No perdamos m\u00e1s tiempo criticando a un presidente que ya dej\u00f3 de serlo, que ya abdic\u00f3 de su responsabilidad. A L\u00f3pez Obrador no le interesan los pobres ni le interesa M\u00e9xico, s\u00f3lo le mueve conservar poder, el m\u00e1s absoluto posible. No tenemos un presidente de todos los mexicanos.<\/p>\n\n\n\n
No nos limitemos a lamentarnos de que el presidente haya abdicado, de que en lugar de afrontar y superar los graves problemas del pa\u00eds, nos distraiga cotidianamente con su irrealidad. Qu\u00e9 bueno que haya abdicado, porque la destrucci\u00f3n que este \u00abno presidente\u00bb ha hecho de instituciones y reglas edificadas con el esfuerzo de muchos ciudadanos, de las organizaciones de la sociedad y de los partidos pol\u00edticos, a lo largo de d\u00e9cadas, buscando mejorar nuestro sistema pol\u00edtico y de vida, nos hace recordar a un gobernante chino en el a\u00f1o 213 AC (Irene Vallejo, El infinito en un junco<\/em>, p\u00e1g. 128), que orden\u00f3 quemar todos los libros en su reino, pues quer\u00eda \u00abque la historia empezase con \u00e9l\u00bb.<\/p>\n\n\n\n La realidad no es as\u00ed, nunca lo ser\u00e1. El avance de la especie humana ha sido posible por la capacidad de colaboraci\u00f3n entre los distintos integrantes de una comunidad. No se avanza cuando se polariza dicha comunidad. En el caso de M\u00e9xico, la destrucci\u00f3n llevada a cabo durante los \u00faltimos tres a\u00f1os y medio ha sido enorme y la polarizaci\u00f3n tan aguda que nos tomar\u00e1 a\u00f1os recuperar lo que hab\u00edamos logrado.<\/p>\n\n\n\n Por ello, no perdamos tiempo con el \u00abno presidente\u00bb. Trabajemos, la sociedad civil interesada, en pensar qu\u00e9 hacer y c\u00f3mo hacerlo, para reconstruir lo bueno que ten\u00edamos, superar lo malo y seguir avanzando hacia un M\u00e9xico de libertades y justicia. Tomemos las riendas del desarrollo de M\u00e9xico para reestablecer y fortalecer nuestras instituciones, e imaginar y crear nuevas, capaces de dise\u00f1ar e implementar pol\u00edticas p\u00fablicas, de idear mejores leyes y regulaciones. Pongamos en nuestras manos la construcci\u00f3n de un futuro mejor.<\/p>\n\n\n\n Partamos de los retos, los mismos que desde la campa\u00f1a de 2018 fueron evidenciados. Son muchos, pero destacan los de pobreza, desigualdad, corrupci\u00f3n, inseguridad y cambio clim\u00e1tico.<\/p>\n\n\n\n Respecto al reto de la pobreza, tenemos una larga experiencia en programas sociales que han buscado reducirla. Si bien los resultados han sido insuficientes y en los \u00faltimos cuatro a\u00f1os hemos retrocedido, la experiencia de los programas realizados en distintas administraciones federales y locales nos deja varias lecciones que, dejando de lado los antifaces partidistas, son muy \u00fatiles para mejorar los programas, para construir soluciones m\u00e1s eficaces.<\/p>\n\n\n\n La primera lecci\u00f3n es que la efectividad de estos programas no puede limitarse a lograr que m\u00e1s y m\u00e1s familias est\u00e9n cubiertas; debe medirse m\u00e1s bien en t\u00e9rminos del n\u00famero de familias que abandonan su situaci\u00f3n de pobreza.<\/p>\n\n\n\n Amartya Sen ofrece una definici\u00f3n de la pobreza muy clara. Para \u00e9l es la privaci\u00f3n de capacidad derivada de la insuficiencia de ingreso, y de la persistencia de carencias que impiden el desarrollo pleno de las personas.<\/p>\n\n\n\n En este contexto, lograr que las familias salgan de la pobreza mediante programas sociales requiere que estos efectivamente ampl\u00eden la capacidad de los hogares para superar la o las carencias que padecen y aumentar su potencial para generar m\u00e1s ingresos.