia que ha procesado a organizaciones criminales transnacionales, desde el Cártel de Sinaloa hasta el Cártel de Guadalajara (Jalisco Nueva Generación) y a personas que han traficado con armas, drogas y seres humanos. (…) He pasado una parte importante de mi carrera persiguiendo a personas que son una amenaza para la seguridad del pueblo estadounidense y que cruzan nuestra frontera con la intención de hacernos daño y de manera ilegal, y hago ese trabajo como Vicepresidenta. Me tomo ese trabajo muy en serio», argumentó durante una entrevista con la cadena conservadora Fox News.

Harris, además, reiteró su postura de que entrar sin autorización a Estados Unidos debe seguir siendo un delito, diferenciándose de otros miembros de su propio partido que abogan por una despenalización de esta práctica. Además, buscó desmarcarse de la administración de Joe Biden, subrayando que su presidencia representaría un enfoque distinto en temas clave, como la seguridad fronteriza y la política migratoria. Esta actitud proactiva y su capacidad para confrontar críticas, incluso desde medios que no coinciden con su postura política, han reforzado su imagen como una líder dispuesta a tomar decisiones difíciles para proteger los intereses de Estados Unidos.

Sin embargo, pese a su retórica progresista, Harris enfrenta críticas sobre su efectividad y falta de liderazgo claro en algunos temas cruciales. Durante su tiempo como vicepresidenta, la administración Biden-Harris fue cuestionada por no lograr frenar la inflación de manera efectiva, lo que afecta a millones de estadounidenses. Además, algunos sectores la perciben como una figura demasiado alineada con la izquierda demócrata, lo que podría alienar a votantes moderados. Su papel en la crisis migratoria ha sido reprochado, ya que la situación en la frontera sur de Estados Unidos sigue siendo un desafío importante.

Musk define su bando

Elon Musk, CEO de las compañías multimillonarias Tesla, SpaceX y X —antes Twitter—, dejó en claro su respaldo a Trump al invertir más de 70 millones de dólares en sus esfuerzos por ganar los comicios del 5 de noviembre. La significativa aportación se realizó durante el verano al America PAC, un supercomité de acción política creado específicamente para respaldar el regreso de Trump a la Casa Blanca. Desde su fundación, este comité se convirtió en un actor central en la campaña del exmandatario, cubriendo tareas de promoción que tradicionalmente estarían a cargo del propio equipo de campaña.

Musk, quien ha sido tanto aliado como crítico de Trump en diferentes momentos, destacó que «America PAC simplemente busca sentido común y valores centristas» en un mensaje publicado en X. Este comentario tuvo lugar poco después de que se divulgara la magnitud de su apoyo financiero, dejando en claro que su alineamiento con la agenda de Trump es ahora más explícito.

La relación entre ambos magnates ha tenido altibajos a lo largo de los años. Durante la administración Trump (2017-2021), Musk fue parte de varios consejos asesores empresariales. Sin embargo, el vínculo se deterioró cuando Musk criticó la salida de Estados Unidos del Acuerdo de París en 2017, renunciando a su papel asesor. A pesar de esto, en 2022, tras adquirir X, Musk permitió el regreso de la cuenta de Trump a la plataforma, lo que fue visto como un gesto de acercamiento. Actualmente, el respaldo de Musk va más allá de su influencia en redes sociales. America PAC, con el financiamiento del magnate, gastó más de 38 millones de dólares en actividades de movilización de votantes.

Aunque los supercomités tienen restricciones para coordinarse directamente con los candidatos, la Comisión de Elecciones Federales permitió cierta flexibilidad para que los grandes donantes trabajen en la promoción del voto, un área donde la aportación de Musk resultó fundamental. Con esta nueva inversión, el CEO de Tesla reafirma su apoyo a Trump, alineándose nuevamente con la agenda del exmandatario.

Mujer y símbolo

La posible elección de una presidenta en Estados Unidos tendría un impacto significativo a nivel global. Sería la primera vez que la nación más poderosa del mundo es liderada por una mujer, enviando un mensaje de cambio y progreso hacia la igualdad de género. Esto podría inspirar a más féminas a asumir roles de liderazgo en política y otros ámbitos, en un contexto donde aún prevalecen desigualdades de género en muchos países. Además, su llegada al poder podría fortalecer las relaciones de Estados Unidos con países que promueven la equidad de género y los derechos humanos, reforzando alianzas estratégicas con naciones europeas y otras en América Latina.

