{"id":1416,"date":"2021-02-19T10:26:04","date_gmt":"2021-02-19T16:26:04","guid":{"rendered":"https:\/\/espacio4.mx\/?p=1416"},"modified":"2021-02-19T10:26:04","modified_gmt":"2021-02-19T16:26:04","slug":"heroes-por-gusto-y-conviccion","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/espacio4.mx\/heroes-por-gusto-y-conviccion\/","title":{"rendered":"H\u00e9roes por gusto y convicci\u00f3n"},"content":{"rendered":"\n

No existe mejor generador de energ\u00edas y oportunidades que la necesidad. Aseguraba el gran Horacio Quiroga, en uno de sus cuentos de la selva, que el perro a m\u00e1s hambre, m\u00e1s olfato. Dudo que la aseveraci\u00f3n del escritor uruguayo est\u00e9 sustentada por bases cient\u00edficas, pero en t\u00e9rminos metaf\u00f3ricos podemos asegurar que con los seres humanos sucede exactamente igual. Basta sentirnos acuciados por una urgencia vital para afrontar los desaf\u00edos m\u00e1s grandes, a sabiendas de que no hay lugar para la derrota. Es entonces cuando nos crecemos. Es ah\u00ed cuando nos redescubrimos. En situaciones extremas suele aflorar nuestra verdadera naturaleza. Aprendemos qui\u00e9nes realmente somos. A veces para bien, a veces no tanto.<\/p>\n\n\n\n

Los libros de autoayuda, tan en boga por estos tiempos, echan mano de esta relaci\u00f3n necesidad-esfuerzo y suelen citar m\u00faltiples ejemplos, supuestamente reales, de personas que sin tener nada, llegaron a tenerlo todo. Es esta tambi\u00e9n la base del sue\u00f1o americano: El migrante que arriba al pa\u00eds de las oportunidades, cargando una mochila ra\u00edda, los bolsillos vac\u00edos, y al cabo de ciertos a\u00f1os se pavonea con el auto \u00faltimo modelo por su pa\u00eds de origen. En uno y otro escenario las historias de \u00e9xito siempre van de la mano con la obligatoriedad del sacrificio. Los protagonistas se hallan sumidos en el fondo \u2014econ\u00f3mico o emocional\u2014 y no tienen m\u00e1s remedio que escalar hacia la cima si quieren salir de su atolladero.<\/p>\n\n\n\n

Sin embargo, a veces tanto o m\u00e1s m\u00e9rito tienen aquellos que se esfuerzan al m\u00e1ximo sin tener necesidad de hacerlo. Son seres raros, portadores de una ambici\u00f3n pura y, en muchas ocasiones, acreedores de una imagen rom\u00e1ntica \u2014dentro del contexto decimon\u00f3nico\u2014 muy bien justificada. Conoc\u00ed un personaje as\u00ed en Cuba, delf\u00edn de una familia bastante acomodada, ocupada de lleno a negocios de bienes ra\u00edces \u2014perm\u00edtanme llamarlo as\u00ed, aunque trat\u00e1ndose de Cuba el calificativo parece m\u00e1s licencia po\u00e9tica\u2014 y que decidi\u00f3 y logr\u00f3 estudiar la carrera de Medicina, con sus seis a\u00f1os b\u00e1sicos de asistencia universitaria, guardias en hospitales, noches cargadas de libros en lugar de fiestas y otra serie de quijotadas propias de una profesi\u00f3n tan absorbente como demandante.<\/p>\n\n\n\n

Aun as\u00ed, este ejemplo no es tan llamativo como el que acabo de descubrir, junto a millones de personas m\u00e1s que aman el tenis, bajo el nombre de Jessica Pegula. Es una joven estadounidense, de 26 a\u00f1os, que acaba de ser derrotada por Jennifer Brady, compatriota suya, en los cuartos de final del Abierto de Australia, uno de los cuatro torneos de Grand Slam del deporte blanco. En dicha ronda el ganador aseguraba nada menos que 525 mil d\u00f3lares. Buena parte del mundo estuvo al tanto del partido por dos razones. La primera, Pegula ya hac\u00eda historia al ser una de las pocas no preclasificadas que lograban llegar a una instancia tan avanzada del torneo; segunda, Pegula es heredera de 4 mil 500 millones de d\u00f3lares, centavos m\u00e1s, centavos menos, pues es una de las hijas de Terrence Pegula, para mayores referencias, el due\u00f1o de los Buffalo Bills, equipo profesional de la NFL.<\/p>\n\n\n\n

No en balde, buena parte de los di\u00e1logos entre los comentaristas intentaba encontrar un motivo que justificara la presencia de aquella muchacha en el tenis profesional. Por un lado, resulta evidente que los gastos para mantenerse en forma o la posibilidad de contratar a un buen entrenador no debe haber representado un problema para ella. Mientras algunos de sus compa\u00f1eros de profesi\u00f3n batallaron mucho en sus inicios para costearse el equipamiento deportivo o trasladarse a los eventos, Pegula pudo haberse aparecido en limusina si lo hubiese querido. Por otro lado, el entrenamiento f\u00edsico y psicol\u00f3gico en su caso es tan fuerte como el de cualquier otro. No puedes comprar agilidad, t\u00e9cnica, m\u00fasculos ni tiempo para desarrollarlos. Si se somete a arduas sesiones de entrenamiento con tal de mejorar su rendimiento sobre la cancha no es por ir detr\u00e1s del dinero: motivo n\u00famero uno para la inmensa mayor\u00eda de los deportistas profesionales. Lo hace por gusto, por el deseo de alcanzar su prop\u00f3sito de vida.<\/p>\n\n\n\n

Y, en efecto, no va a llegar a semifinales y los 525 mil d\u00f3lares de la ronda que perdi\u00f3 ir\u00e1n a parar al bolsillo de su contrincante. Pero no ser\u00e1 la imposibilidad de ganarse ese dinero lo que le duela sino la aceptaci\u00f3n de que el trofeo, al menos este a\u00f1o, no ser\u00e1 suyo. Algo m\u00e1s podemos apostar. Nadie la ver\u00e1 ir a llorar al regazo de su pap\u00e1 multimillonario. Si acaso lo har\u00e1 en la cancha, junto a su entrenador, antes de comenzar su preparaci\u00f3n para el pr\u00f3ximo torneo porque a los h\u00e9roes se les reconoce de inmediato por el lugar que alcanzan en la vida, no por el lugar de donde salieron.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"No existe mejor generador de energ\u00edas y oportunidades que la necesidad. Aseguraba el gran Horacio Quiroga, en uno de sus cuentos de la \n [...]<\/a>","protected":false},"author":2,"featured_media":0,"comment_status":"open","ping_status":"open","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_mi_skip_tracking":false,"_exactmetrics_sitenote_active":false,"_exactmetrics_sitenote_note":"","_exactmetrics_sitenote_category":0,"_jetpack_memberships_contains_paid_content":false,"footnotes":""},"categories":[10],"tags":[],"jetpack_sharing_enabled":true,"jetpack_featured_media_url":"","_links":{"self":[{"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/1416"}],"collection":[{"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/users\/2"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=1416"}],"version-history":[{"count":1,"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/1416\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":1417,"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/1416\/revisions\/1417"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=1416"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=1416"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=1416"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}