<\/p>\n\n\n\n La pol\u00edtica social debe proponerse que los pobres sean los primeros. S\u00ed, los primeros en tener acceso a servicios de educaci\u00f3n y salud de calidad, los primeros en gozar de la protecci\u00f3n de un s\u00f3lido sistema de seguridad social.<\/p>\n\n\n\n Lograr que una familia salga de la trampa de la pobreza, requiere que la pol\u00edtica social y econ\u00f3mica, coordinadamente, logre generar suficientes oportunidades de empleo o autoempleo para que las familias devenguen un ingreso para satisfacer sus necesidades de alimentaci\u00f3n y de otros bienes y servicios, y para acceder a una vivienda digna.<\/p>\n\n\n\n Hay tambi\u00e9n una gran experiencia en materia de programas y reformas orientados a alcanzar un mayor crecimiento. Nuevamente, si bien los resultados han sido insuficientes, los esfuerzos realizados dejan lecciones que pueden ayudar a dise\u00f1ar un nuevo paradigma para gestionar el desarrollo econ\u00f3mico del pa\u00eds.<\/p>\n\n\n\n Una lecci\u00f3n b\u00e1sica es que en materia econ\u00f3mica s\u00f3lo hay buenos resultados en cuanto a su alcance y sostenibilidad cuando el Gobierno, el sector privado y dem\u00e1s actores del desarrollo, comparten prop\u00f3sitos y dialogan en un marco de pleno respeto al Estado de Derecho.<\/p>\n\n\n\n La experiencia de d\u00e9cadas para promover el desarrollo del pa\u00eds tambi\u00e9n nos muestra una realidad: ning\u00fan extremo del espectro ideol\u00f3gico ser\u00e1 la soluci\u00f3n a nuestros prop\u00f3sitos de erradicar la pobreza y reducir la desigualdad. La fe ciega en que el mercado es por s\u00ed solo es suficiente para lograr un desarrollo din\u00e1mico e inclusivo, es err\u00f3nea. Como lo es la fe ciega en que el Gobierno resolver\u00e1 todos los problemas.<\/p>\n\n\n\n Un desarrollo din\u00e1mico y sostenible que brinde oportunidades para todos, en un marco de libertades cada vez m\u00e1s amplias y de mayor equidad en las condiciones econ\u00f3micas internas y externas actuales, demanda construir un nuevo equilibrio en cuanto al papel del Gobierno, el mercado y la sociedad.<\/p>\n\n\n\n Este nuevo equilibrio significa contar con un Gobierno fuerte en cuanto rector y promotor del desarrollo, y gran armonizador social. Pero la fortaleza del Gobierno debe estar fundad en un equilibrio real entre poderes, donde ninguno de ellos pueda imponerse a los otros; en un pacto fiscal renovado que nos aleje del centralismo actual, disfuncional y costoso. Un nuevo pacto que parta de una redefinici\u00f3n de la distribuci\u00f3n del poder y los recursos entre niveles de gobierno, de manera que se aproveche plenamente el potencial de desarrollo de cada comunidad y regi\u00f3n del pa\u00eds, y que dote a cada poder y nivel de gobierno de los recursos necesarios para cumplir las responsabilidades que las leyes le asignan, y que a la vez distribuya las cargas impositivas con equidad y contribuya a reducir las desigualdades existentes.<\/p>\n\n\n\n La fortaleza del Gobierno no consiste en que \u00e9ste se vuelva propietario de todo. Su rol de rector y promotor del desarrollo ser\u00e1 eficaz en la medida en que tenga capacidad para regular eficazmente los mercados y asegurar que los agentes econ\u00f3micos se sometan a las reglas. Su fortaleza deriva tambi\u00e9n de que ejerza sus funciones con un alto grado de transparencia y rendici\u00f3n de cuentas, y que, en su caso, aplique invariablemente las sanciones que correspondan.<\/p>\n\n\n\n El nuevo equilibrio requiere, a la par de un Gobierno fuerte, crear las condiciones para que los mercados sean competitivos, innovadores, creadores de riqueza para ser distribuida equitativamente y regulados con eficiencia para evitar abusos de poder y de conductas monop\u00f3licas. Ello precisa: Infraestructura de calidad que acreciente la competitividad de las empresas en los mercados interno y externo; inversi\u00f3n p\u00fablica y privada en desarrollo tecnol\u00f3gico e investigaci\u00f3n cient\u00edfica; financiamiento de calidad y asequible; respeto a la propiedad intelectual y facilidad de acceso al registro de patentes; Estado de Derecho y seguridad p\u00fablica.