Violencia e inseguridad forman ya parte del paisaje; se han perdido capacidad de asombro y de indignaci\u00f3n frente a lo que ocurre. Las noticias son recurrentes y muy preocupantes porque la situaci\u00f3n amenaza en extenderse ante la pasividad, impotencia o negligencia de las autoridades, particularmente de las del orden federal. Logros aislados y grosera manipulaci\u00f3n de cifras hacen creer que las cosas est\u00e1n bajo control y mejorando.<\/p>\n\n\n\n
Este lunes, en la zona Tarahumara de Chihuahua fueron asesinados los padres jesuitas Javier Campos y Joaqu\u00edn Mora al intentar proteger a una persona, gu\u00eda tur\u00edstico que buscaba refugio en el templo, perseguido por una persona armada, quien fue ejecutada al interior de la iglesia. Los tres cuerpos fueron sustra\u00eddos por los criminales. En hechos vinculados, secuestraron a cuatro personas, entre \u00e9stas un menor. Un episodio de tantos que ocurren en muchas partes del pa\u00eds. Una poblaci\u00f3n a merced de los m\u00e1s violentos y sanguinarios.<\/p>\n\n\n\n
Hay lugares donde la batalla al crimen se ha ganado y en otros, contenido; sin embargo, amplias zonas de territorio nacional siguen bajo su dominio, son los hombres de horca y cuchillo a cargo de la polic\u00eda y de la justicia; administran, cobran y prestan; hasta obras sociales emprenden. Siempre a su modo, con todas sus implicaciones. La acci\u00f3n criminal fue ejecutada, presuntamente, por Jos\u00e9 Noriel Portillo, jefe criminal en la zona y a quien se le imputan varios homicidios desde 2018.<\/p>\n\n\n\n
El presidente reconoci\u00f3 que es una zona donde hay fuerte presencia del narcotr\u00e1fico, y la gobernadora de Chihuahua, Maru Campos, tuvo una desafortunada expresi\u00f3n de que el crimen contra los sacerdotes fue \u00abcircunstancial\u00bb, una manera absurda de trivializar los hechos.<\/p>\n\n\n\n
Desaciertos y decisiones infortunados han llevado a imputarle al presidente un supuesto v\u00ednculo o acuerdo con la delincuencia organizada, como hicieran en d\u00edas pasados Porfirio Mu\u00f1oz Ledo y el excandidato presidencial Francisco Labastida. No hay tal, aunque s\u00ed una pol\u00edtica p\u00fablica en materia de seguridad que parte de un mal diagn\u00f3stico y que origina acciones equivocadas e ilegales. Cumplir y hacer cumplir la Ley es premisa obligada del ejercicio republicano del poder.<\/p>\n\n\n\n
La realidad se impone. Con el reporte de mayo se acredita que en lo que va de este Gobierno ha habido m\u00e1s homicidios dolosos que en toda la gesti\u00f3n de Felipe Calder\u00f3n. La evidencia es contundente: el Gobierno ha fracasado en materia de seguridad.<\/p>\n\n\n\n
De siempre, L\u00f3pez Obrador ha suscrito la falsa tesis de que la causa de la criminalidad es la pobreza; es decir, que el hambre lleva a las personas, particularmente a los j\u00f3venes, a tomar el camino de la vida criminal. Por lo mismo se ha decidido que los programas sociales focalizados en j\u00f3venes habr\u00edan de frenar el curso delictivo.<\/p>\n\n\n\n
Esa postura es indefendible. Se delinque porque hay impunidad, no porque exista pobreza, como lo revelan los hechos tr\u00e1gicos en la Tarahumara; de hecho, los delincuentes no son los m\u00e1s pobres. Por otra parte, cu\u00e1nto tiempo llevar\u00eda combatir la marginaci\u00f3n que padecen millones de j\u00f3venes mexicanos, y si es cierto que las pol\u00edticas sociales asistencialistas son la mejor v\u00eda para llevar oportunidades y progreso a ese grupo demogr\u00e1fico\u2026<\/p>\n\n\n\n
M\u00e1s que err\u00f3neamente criminalizar a la pobreza, importa la pronta respuesta de las autoridades para enfrentar al crimen. Muchas causas inciden en la actividad criminal, y por lo mismo es preciso atacarlas en varios frentes. Abatir la impunidad reviste la mayor importancia. El Estado debe reivindicar el monopolio leg\u00edtimo de la violencia a partir de la autoridad de que est\u00e1 investido y de su comportamiento dentro del marco legal. Decir que violencia no se ataca con violencia es igualar al criminal con las instituciones de justicia y dejar en estado de indefensi\u00f3n al inocente. La violencia leg\u00edtima es contraria a la violencia criminal, y efectivamente, las autoridades tienen la obligaci\u00f3n de actuar. Se debe hacer con eficacia, inteligencia, estrategia, con firmeza y con apego a la civilidad propia de la legalidad.<\/strong><\/p>\n\n\n\n La paranoia<\/strong><\/p>\n\n\n\n El presidente L\u00f3pez Obrador ha reclamado con indignaci\u00f3n el que se le vincule con el crimen organizado. Dice que es una campa\u00f1a de los conservadores en un intento m\u00e1s de da\u00f1ar a su proyecto.<\/p>\n\n\n\n La verdad es que ni hay v\u00ednculo (al menos en t\u00e9rminos de un acuerdo expreso) ni hay campa\u00f1a org\u00e1nica de un grupo con el intento de perjudicarlo.