El presidente Andrés Manuel López Obrador presumió en su sexto informe que el sistema de Salud en México ya era incluso «mejor que el de Dinamarca», y luego incluso bromeó diciendo que solo había usado esa frase para «dar miga» o llamar la atención de la prensa, plan con maña.
Pues sí, llamó la atención y muchos comentaristas se fueron «a la yugular». Comparto mi opinión, comparando la información de la atención médica de países con alto nivel de justicia social como Dinamarca, con nuestro país.
Según el índice «Social Justice in the EU and OECD», de 2019, México se ubica en el lugar 41 de los 41 países evaluados en términos de justicia social, con 46 indicadores basados en seis dimensiones que miden la pobreza, educación, mercado laboral, justicia intergeneracional, salud, inclusión social y no discriminación. Parece no haber punto de comparación.
https://www.marca.com/mx/actualidad/2024/09/04/66d78c07e2704ef74b8b4578.html
No esta demás verificar como es la salud de los daneses.
En el mundo de la salud global, Dinamarca es visto como un modelo de éxito y excelencia. Su sistema de salud, envidiado por muchos y estudiado por expertos, es definido como un sistema de eficacia, equidad y calidad en la atención médica.
Nuestro sistema de salud, en general, no es envidiable, ni siquiera en Latinoamérica.
Los ciudadanos daneses disfrutan de una atención médica integral y continua a lo largo de su vida. Desde la atención preventiva primaria hasta la atención especializada, el sistema de salud garantiza una cobertura completa y coordinada, lo que reduce las brechas en la atención y mejora los resultados de salud. Muy lejos está el sistema de salud en México, de cumplir con los parámetros mencionados.
En México, el sistema actual de salud solo cuenta con buenas intenciones, intentos de ofrecer atención médica con calidad y calidez. ¿Prueba de lo anterior? No hay cobertura total de atención médica gratuita, y muchos pacientes con atención médica en uno, dos y hasta tres de los sistemas de salud, prefieren acudir a la consulta privada. ¿Por qué? Por la insatisfacción al recibir la atención médica altamente burocratizada, salvo los casos privilegiados, los pacientes VIP. Personalmente tengo atención médica en dos de ellos. No he tenido necesidad de solicitar atención médica pública. Los casos agudos de vías respiratorias o tubo digestivo, que he padecido, se curan a pesar de que yo me automedico.
Yo entiendo que el sistema político y económico vigente, con el neoliberalismo capitalista, impone criterios de atención médica curativa y comercial a los Gobiernos y a los profesionales de la salud con los reglamentos, guías de práctica clínica en beneficio de la industria farmacéutica, y en segundo término, los enfermos. Y los médicos, con el debido respeto que merecen, siendo víctimas de un sistema burocrático, están condicionados para aceptar como regla de asalariado que se deben cumplir las órdenes del patrón, aunque este sea un contador o un abogado, incluso aunque esas órdenes no coincidan con su criterio clínico profesional y secundariamente, servir al enfermo. Salvo raras excepciones.
Hace unos 40 años, en un hospital público de cuyo nombre no quiero acordarme, un cirujano académicamente bien calificado amputó una pierna a un diabético que yo estaba atendiendo de una úlcera diabética con buena respuesta a tratamiento médico y que aún no era necesaria la amputación. El jefe de cirugía, otro cirujano, le ordenó a su subalterno que amputara esa pierna. La autopsia reveló que no era necesaria la amputación porque sus arterias aún tenían buena permeabilidad de sangre.
Ese jefe de servicio utilizó a un enfermo para ponerme en evidencia profesional ante la institución y los derechohabientes. Fracasó en su intento, pero fueron premiados, tiempo después con ascenso a la dirección y ambos lograron su jubilación con una buena pensión. Yo fui despedido por insistir en señalar las deficiencias en la atención médica.
Actualmente, siguen sucediendo casos semejantes: médicos que utilizan a los enfermos como campo de batalla para resolver sus controversias, víctimas y victimarios de un sistema de salud injusto.
Características clave del sistema de salud danés
Los servicios médicos básicos, como las consultas médicas y la atención hospitalaria, están cubiertos por el sistema de salud y son gratuitos o de bajo costo para los pacientes.
Atención primaria como pilar fundamental: la atención primaria es la piedra angular del sistema de salud danés. Los médicos generales actúan como el primer punto de contacto para los pacientes y son responsables de coordinar la atención médica, remitiendo a especialistas según sea necesario.
Libertad de elección del paciente: a pesar de la atención primaria, los pacientes tienen la libertad de elegir a su médico y hospital dentro del sistema. Esto promueve la competencia y la calidad de los servicios. No existe esta premisa en nuestro medio. Aquí a los enfermos les asignan un médico y les aplican la Ley de Herodes.
Énfasis en la tecnología y la innovación: Dinamarca ha adoptado soluciones tecnológicas para mejorar la eficiencia y la calidad de la atención médica. Los registros médicos electrónicos y la telemedicina son ejemplos de cómo la tecnología ha optimizado la prestación de servicios. En México, existen buenas intenciones al respecto con esto de la telemedicina, aún con muchas limitaciones por el atraso cultural de administradores médicos, médicos clínicos y pacientes.
No obstante lo anterior, en los hospitales de alta tecnología es donde son más frecuentes las yatrogenias mortales. En EE. UU. se reportan más de 200 mil muertes evitables tan solo en los hospitales con alta tecnología. México es «alumno sobresaliente» de EE. UU. en salud.
Apoyo a grupos vulnerables: el sistema de salud danés se esfuerza por abordar las desigualdades de salud y brindar apoyo a grupos vulnerables, como personas de bajos ingresos, personas con discapacidades y migrantes. Paradójicamente, sumamente criticado ha sido el Gobierno actual por darnos a los adultos mayores unos 3 mil pesos al mes y por tratar de ofrecer atención médica gratuita con el programa IMSS bienestar a personas que no cuentan con esa cobertura.
Sobrecargaron de trabajo a los hospitales y la atención médica es caótica.
El presidente, desde el inicio de su mandato, ha mencionado la corrupción y lo mal que está el sistema de salud, y está diciendo lo que yo desde hace 40 años estoy denunciando, al principio interinamente en el hospital donde laboraba, motivando mi despido injustificado con triquiñuelas administrativas, haciendo mi denuncia públicamente aquí en La Opinión de Poza Rica, denuncia que incluso salió en la revista Proceso de aquellos tiempos, llegó a las altas autoridades del IMSS, en aquel tiempo García Sainz. Entablé una demanda, hace 40 años, que incluso llegó a la Suprema Corte de ¿Injusticia? de aquellos tiempos, el proyecto de mi denuncia recayó en Olga Sánchez Cordero, exsecretaria del Gobierno actual, en aquel tiempo, una juez de la SCJ; no se me olvida cuando me entrevisté con ella, palabras más, palabras menos me dijo: no se preocupe Doctor, su caso es sencillo, pero van a resolver allá en el Puerto de Veracruz, lo vamos a turnar para allá. «Me dieron palo».
Imposible fue vencer en buena lid al sistema de ¿justicia? Mi despido me lo gané «a pulso», con dignidad moral y profesional porque como médico, reconociendo mis limitaciones, siempre ha sido mi filosofía servir a los enfermos, nunca he estado contra las personas de mis compañeros médicos, como algunos piensan, no concuerdo con algunas actitudes. Como profesionales de la salud, cada uno de nosotros debe responder por sus actos ante la sociedad.
Hay que ser humilde en la victoria y en el éxito y digno en la derrota y los fracasos. Continuará…
Lea Yatrogenia