{"id":7876,"date":"2023-09-19T10:05:00","date_gmt":"2023-09-19T16:05:00","guid":{"rendered":"https:\/\/espacio4.mx\/?p=7876"},"modified":"2023-09-29T13:20:57","modified_gmt":"2023-09-29T19:20:57","slug":"mis-desaseados-libros","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/espacio4.mx\/mis-desaseados-libros\/","title":{"rendered":"Mis desaseados libros"},"content":{"rendered":"\n

Post mortem<\/em><\/strong>.<\/strong> Dedico este art\u00edculo, con toda mi estimaci\u00f3n y aprecio, a mi buen y gran amigo Alfonso V\u00e1zquez Sotelo.<\/em><\/p>\n\n\n\n

En el transcurso de mi vida me he venido dando cuenta de que, con alguna frecuencia, cuando termino de leer un libro cuyo interesante contenido o correcto y \u00absabroso\u00bb estilo literario me han llevado a la conclusi\u00f3n de que se trata de un buen libro, a cabo regal\u00e1ndoselo a alguien que considero \u00abvale la pena\u00bb. (\u00a1La pena de desprenderse del libro, desde luego!).<\/p>\n\n\n\n

Mis libros, todos los libros que he le\u00eddo, empezando con los que tienen que ver con mi profesi\u00f3n, se encuentran literalmente \u00abrepletos\u00bb de anotaciones, subrayados, indicaciones referenciales a otros libros o escritos, y dem\u00e1s posibles se\u00f1alamientos \u2014a tinta, a l\u00e1piz o con cray\u00f3n\u2014 que usted pudiera imaginarse.<\/p>\n\n\n\n

Si usted es de los que conservan sus libros escrupulosamente pulcros y \u00abpresentables\u00bb, mis respetos y, desde luego, me congratulo por ello. Pero d\u00e9jeme confesarle que yo, simplemente, no puedo hacer eso. Los libros as\u00ed: pulcr\u00edsimos y \u00abcallados\u00bb, con olor a nuevos y enclaustrados casi \u00abmon\u00e1sticamente\u00bb en el nicho de un \u00abcuasi-religioso\u00bb librero, como si fueran v\u00edrgenes conventuales con voto de perpetuo silencio y de recogimiento\u2026 \u00a1me dan l\u00e1stima! Considero que el presumir el \u00abolor a nuevo\u00bb y esmerarse en poner los medios para que el mismo permanezca as\u00ed el mayor tiempo posible, pudiera quiz\u00e1s resultar \u00abentendible\u00bb (dada la natural vanidad y presunci\u00f3n humanas) cuando se trate de un flamante autom\u00f3vil nuevo reci\u00e9n adquirido, no cuando se trate de un libro. No, al menos\u2026 cuando se trate de un buen libro. Estimo que lo que m\u00e1s puede \u00abrecomendar\u00bb y hacer valer a un libro es que el mismo \u00abhuela\u00bb a libro \u00abusado\u00bb, es decir\u2026 \u00a1A libro le\u00eddo!<\/p>\n\n\n\n

Yo tambi\u00e9n quise hacer un cuento<\/strong><\/p>\n\n\n\n

S\u00ed. Yo tambi\u00e9n; yo tambi\u00e9n urd\u00ed en mi mente, no hace a\u00fan mucho tiempo, la idea de \u00abinventar\u00bb un cuento navide\u00f1o.<\/p>\n\n\n\n

Estaba solo. Por desasirme un tanto del molesto aburrimiento y enfado que me causaba la soledad sal\u00ed de casa y me pas\u00e9 la \u00abnochebuena\u00bb vagando, platicando s\u00f3lo con mis pensamientos y deteni\u00e9ndome de vez en cuando a mirar los juguetes colocados caprichosamente tras los cristales de los escaparates. Y esa misma noche\u2026 esa misma noche conocida como \u00abla nochebuena\u00bb, y en aquellas mismas luminosas avenidas que hac\u00edan escandaloso derroche de lujo y casi se mor\u00edan de risa en la infinita variedad de sus anuncios de colores; en esas mismas avenidas todas griter\u00eda y contento, contempl\u00e9 muchas de esas escenas tan hondamente tristes que salen en los cuentos, y fue entonces cuando yo tambi\u00e9n, \u00a1malhaya mi manera de reaccionar!, yo tambi\u00e9n tuve la \u00abbrillante\u00bb idea de hacer de toda aquella dolorosa realidad\u2026 \u00a1un cuento!<\/p>\n\n\n\n