<\/p>\n\n\n\n El se\u00f1alamiento se remite a las elecciones en el occidente del pa\u00eds en 2021, especialmente Guerrero, Michoac\u00e1n, Colima, Nayarit, Sinaloa, Sonora, Baja California Sur y Baja California. La oposici\u00f3n se refiri\u00f3 para el caso de Michoac\u00e1n y Sinaloa como elecciones en las que tuvo un papel protag\u00f3nico el crimen organizado. No fue un invento. La informaci\u00f3n noticiosa muestra que s\u00ed hubo presencia. Desde luego que esto haya acontecido, en forma alguna prueba que fue una acci\u00f3n concertada, consentida o promovida por el presidente.<\/p>\n\n\n\n La manera como L\u00f3pez Obrador se ha referido a Joaqu\u00edn Loera, el saludo a la madre de \u00e9ste y la atenci\u00f3n a la gesti\u00f3n para visitar a su hijo detenido en EE.UU., as\u00ed como la liberaci\u00f3n de Osvaldo Guzm\u00e1n, retenido por las autoridades militares en un operativo en Culiac\u00e1n para proceder a su extradici\u00f3n, ha propiciado la maledicencia, abonado por las recurrentes visitas del presidente a los territorios bajo control del C\u00e1rtel de Sinaloa, lo que da pie a que se recree la idea del acuerdo.<\/p>\n\n\n\n M\u00e1s a\u00fan, recientemente extern\u00f3 su molestia por el nombre de \u00abEl Tri\u00e1ngulo Dorado\u00bb, rebautizado con el nombre de \u00abEl Tri\u00e1ngulo de la Gente Buena y Trabajadora\u00bb, para algunos una manera de referirse a los delincuentes que controlan dicha zona.<\/p>\n\n\n\n En d\u00edas pasados comparte la satisfacci\u00f3n de que en territorios bajo el control del crimen no haya violencia, respecto a los que est\u00e1n en disputa.<\/p>\n\n\n\n El comedimiento presidencial hacia los criminales hace contraste con los periodistas o sus cr\u00edticos. Su exceso hacia quienes tienen una postura independiente o cr\u00edtica en los medios o en la pol\u00edtica, hace que la mesura al criminal se le vuelva en contra.<\/p>\n\n\n\n En ocasi\u00f3n del crimen organizado, el presidente refiere de manera reiterada a los delincuentes de cuello blanco, con lo que sugiere que para \u00e9l son m\u00e1s perniciosos.<\/p>\n\n\n\n El presidente de siempre se ha pronunciado por la pol\u00edtica de \u00ababrazos no balazos\u00bb, y ha reiterado su confianza de que al crimen habr\u00e1 de disminu\u00edrsele con programas sociales que incentiven a que los j\u00f3venes tengan una forma honesta de vivir, en lugar de transitar hacia el crimen. La postura presidencial no s\u00f3lo se califica de ingenua, sino tambi\u00e9n complaciente.<\/p>\n\n\n\n M\u00e1s con la instrucci\u00f3n a las Fuerzas Armadas y a la Guardia Nacional de no enfrentar a los criminales, con verbalizaciones lamentables, como aludir al respeto de los derechos humanos de los delincuentes, obligaci\u00f3n de las autoridades, pero el contexto de una humillante persecuci\u00f3n de los criminales a una patrulla militar, la que por cierto, pudo cumplir su cometido una vez que obtuvo refuerzo.<\/p>\n\n\n\n En este contexto, adquieren relieve las palabras de Porfirio Mu\u00f1oz-Ledo, quien aludi\u00f3 a una \u00abalianza\u00bb del Gobierno con el crimen organizado, postura que se repiti\u00f3 en una entrevista de Carmen Aristegui con el excandidato presidencial y exgobernador de Sinaloa Francisco Labastida. El presidente respondi\u00f3 airadamente contra Mu\u00f1oz-Ledo y denostando a la periodista Carmen Aristegui.<\/p>\n\n\n\n Lo narrado es suficiente para entender la manera como un sector importante de los medios y en las redes sociales refieren a los v\u00ednculos del presidente con el crimen.<\/p>\n\n\n\n No es una campa\u00f1a, es el descuido presidencial de sus palabras y una p\u00e9sima respuesta al tema, lo que ha llevado a la creencia de que tal acuerdo existe. \u00c9ste, como tal no existe, porque no hay una estructura de poder y autoridad con la que se podr\u00eda lograr entendimiento alguno.<\/p>\n\n\n\n Los grupos criminales son m\u00faltiples y no todos obedecen a la misma l\u00f3gica criminal ni tienen la misma cohesi\u00f3n o disciplina. Lo que existe es p\u00fablico y est\u00e1 a la vista de todos, esto es, la postura del presidente L\u00f3pez Obrador en el combate al crimen organizado, y la discutible tesis de que es la pobreza la que lleva a la delincuencia. S\u00ed hay una causa a la vista de todos: la impunidad.<\/p>\n\n\n\n La paranoia tampoco es tal, ya que es dif\u00edcil, es demencial creer que hay una campa\u00f1a de los conservadores en su contra. Lo que s\u00ed existe es la respuesta indignada de quienes ven complacencia en la postura presidencial, especialmente por los desastrosos resultados en materia de seguridad y justicia.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"Violencia e inseguridad forman ya parte del paisaje; se han perdido capacidad de asombro y de indignaci\u00f3n frente a lo que ocurre. 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