Este cambio en Estados Unidos seguiría una tendencia que ya ha sido marcada por países como México, donde Claudia Sheinbaum se convirtió recientemente en la primera presidenta del país. La presencia de mujeres en la jefatura de los dos países vecinos podría facilitar el diálogo en temas como la migración, el cambio climático y los derechos de las mujeres. Además, pondría de relieve la creciente relevancia de las voces femeninas en la política global, reflejando un cambio de época en el liderazgo mundial. E4

PropuestaKamala HarrisDonald Trump
EconomíaImpulsar programas de apoyo a la clase media y la pequeña empresa. Enfocarse en el desarrollo de energías limpias y la expansión del crédito fiscal para familias.Revitalizar sectores industriales y traer empleos de regreso a Estados Unidos. Continuar con la reducción de impuestos para estimular la inversión.
Seguridad nacionalFortalecer la cooperación con aliados y trabajar en las causas de la migración desde Centroamérica. Mantener la criminalización de la entrada ilegal al país.Aumentar la seguridad fronteriza, incluyendo la construcción de más barreras físicas. Mano dura contra China y otros países considerados una amenaza para EE.UU.
InmigraciónPromover una reforma migratoria que ofrezca un camino a la ciudadanía para ciertos grupos de migrantes. Trabajar con países de origen para mejorar sus condiciones económicas.Continuar con la política de «Quédate en México» y aumentar los esfuerzos para deportar a migrantes ilegales. Priorizar políticas migratorias más restrictivas.
SaludExpandir el acceso a programas de salud como el Obamacare y reducir el costo de los medicamentos. Enfocarse en la salud mental y la atención a la mujer.Reformar el sistema de salud para reducir costos, pero sin expandir significativamente los programas federales. Critica el Obamacare por su costo elevado.
Cambio climáticoImpulsar un plan para la transición a energías renovables y la reducción de emisiones de carbono. Revertir las políticas de Trump que favorecen la industria de combustibles fósiles.Apoyar la producción de petróleo, gas y carbón en Estados Unidos para asegurar la independencia energética. Ha criticado las regulaciones ambientales como excesivas.
Política exteriorFomentar el multilateralismo y el fortalecimiento de alianzas tradicionales como la OTAN. Mantener la presión sobre Rusia por la invasión a Ucrania.Política de «America First», con un enfoque en renegociar acuerdos que favorezcan a EE.UU. Relajar las restricciones en las relaciones con ciertos países si ve beneficios económicos directos.
Justicia socialApoyo a políticas de igualdad racial, derechos de la comunidad LGBTQ+ y reforma policial. Promover una justicia penal más equilibrada.Enfocarse en la ley y el orden, con un apoyo a la policía y el fortalecimiento de la seguridad pública. Rechaza la enseñanza de temas que considera como «ideología woke».
Relación con MéxicoProponer una relación basada en la cooperación para abordar la migración y el desarrollo económico regional. Trabajar en conjunto para enfrentar el tráfico de drogas y armas.Relación centrada en la seguridad fronteriza y el control de la migración ilegal. Presionar a México para que refuerce sus controles migratorios y adopte medidas contra el narcotráfico.

Dos rutas para la relación México-EE. UU.

Un segundo mandato de Trump generaría mayor presión migratoria y comercial. La administración de Harris plantearía mayores exigencias en derechos humanos y medioambiente

Para México, un segundo mandato de Trump podría significar el regreso a una relación basada en la presión migratoria y comercial. En su primer mandato, Trump usó la amenaza de aranceles para lograr que México implementara el programa «Quédate en México», que obligaba a los migrantes a esperar sus procesos de asilo en territorio mexicano. La relación podría ser tensa y basada en la exigencia de un control fronterizo más estricto, lo que podría presionar a las autoridades mexicanas para reforzar su política migratoria. Sin embargo, desde un punto de vista comercial, Trump ha mostrado interés en mantener una fuerte relación económica con México, aunque bajo términos que favorezcan a Estados Unidos.

Una presidencia de Kamala Harris podría significar una relación más colaborativa en temas de migración y seguridad, con un enfoque en las causas estructurales de la migración. Harris ha destacado la importancia de trabajar con los países de Centroamérica y México para mejorar las condiciones económicas y sociales de la región, lo que podría traducirse en un mayor apoyo financiero y técnico para enfrentar problemas comunes. En términos comerciales, la agenda de Harris podría implicar una mayor cooperación en temas de energía limpia y cambio climático, lo que abriría oportunidades de inversión para ambos países en sectores como el desarrollo de energías renovables. Sin embargo, su enfoque progresista podría implicar una presión adicional para que México adopte políticas de derechos humanos y medioambientales más rigurosas.

Los votantes estadounidenses decidirán el rumbo en noviembre, pero las repercusiones de esa elección se sentirán con fuerza al sur de la frontera. E4

La Habana, 1975. Escritor, editor y periodista. Es autor de los libros El nieto del lobo, (Pen)últimas palabras, A escondidas de la memoria e Historias de la corte sana. Textos suyos han aparecido en diferentes medios de comunicación nacionales e internacionales. Actualmente es columnista de Espacio 4 y de la revista hispanoamericana de cultura Otrolunes.

Deja un comentario