\u00abEl culto a la vida, si de verdad es profundo y total, es tambi\u00e9n culto a la muerte. Ambas son inseparables. Una civilizaci\u00f3n que niega a la muerte acaba por negar a la vida\u00bb.<\/p>\n\n\n\n
Octavio Paz<\/p>\n\n\n\n
Mientras en buena parte del planeta a esta fecha la enmarcan la tristeza y las l\u00e1grimas, en M\u00e9xico adquiere un halo de fiesta y color, de celebraci\u00f3n a la vida y de reencuentro con los difuntos que se cree que regresan a nuestro mundo por un d\u00eda. Y lejos de perder fuerza con el paso de los a\u00f1os, esta particular manera de celebrar el D\u00eda de Muertos pasa de generaci\u00f3n en generaci\u00f3n.<\/p>\n\n\n\n
Para entender el origen de esta relaci\u00f3n hay que retroceder hasta la Mesoam\u00e9rica de hace miles de a\u00f1os. Algunos de los pueblos originarios organizaban fiestas para guiar a los muertos en su recorrido al mictl\u00e1n<\/em>, el inframundo de la mitolog\u00eda mexica.<\/p>\n\n\n\n Otros dispon\u00edan altares con ofrendas para recordar a los muertos y se colocaban cr\u00e1neos como s\u00edmbolos de la muerte y el renacimiento. Seg\u00fan una antigua leyenda, Quetzalc\u00f3atl \u2014el dios en forma de serpiente emplumada\u2014 baj\u00f3 al inframundo y deposit\u00f3 su semilla sobre unos huesos molidos para dar vida al ser humano, por lo que para aquellos pueblos los restos de huesos simbolizaban, de cierto modo, la semilla de la vida, porque, si hab\u00eda un mensaje central en estas conmemoraciones hacia los muertos era la creencia de que sus almas siempre regresan al mundo de los vivos.<\/p>\n\n\n\n As\u00ed que, \u00bfpor qu\u00e9 asociar el D\u00eda de Muertos con la tristeza si, seg\u00fan la cosmovisi\u00f3n ind\u00edgena, es precisamente el d\u00eda en que quienes se fueron de nuestro lado nos vienen a visitar? Para ellos, la muerte no era otra cosa que un s\u00edmbolo de la vida que se representa en el altar ofrecido a los difuntos.<\/p>\n\n\n\n Miles de a\u00f1os despu\u00e9s, millones de hogares mexicanos a\u00fan colocan con sumo cari\u00f1o y detalle sus altares en los que se combinan multitud de s\u00edmbolos, comida, papel picado y fotos de personas fallecidas.<\/p>\n\n\n\n Es precisamente este recuerdo de quienes ya no est\u00e1n lo que permite \u2014junto a la ayuda de las velas y de la olorosa flor de cempas\u00fachil\u2014 que las almas de los difuntos encuentren el camino de regreso a casa para convivir con la familia y disfrutar de los alimentos dispuestos en los altares en su honor.<\/p>\n\n\n\n para Andr\u00e9s Medina, del Instituto de Investigaciones Antropol\u00f3gicas de la UNAM, \u00abes una gran fiesta quiz\u00e1 equiparable a la Navidad de Europa. Es fiesta porque est\u00e1 ese recuerdo de los muertos que regresan. Incluso hay leyendas sobre familias que no ponen ofrenda, y los muertos vienen a recordarles que lo hagan\u00bb.<\/p>\n\n\n\n La influencia espa\u00f1ola<\/p>\n\n\n\n Pero la llegada de los espa\u00f1oles a M\u00e9xico influy\u00f3 radicalmente en esta celebraci\u00f3n. Por ejemplo, fueron ellos los que hicieron coincidir la fiesta de los muertos de los ind\u00edgenas \u2014que duraban dos meses\u2014 con las celebraciones cat\u00f3licas del D\u00eda de Todos los Santos y los Fieles Difuntos (1 y 2 de noviembre).<\/p>\n\n\n\n En la actualidad, el D\u00eda de Muertos mexicano es el resultado de una mezcla de estas dos culturas, de tradiciones precolombinas y cat\u00f3licas.<\/p>\n\n\n\n Aunque a juzgar por lo diferente que son hoy en d\u00eda las celebraciones en M\u00e9xico y Espa\u00f1a, pareciera que la primera cultura pes\u00f3 mucho m\u00e1s que la segunda.<\/p>\n\n\n\n Para el escritor y antrop\u00f3logo Claudio Lomnitz, una de las razones es que el proceso de modernizaci\u00f3n de los rituales sobre la muerte que sucede en Europa y parte de Am\u00e9rica desde el siglo XVIII, no tuvo el mismo efecto en M\u00e9xico, que ya se acercaba al final de su etapa colonial.<\/p>\n\n\n\n \u00abEspa\u00f1a ya entraba en guerra en Europa y la Corona ten\u00eda problemas financieros como para preocuparse de esto\u00bb, comenta el autor de \u00abIdeas de la muerte en M\u00e9xico\u00bb. Adem\u00e1s, en M\u00e9xico la presencia de la Iglesia \u2014sobre todo en el siglo XIX, pero tambi\u00e9n antes\u2014 era menos fuerte que en Espa\u00f1a, por lo que el culto popular pudo florecer mucho m\u00e1s al estar menos dominado por el clero.<\/p>\n\n\n\n Esta postura ante la celebraci\u00f3n continu\u00f3 a\u00fan despu\u00e9s de la independencia de M\u00e9xico. Incluso los liberales como Benito Ju\u00e1rez, que eran muy anticlericales y contrarios a estos rituales que consideraban supersticiosos, acabaron por aceptar esta celebraci\u00f3n, al calificarla como fiesta popular nacional para evitar su asociaci\u00f3n cercana con la Iglesia. E4<\/strong><\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"\u00abEl culto a la vida, si de verdad es profundo y total, es tambi\u00e9n culto a la muerte. Ambas son inseparables. 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