{"id":3147,"date":"2021-10-15T19:30:39","date_gmt":"2021-10-16T00:30:39","guid":{"rendered":"https:\/\/espacio4.mx\/?p=3147"},"modified":"2021-10-31T17:43:25","modified_gmt":"2021-10-31T23:43:25","slug":"sin-microfono-por-favor","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/espacio4.mx\/sin-microfono-por-favor\/","title":{"rendered":"Sin micr\u00f3fono, por favor"},"content":{"rendered":"\n

Ante profesionales poco profesionales, el cargo de conciencia personal deber\u00eda ser el primer filtro que impida asumir una responsabilidad o sino, su \u00abejercicio profesional\u00bb lo padeceremos todos<\/p>\n\n\n\n

Supongamos que usted es un doctor apasionado de su vocaci\u00f3n. Sus buenos a\u00f1os ha invertido en formarse. Ejerce con pulcritud y contento. Por esas extra\u00f1as vueltas del destino, usted llega a atenderse con un m\u00e9dico de especialidad distinta a la suya, un desconocido del gremio, pero, al fin de cuentas, colega. Usted entra al consultorio creyendo que est\u00e1 en familia. Sin embargo, es recibido de manera cortante, imperativa y revisado por encima. Con prisa y hartazgo, a la vez. Le preguntan sus s\u00edntomas como quien cuestiona el clima. Escucha un diagn\u00f3stico escueto, lapidario, en tono omnisapiente. De \u00e9sos que advierten no aceptar comentarios anexos, ni sugerencias ni nada de nada m\u00e1s que la obediente fe a la sacra palabra del m\u00e9dico, su hom\u00f3logo. Usted no quiere entrar en conflicto y es despachado sin mayor chiste que una entrada y salida a la Farmacia Guadalajara, sitio a al que ni por equivocaci\u00f3n usted llegar\u00e1 a surtir la falaz receta expedida por el galeno de galenos.<\/p>\n\n\n\n

Ahora imaginemos que usted es una maestra de comprobable grado de especialidad. Talleres, diplomados, cl\u00ednicas, conferencias, mesas redondas. Un caudal de horas de vuelo lectoescritor cr\u00edtico que bien podr\u00edan dar completar varios viajes redondos a la Tierra. Las competencias suyas no s\u00f3lo son del \u00e1rea del conocimiento que presenta en sus clases, sino que cuenta con las herramientas pedag\u00f3gicas y did\u00e1cticas para ense\u00f1ar. No para improvisar. Aquella tarde usted abre el cuaderno de tareas de su hija. Aparece un texto escrito en color rojo por su profesor. Son correcciones que aparecen redactadas con m\u00e1s de una decena de faltas de ortograf\u00eda. Con sintaxis confusa. Con pobreza de vocabulario. Usted responde por escrito, respetuosamente, al maestro, su colega. La respuesta llega al d\u00eda siguiente. Otra vez viene roja y audaz: \u00abgraciassssssss se\u00f1ora!!!!!!! K linda!!!!!\u00bb. Le acompa\u00f1a una nueva calificaci\u00f3n a la ya tan revisada tarea: un cien, derecho.<\/p>\n\n\n\n

Pensemos que usted es un ingeniero mec\u00e1nico automotriz graduado con calificaciones notables. Su amor por el conocimiento y la investigaci\u00f3n son evidentes. Inspiran. La informaci\u00f3n que maneja est\u00e1 al d\u00eda, le preocupa el medio ambiente y usted aporta, con serios conocimientos de causa, a distintos proyectos para crear motores anticontaminantes y econ\u00f3micos. Est\u00e1 inscrito en distintos c\u00edrculos de estudio de su campo de acci\u00f3n y su af\u00e1n por saber m\u00e1s de su \u00e1rea es incansable. Muchos valoran su manera sincera de compartir. Hoy usted tiene varias reuniones con estas personas de oro y a su coche se le ha ocurrido no encender. Llama de inmediato a un taller y prestos corren por su auto para revivirlo. Usted sabe el porqu\u00e9 de la aver\u00eda, pero no tiene m\u00e1s tiempo para aplicarse. La tarde cae y, por fin, usted aparece en el taller. Ah\u00ed est\u00e1n sus colegas. Unos con m\u00e1s estudios que otros; unos m\u00e1s cuates de usted que otros. Lo recibe el que se dice m\u00e1s versado, el gerente. Le explica, con desconectada l\u00f3gica, \u00abla f\u00edsica inversa de la yuxtaposici\u00f3n de la bobina del peraltaje del embobinado g\u00e1strico de la combusti\u00f3n del agua mezclada con la gasolina diesel\u00bb. Y con ilogicidad a\u00fan mayor, le pasa la cuenta ya con un descuento \u00abentre colegas\u00bb, acompa\u00f1ada de esa risita falsa que busca el pronto pago. Usted enciende el carro y el motor da una sacudida extra\u00f1a y preocupante. Su colega arma nuevos argumentos y le dice que el carro debe quedarse porque requiere m\u00e1s trabajo mec\u00e1nico. Y una nueva cuenta a cubrir.<\/p>\n\n\n\n

