Redes en tiempos de guerra: Ucrania pone freno a Telegram

Ante el aumento de ataques cibernéticos y de espionaje por parte de Rusia, Kiev prohíbe el uso de la plataforma en dispositivos del Gobierno

La decisión de Ucrania de prohibir el uso de Telegram en dispositivos estatales es una medida preventiva en un contexto de guerra cibernética intensa. En un conflicto donde la información puede ser un arma, garantizar que las comunicaciones oficiales estén protegidas es esencial para la seguridad del país. Mientras que la aplicación sigue siendo crucial para la población general y para la difusión de noticias, el Gobierno ha optado por tomar precauciones adicionales frente a la amenaza rusa. Con el conflicto aún en curso, la seguridad cibernética será una de las muchas áreas en las que Ucrania tendrá que mantenerse vigilante para protegerse a sí misma y a su pueblo

La decisión, tomada tras una serie de informes alarmantes, fue descrita como «necesaria» para garantizar la seguridad nacional frente a las crecientes amenazas tecnológicas que emanan desde Moscú. En medio de una guerra prolongada y devastadora, el Centro Nacional de Coordinación de Ciberseguridad de Ucrania anunció la prohibición del uso de la popular aplicación de mensajería en dispositivos emitidos por el Estado. Esta restricción afecta a empleados gubernamentales, personal militar, trabajadores de seguridad y defensa, así como a quienes están vinculados a infraestructuras críticas del país.

«Siempre estoy a favor de la libertad de expresión, pero con Telegram no se trata de un tema de libertad de expresión sino de seguridad nacional».

Kirilo Budanov, jefe de la inteligencia militar ucraniana

La prohibición no se limita solo a los funcionarios ucranianos de alto nivel. De hecho, abarca una amplia gama de trabajadores en diversas áreas clave, subrayando la importancia que tiene la seguridad digital en tiempos de guerra. Sin embargo, aquellos que utilicen la aplicación para fines oficiales podrán seguir haciéndolo, aunque bajo restricciones estrictas.

Ciberseguridad en acción

La prohibición se basa en un análisis realizado por el Servicio de Seguridad de Ucrania y el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas. Estos organismos revelaron que Rusia ha utilizado Telegram activamente como una herramienta para realizar una serie de ciberataques dirigidos a instituciones ucranianas. Entre las tácticas utilizadas se incluyen el phishing, la propagación de software malicioso y la capacidad de rastrear la ubicación de los usuarios. De manera más preocupante, las autoridades sugieren que la inteligencia rusa ha utilizado la aplicación para ayudar a calibrar algunos de sus ataques con misiles, lo que convierte a Telegram en un riesgo potencialmente letal.

La guerra entre ambas naciones ha transformado el campo de batalla en una arena digital tanto como física. Los ciberataques han sido una herramienta constante utilizada por ambas partes, aunque Rusia ha sido acusada en repetidas ocasiones de llevar a cabo operaciones cibernéticas masivas dirigidas a desestabilizar al Gobierno de Kiev y su infraestructura. En este contexto, el uso masivo de Telegram, una aplicación con más de 700 millones de usuarios en todo el mundo, plantea serios riesgos.

El papel de esta plataforma de comunicación en la diseminación de información es un arma de doble filo. Mientras los ucranianos han confiado en la aplicación para mantenerse informados sobre la guerra y para recibir comunicaciones oficiales, también es evidente que Rusia ha sabido aprovechar sus vulnerabilidades. En este sentido, la prohibición busca cortar esa vía de acceso para los ciberatacantes rusos.

Telegram omnipresente

Telegram es ampliamente utilizado en Ucrania, no solo para enviar mensajes de texto o compartir fotos y videos, sino también como una fuente de información crucial. Durante los meses de conflicto, ha sido un canal vital para la distribución de noticias, incluidas actualizaciones diarias sobre la guerra y el estado de las operaciones militares. Incluso el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, ha utilizado la plataforma para comunicar mensajes a la población y al resto del mundo, lo que ha elevado su importancia en el contexto bélico.

Esta relación de los ucranianos con Telegram subraya la dificultad de la prohibición. Mientras la aplicación es percibida como una herramienta útil y de fácil acceso para la población general, las autoridades tienen que equilibrar ese beneficio con los riesgos de seguridad. La restricción es clara: los ciudadanos ucranianos son libres de usar Telegram en sus dispositivos personales, pero quienes trabajen para el Gobierno o manejen información sensible no podrán instalarla en dispositivos emitidos por el Estado.

Esta distinción entre el uso personal y el oficial pone en relieve la vulnerabilidad de las plataformas digitales en tiempos de guerra, y cómo la seguridad cibernética se ha convertido en un campo de batalla tan importante como las operaciones militares tradicionales. La comunicación es clave para cualquier Gobierno, y en el caso de Ucrania, asegurar sus redes y dispositivos es una prioridad máxima mientras la guerra continúa.

Desafío constante

El ciberespionaje y las amenazas a la infraestructura digital no son nuevos en la guerra moderna, pero el conflicto entre Rusia y Ucrania ha llevado estos ataques a un nivel sin precedentes. Desde el inicio de la invasión en 2022, Ucrania ha enfrentado una serie de ciberataques dirigidos a sistemas gubernamentales, instituciones financieras y empresas de servicios públicos. Estos ataques, a menudo diseñados para interrumpir la vida diaria, causar caos y erosionar la confianza en el Gobierno, son una herramienta clave en la estrategia rusa de «guerra híbrida».

En este contexto, la dependencia de aplicaciones de mensajería y plataformas de redes sociales se convierte en un campo minado de posibles vulnerabilidades. La naturaleza de Telegram, que permite la creación de canales públicos y privados, la transmisión de información masiva y el cifrado de mensajes, es tanto su mayor fortaleza como una potencial debilidad. Para un adversario cibernético sofisticado como Rusia, esas características pueden ser explotadas para recopilar inteligencia y lanzar ataques.

La estructura descentralizada de la aplicación, junto con la posibilidad de compartir información en tiempo real, facilita la diseminación rápida de contenido malicioso y facilita ataques de ingeniería social. Además, Telegram ha sido señalado en el pasado por no cooperar plenamente con las autoridades nacionales, lo que complica aún más la tarea de las fuerzas de seguridad ucranianas.

A pesar de las preocupaciones de seguridad, Telegram sigue siendo una de las principales plataformas de mensajería en el país. La excepción permitida para los funcionarios que usan la aplicación en sus funciones oficiales refleja el difícil equilibrio que debe lograr Ucrania. E4

La Habana, 1975. Escritor, editor y periodista. Es autor de los libros El nieto del lobo, (Pen)últimas palabras, A escondidas de la memoria e Historias de la corte sana. Textos suyos han aparecido en diferentes medios de comunicación nacionales e internacionales. Actualmente es columnista de Espacio 4 y de la revista hispanoamericana de cultura Otrolunes.

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