S\u00ed. Y hab\u00eda pensado tambi\u00e9n en el \u00abpapelerito\u00bb que se qued\u00f3 contemplando amargamente los juguetes \u00abaferrados\u00bb a la tarima del aparador, y hab\u00eda pensado tambi\u00e9n en hacerlo que dejara embarradas sus l\u00e1grimas de tristeza ah\u00ed sobre los cristales del escaparate todav\u00eda empa\u00f1ados por las risas delirantes y felices de los ni\u00f1os ricos. Y el ni\u00f1o de mi cuento tambi\u00e9n iba a amanecer muerto de hambre y de fr\u00edo al d\u00eda siguiente, el d\u00eda de Navidad, entre las inmundicias de un bote de basura o de desperdicios.<\/p>\n\n\n\n

Ese iba a ser mi cuento. O quiz\u00e1s hubiera sido de otro modo, porque despu\u00e9s tuve otra idea m\u00e1s disparatada: pens\u00e9: mejor buscar\u00e9 un relato menos trillado y m\u00e1s original para mi cuento.<\/p>\n\n\n\n

Y fue entonces cuando, ya con la pluma en la mano, listo para escribir, record\u00e9 algunas dolorosas escenas que tambi\u00e9n pude ver aquella noche; algunas no ficticias sino realisimas escenas de Navidad iluminadas desfachatadamente por las luces de mercurio de los arbotantes, y sent\u00ed verg\u00fcenza; sent\u00ed verg\u00fcenza de m\u00ed mismo, que me entreten\u00eda tontamente en hacer de todas aquellas realidades\u2026 \u00a1un cuento! Se estrellaron en mi conciencia las dolorosas y lamentables im\u00e1genes de aquellos peque\u00f1os seres humanos todos sucios, d\u00e9biles y harapientos y sent\u00ed que los mismos con su mirada angustiosa y apremiante me suplicaban: \u00a1No! \u00a1D\u00edgales que no! \u00a1D\u00edgales que no es un cuento! \u00a1Preg\u00fanteles por qu\u00e9 se empe\u00f1an simuladamente en decir que no nos ven, cuando en el d\u00eda casi nos pisan bajo los rayos del sol y en la noche nos enceguecen con el d\u00e9spota resplandor de sus luces artificiales!<\/p>\n\n\n\n

Y, ante estos angustiosos gritos\u2026 retroced\u00ed. Entend\u00ed por qu\u00e9 hay en las ciudades y en los pueblos muchos de esos seres humanos que se pudren en las crueldades de la miseria, frente a la indiferencia del mundo, y por eso desist\u00ed de hacer lo que a los ojos de muchos pudo haber sido no m\u00e1s que un cuento; lleno, s\u00ed, de escenas conmovedoras y tristes, pero, \u00abal fin y al cabo\u00bb\u2026 un cuento.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"Post mortem. Dedico este art\u00edculo, con toda mi estimaci\u00f3n y aprecio, a mi buen y gran amigo Alfonso V\u00e1zquez Sotelo. En el transcurso \n [...]<\/a>","protected":false},"author":130,"featured_media":7861,"comment_status":"open","ping_status":"open","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_mi_skip_tracking":false,"_exactmetrics_sitenote_active":false,"_exactmetrics_sitenote_note":"","_exactmetrics_sitenote_category":0,"footnotes":""},"categories":[74],"tags":[],"jetpack_sharing_enabled":true,"jetpack_featured_media_url":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-content\/uploads\/2023\/09\/26-libro.jpg","_links":{"self":[{"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/7876"}],"collection":[{"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/users\/130"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=7876"}],"version-history":[{"count":1,"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/7876\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":7877,"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/7876\/revisions\/7877"}],"wp:featuredmedia":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/media\/7861"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=7876"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=7876"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=7876"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}