<\/p>\n\n\n\n Finalmente, este nuevo equilibrio requiere una ciudadan\u00eda fuerte. Esto implica dotar a los ciudadanos de los instrumentos legales necesarios para: Evaluar el funcionamiento de los gobiernos y frenar acciones ilegales y abusos de \u00e9stos y de las grandes empresas; obligar al Gobierno, de los tres \u00f3rdenes, a resolver los asuntos que le plantean los ciudadanos; obtener acceso a informaci\u00f3n de las acciones y decisiones p\u00fablicas; limitar la discrecionalidad de los funcionarios para negar dicho acceso.<\/p>\n\n\n\n S\u00f3lo con un Gobierno de esta manera robustecido y la presencia de mercados competitivos, generadores de riqueza y de oportunidades de ingreso digno para todos, y una ciudadan\u00eda empoderada con los instrumentos legales necesarios para evaluar, vigilar y evitar abusos, tanto del Gobierno como de los agentes econ\u00f3micos podremos lograr un desarrollo din\u00e1mico e inclusivo que nos lleve por la senda de mayor libertad y justicia.<\/p>\n\n\n\n En materia de seguridad, corrupci\u00f3n e impunidad, tambi\u00e9n hay muchos esfuerzos realizados a lo largo de varias administraciones p\u00fablicas de los \u00e1mbitos federal, estatal y municipal, pero sus resultados son muy pobres y cada vez m\u00e1s preocupantes. No parece que ahora haya menos corrupci\u00f3n o m\u00e1s seguridad, y sin duda abatir la impunidad sigue siendo asignatura pendiente y urgente. No obstante, estas experiencias y esfuerzos nos dan lecciones que debemos usar para construir una nueva estrategia para eliminar la impunidad y la corrupci\u00f3n y recuperar niveles de seguridad aceptables.<\/p>\n\n\n\n Una lecci\u00f3n importante es que los elevados niveles de inseguridad est\u00e1n muy estrechamente asociados al c\u00edrculo vicioso de la impunidad y la corrupci\u00f3n. Si no resolvemos el problema de la escandalosa impunidad que existe en nuestro pa\u00eds, nunca tendremos \u00e9xito en la lucha anticorrupci\u00f3n ni en mejorar la seguridad p\u00fablica.<\/p>\n\n\n\n La experiencia nos muestra que reducir la impunidad requiere profesionalizar los \u00f3rganos de vigilancia y fiscalizaci\u00f3n, apuntalar su autonom\u00eda y mejorar sus capacidades de investigaci\u00f3n en los tres niveles de gobierno. Nos muestra tambi\u00e9n, de manera contundente, que militarizar la seguridad p\u00fablica no es soluci\u00f3n, que debemos ya reconocer la urgencia de reconstruir desde lo local las instituciones civiles de seguridad p\u00fablica, como tambi\u00e9n las de procuraci\u00f3n y administraci\u00f3n de justicia.<\/p>\n\n\n\n Todo esto hace necesario emprender un proceso intenso de reconstrucci\u00f3n institucional que cuente con la m\u00e1s amplia participaci\u00f3n social y transparencia, as\u00ed como con mecanismos de evaluaci\u00f3n permanente y correcciones, en su caso.<\/p>\n\n\n\n La tarea de dise\u00f1ar y construir soluciones a los retos apuntados arriba es la que debe ocuparnos a todos, cuanto antes. No perdamos tiempo con reproches a un \u00abno presidente\u00bb que ha abdicado a su responsabilidad de guardar y hacer guardar la Constituci\u00f3n y las leyes que de ella emanen, mirando en todo por el bien y la prosperidad de todos.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"No perdamos m\u00e1s tiempo criticando a un presidente que ya dej\u00f3 de serlo, que ya abdic\u00f3 de su responsabilidad. 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