Son estos unos cuantos casos referenciales. Aqu\u00ed va el \u00faltimo.<\/p>\n\n\n\n

Vea con detenimiento su t\u00edtulo profesional o la credencial que le certifica sus estudios oficiales. Ahora bien, si no cuenta con esos papeles, pero s\u00ed con ciertas experiencias que han construido su especial historia de vida, recuerde el tiempo invertido en ellas. Los sentimientos y la creatividad abonados. Sea usted un profesionista acreditado o un conocedor l\u00edrico, por favor d\u00e9 un paseo memor\u00edstico por su capital intelectual y emocional. Las experiencias, en ambos casos, no son mejores que otras. Todas aleccionan y ameritan respeto. Le vuelven un interlocutor con algo valioso por decir. De ah\u00ed que usted haya sido invitado o invitada a compartir una de ellas, \u00e9sa en especial, en un programa de radio. Usted accede asistir porque ve en los medios de comunicaci\u00f3n una casa en com\u00fan. Un punto de convergencia y equidad entre ciudadanos, entre hombres y mujeres que quieren informar y, con ello, crecer. Abonar a la comunidad. <\/p>\n\n\n\n

Acude usted a la radiodifusora con la debida anticipaci\u00f3n. El reloj avanza y ya marca la hora de entrar al aire. Los conductores reci\u00e9n cruzan desaforados la puerta principal, con el apuro t\u00edpico de quien llega barrido a una reuni\u00f3n. Arranca el programa y en el primer corte le mandan a hablar a usted y a otros invitados que tambi\u00e9n estar\u00e1n al aire hablando de qui\u00e9n sabe qu\u00e9. Ellos y usted, en la sala de espera, tienen una cara de no menor desconcierto que la suya. Entran a la cabina donde ya impera un inc\u00f3modo caos. Los chistes sin chiste, las risas sistem\u00e1ticas, el comento gaseoso, la actitud infantil como principio rector. La nadedad convertida en comunicaci\u00f3n massmedi\u00e1tica e incluso transmitida por Facebook en tiempo real.<\/p>\n\n\n\n

Concluyen los comerciales y van tomando el micr\u00f3fono las varias voces rectoras. Los di\u00e1logos vanos y un elemental nivel discursivo viajan por las ondas hertzianas que llegan a una poblaci\u00f3n numerosa, diversa, merecedora, en teor\u00eda, de alta consideraci\u00f3n. La tecnolog\u00eda que implica una estaci\u00f3n de radio, ya sea de corte cultural o comercial, as\u00ed como todos y cada uno de los recursos ah\u00ed invertidos son puestos, as\u00ed, al servicio de quienes han recibido la autorizaci\u00f3n de un director de una estaci\u00f3n radiof\u00f3nica \u2014y ellos, a la vez, de sus otros jefes\u2014 para atender el digno cargo de ser el titular de un programa de radio. En aquella emisi\u00f3n es desgastada, innecesaria y penosamente, la valiosa profesi\u00f3n del comunicador. Sus conductores y sus superiores no valoran que estar frente a un micr\u00f3fono no es un juego. No es una chistosada. No es una ocurrencia. No es un divertimento. No es bloof<\/em>. No es \u00ablo primero que se me ocurra\u00bb. No es la carcajada que sustituye al dato contextual de valor. No es hablar por hablar. No es que pase quien sea a preguntarle lo que sea. Pero as\u00ed es en vivo y en directo, como si aquello de que las palabras se las lleva el viento fuera ley.<\/p>\n\n\n\n

Ahora ha llegado el turno de que usted hable frente al micr\u00f3fono y lo primero que escucha es el nombre incorrecto con el que lo presentan. Despu\u00e9s, una narrativa sin cabal idea de lo que usted tiene por compartir, ni de sus antecedentes, ni de lo p\u00e9simo que puede sentirse al ser tratado como un alfil radiof\u00f3nico para rellenar el tiempo ad libitum<\/em>. Las risas invaden otra vez la cabina. Quien conduce no sabe responder cuando le preguntan el motivo por el que usted se encuentra en la mesa de invitados y otra metralla de risotadas justifica la falta de seriedad. Usted intenta que, a pesar del ambiente desparpajado y pueril, sus comentos respondan a lo estudiado para la ocasi\u00f3n. Sin embargo, los otros invitados tambi\u00e9n quieren hablar de sus temas y les dan la palabra para mezclar t\u00f3picos de cultura con los de religi\u00f3n y deportes de una manera radiof\u00f3nicamente bizarra.<\/p>\n\n\n\n

