Muchos fil\u00f3sofos y legisladores construyeron una moral social y pol\u00edtica partiendo de concepciones religiosas. No debe, no puede, reducirse la religi\u00f3n a lo moral, ni la moral jur\u00eddica debe poseer religiosidad. Uno de los problemas m\u00e1s agudos de la \u00e9tica c\u00edvica, hist\u00f3ricamente planteado, es encontrar el origen de las normas que gu\u00edan la conducta humana en mandatos divinos, sin embargo, ninguno satisface las inquietudes \u00e9tico-jur\u00eddicas.<\/p>\n\n\n\n
La temporalidad de los principios humanos supone valores supremos por breve per\u00edodo en una sociedad siempre din\u00e1mica y en constante evoluci\u00f3n. Es importante destacar que, si bien el origen de la moral se ha encontrado siempre unido al fen\u00f3meno religioso, no deben confundirse; la modernizaci\u00f3n de las relaciones humanas plantea una aut\u00e9ntica separaci\u00f3n a lo teol\u00f3gico de lo jur\u00eddico y evitar una dependencia hac\u00eda aquella.<\/p>\n\n\n\n
\u00bfExiste hoy realmente ese desprendimiento? \u00bfEs factible fundamentar filos\u00f3ficamente una moral social v\u00e1lida para cualquiera desligada de la religi\u00f3n?<\/p>\n\n\n\n
El fil\u00f3sofo John Locke en su Carta sobre la Tolerancia<\/em> (1689); precisa algunos conceptos human\u00edsticos que nos ayudan a comprender ese pensamiento laico: \u00ab\u2026el hombre, en estado de naturaleza, posee una libertad tan grande que lo hace Se\u00f1or absoluto de su propia persona y de sus posesiones y s\u00fabdito de nadie\u00bb. Luego en el Tratado sobre el Gobierno civil<\/em> (1660), cuestiona: \u00bfPor qu\u00e9 decide mermar su libertad al someterse al dominio y control de otros poderes?<\/p>\n\n\n\n \u00bfDe qu\u00e9 poderes habla Locke?: Iglesia y Gobierno civil.<\/p>\n\n\n\n De la Iglesia cristiana le preocupa su actuar antievang\u00e9lico cuando suprime la caridad, la humildad y la buena voluntad que exige su doctrina; persigue cruel e implacablemente aquellos que no son de su ideolog\u00eda pol\u00edtica, pero es tolerante con quienes la apoyan econ\u00f3micamente, aunque sean asesinos y ladrones.<\/p>\n\n\n\n Gobierno civil, el otro poder que somete al hombre social; Locke lo define como \u00ab\u2026 una sociedad de personas constituida solamente para procurar, preservar y hacer avanzar los intereses de \u00edndole ciudadana\u00bb: (vida, libertad, salud, descanso corporal y posesiones materiales); las cuales el magistrado civil asegurar\u00e1 mediante la ejecuci\u00f3n imparcial de leyes justas de car\u00e1cter general, castigando a quienes violen los derechos de los dem\u00e1s y, sin que priven en \u00e9l preferencias de ninguna especie, en particular las de car\u00e1cter religioso, a\u00fan y cuando se sintiese inclinado al beneficio exclusivo de la instituci\u00f3n portadora de su fe.<\/p>\n\n\n\n Locke exige \u00abdistinguir exactamente entre las cuestiones del Gobierno civil y de la religi\u00f3n, fijando las justas fronteras que existen entre uno y otro\u00bb. Ni la Iglesia puede utilizar la fuerza para salvar las almas, ni el magistrado podr\u00e1 usar la fuerza civil para ello, ya que las funciones y fines de ambas instituciones son diferentes. \u00abEl Gobierno civil no puede dar nuevos derechos a la iglesia, ni la iglesia al Gobierno civil ya que ambos son distintos y separados\u00bb. Acusa a los jerarcas eclesi\u00e1sticos que, movidos por la avaricia y el insaciable deseo de poder, utilizan la ambici\u00f3n inmoderada de los magistrados civiles mezclando y confundiendo las dos dimensiones Iglesia y Estado.<\/p>\n\n\n\n Hist\u00f3ricamente, la jerarqu\u00eda cat\u00f3lica de todo el mundo, desde que Constantino convirti\u00f3 al cristianismo en religi\u00f3n oficial del Imperio Romano, arrincon\u00f3 los principios esenciales de Cristo: humildad, hermandad y caridad. Muchos trataron de recuperarlo como Mart\u00edn Lutero y su reforma; otros buscaron destruirla (revoluci\u00f3n francesa, bolchevique y varias m\u00e1s).<\/p>\n\n\n\n En M\u00e9xico esta cronolog\u00eda de complicidades eclesiales posee identidad:<\/p>\n\n\n\n 1820: Conjura de la Profesa y entronizaci\u00f3n de Iturbide.<\/p>\n\n\n\n 1862: Tratado de Miramar y porteo de Maximiliano.<\/p>\n\n\n\n 1926: Guerra Cristera.<\/p>\n\n\n\n La verdad es que todas estas movilizaciones eran destructivas, nunca a favor de algo; siempre han pretextado defender alg\u00fan valor, pero su cometido innegable ha sido animadversi\u00f3n contra lo transformador. En la Conjura de la profesa se pretext\u00f3 la independencia; realidad: lucha contra la Constituci\u00f3n de C\u00e1diz; En la invasi\u00f3n francesa; \u00abfueros y religi\u00f3n\u00bb la conflagraci\u00f3n era contra Ju\u00e1rez y sus reformas laicas. En la Cristiada: defender la religi\u00f3n, el fondo era contra Calles y sus leyes revolucionarias. Eso explica el furor, odio y furia que tanto los caracteriza.<\/p>\n\n\n\n Hasta ahora nada ha cambiado; se siguen desatando guerras y movimientos en defensa de la democracia y la libertad; en realidad buscan mantener privilegios y rapi\u00f1a sobre las riquezas nacionales. \u00bfCoincidencias hist\u00f3ricas?<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"Muchos fil\u00f3sofos y legisladores construyeron una moral social y pol\u00edtica partiendo de concepciones religiosas. 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