Llega el momento de los comerciales y mientras tanto, en cabina, uno de los titulares sigue con celular en mano para continuar la transmisi\u00f3n en vivo v\u00eda Facebook. Los conductores, al parecer, ahora quieren jugar con usted un poco, quiz\u00e1 como un recurso inconsciente de defensa a su actitud seria, madura, tranquila y no por ello agresiva. Comienza el bombardeo.<\/p>\n\n\n\n

\u00abOye, como que tienes (tuteando en autom\u00e1tico) una voz, as\u00ed como impostada\u00bb, le dice a usted el titular 1. \u00ab\u00a1Ay, s\u00ed es cierto!\u00bb, subraya el titular 2. \u00abAs\u00ed tipo como si diciendo (sic) \u201cno te metas conmigo, \u00bfeh?\u201d\u00bb, comparte el titular 3. \u00ab\u00a1Ja, ja, ja, ja, ja!\u00bb, corean todos los titulares. \u00abSuenas como una se\u00f1ora que sal\u00eda en las pel\u00edculas de antes. H\u00edjole, no me acuerdo qui\u00e9n era la artista. Pero as\u00ed eres como tipo Ofelia Guilmain, como de voz roncota \u2014e imita, seg\u00fan intenta, a la primera actriz mexicana\u2014\u00bb, aporta el titular 1. \u00ab\u00a1JA, JA, JA, JA, JA, JA!\u00bb, el equipo de titulares se burla con m\u00e1s fuerza en el contexto de un programa de radio auspiciado por una instancia educativa superior, de corte p\u00fablico, que, seg\u00fan dicta el sentido com\u00fan, cree, defiende y promueve el profundo conocimiento de la ciencia, la tecnolog\u00eda y las humanidades.<\/p>\n\n\n\n

Este \u00faltimo caso present\u00f3 una realidad ante el micr\u00f3fono, pero tambi\u00e9n sucede con inquietante frecuencia de frente a una c\u00e1mara de un canal de televisi\u00f3n, del monitor de la computadora de la mesa de redacci\u00f3n de un peri\u00f3dico o de la pantalla de un celular. No se diga en salones de clase. La posmodernidad y sus tropiezos no siempre terminan en el olvido ni son tema menor, meritorio de una hilaridad interminable. Semejantes incongruencias profesionales s\u00ed son evidentes para algunos, por fortuna.<\/p>\n\n\n\n

Volvamos a imaginar juntos. Qu\u00e9 suceder\u00eda si aquel m\u00e9dico, aquella maestra, aquel ingeniero presentados p\u00e1rrafos atr\u00e1s fueran invitados al programa de radio reci\u00e9n descrito. C\u00f3mo evitarles el desconcierto de ser entrevistados con la misma chabacaner\u00eda con la que comulgan sus colegas aqu\u00ed tambi\u00e9n personificados. Por favor, que en alguien obre la cordura. Que no sean entregadas ni asumidas las facultades para el ejercicio laboral a quienes no pueden cumplir la encomienda. Que no les den tan peligroso poder por medio del term\u00f3metro, de la pluma, de la cruceta a quienes no ejercen con calidad. Que no les suelten el medio de comunicaci\u00f3n con tal ligereza a quienes ven en el ejercicio de las ciencias de la comunicaci\u00f3n un pasatiempo. Dejen sin micr\u00f3fono, por favor, a quienes mucho agradecer\u00edamos la honestidad de su silencio y el compromiso por una formaci\u00f3n acad\u00e9mica integral. E4<\/strong><\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"Ante profesionales poco profesionales, el cargo de conciencia personal deber\u00eda ser el primer filtro que impida asumir una responsabilidad o sino, su \u00abejercicio profesional\u00bb lo padeceremos todos\n [...]<\/a>","protected":false},"author":10,"featured_media":3078,"comment_status":"open","ping_status":"open","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_mi_skip_tracking":false,"_exactmetrics_sitenote_active":false,"_exactmetrics_sitenote_note":"","_exactmetrics_sitenote_category":0,"footnotes":""},"categories":[15],"tags":[],"jetpack_sharing_enabled":true,"jetpack_featured_media_url":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-content\/uploads\/2021\/10\/24-MICROFONO.jpg","_links":{"self":[{"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/3147"}],"collection":[{"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/users\/10"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=3147"}],"version-history":[{"count":1,"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/3147\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":3148,"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/3147\/revisions\/3148"}],"wp:featuredmedia":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/media\/3078"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=3147"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=3147"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=3147"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}