{"id":813,"date":"2020-11-28T14:42:12","date_gmt":"2020-11-28T20:42:12","guid":{"rendered":"https:\/\/espacio4.mx\/?p=813"},"modified":"2020-11-28T14:42:12","modified_gmt":"2020-11-28T20:42:12","slug":"de-lejecitos-porque-hay-agua","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/espacio4.mx\/de-lejecitos-porque-hay-agua\/","title":{"rendered":"De lejecitos\u2026 porque hay agua"},"content":{"rendered":"\n

No abordar\u00e9 hoy el tema del General Cienfuegos y su inesperado e ins\u00f3lito desenlace porque est\u00e1 lleno de conjeturas, sospechas y otras lindezas; tampoco girar\u00e1 mi art\u00edculo en torno a la apocal\u00edptica cifra de los cien mil fallecimientos por COVID-19 que a las autoridades de salud y a la presidencia de la rep\u00fablica les gusta minimizar; evito para esta colaboraci\u00f3n ocuparme de la violencia imparable que todas las fiscal\u00edas \u2014el gobierno federal a la cabeza\u2014 se regodean en la insistencia de que han logrado abatir; desisto de indagar sobre la desarticulaci\u00f3n del sistema de salud y la falta de medicamentos y que, otra vez el gobierno federal, no ha podido atender satisfactoriamente aunque el impacto en los enfermos sea dolorosamente lamentable. No, no abordar\u00e9 ni una sola palabra en torno a esos temas.<\/p>\n\n\n\n

Hoy llamar\u00e9 la atenci\u00f3n sobre otro hecho que parece haber pasado desapercibido pero que es tan impactante como los anteriores. Los desastres en Tabasco y Chiapas.<\/p>\n\n\n\n

Al ver los resultados de los desastres y su duraci\u00f3n prolongada, no pude evitar asociarlo a lo que, hace much\u00edsimos a\u00f1os, le ocurri\u00f3 a mi pueblo. Eternamente abandonado a su suerte, sin que nadie se ocupara de aliviar su pobreza y los estragos que \u00e9sta produce, sin que nadie tampoco se conmoviera un poco de su tragedia cotidiana, San Juan del Cohetero, mi pueblo, pas\u00f3 por mucho de este dolor por el que hoy pasan los tabasque\u00f1os y los chiapanecos, mexicanos todos; todos tambi\u00e9n sumidos hoy en el abandono y la miseria.<\/p>\n\n\n\n

Mire usted la semejanza de lo acontecido en mi pueblo en 1910 con lo que ocurre en estas entidades en 2020.<\/p>\n\n\n\n

Sin caminos que comunicaran al rancho con el resto del territorio de la rep\u00fablica, sin escuela para instruirse aunque fuera en el oficio de hacer cuentas, ni templo para sentir la apabullante cercan\u00eda de Dios, el mundo se reduc\u00eda a la gran llanura sin ganas de acabarse y a la lejan\u00eda azul de la sierra de la Paila, y s\u00f3lo por el dicho de los varilleros<\/em> que, de vez en cuando, llegaban como por descuido hasta San Juan del Cohetero, rumores de un levantamiento social que se hab\u00eda echado a andar quien sabe por qu\u00e9.<\/p>\n\n\n\n

Pero la gente de mi pueblo s\u00f3lo sab\u00eda eso de o\u00eddas, igual que sab\u00eda de la existencia de otros ranchos m\u00e1s all\u00e1 de la llanura: Jalpa, El Porvenir, La Esperanza, San Jos\u00e9 de la joya, La rosa y Segu\u00edn; tambi\u00e9n de o\u00eddas sab\u00eda de la existencia de pueblos grandes, una cabecera municipal, una capital del Estado y, como un eco lejano, que gobernaba al pa\u00eds con mano dura, desde hac\u00eda unos buenos a\u00f1os, un tal Porfirio D\u00edaz, un antiguo h\u00e9roe con grado de general surgido de la guerra contra los franceses. No m\u00e1s, ni para bien y para mal.<\/p>\n\n\n\n

Los mismos personajes de comercio, fueron a contar la historia de unos hermanos Serd\u00e1n oriundos de Puebla y de un respetable se\u00f1or Madero, rico en haciendas y dinero, originario de Parras de la Fuente, que algo se tra\u00edan contra ese hombre de Dios,  que se ech\u00f3 a cuestas la tarea de conducir los destinos del pa\u00eds desde hac\u00eda ya muchos a\u00f1os.<\/p>\n\n\n\n

Despu\u00e9s las noticias fueron m\u00e1s concretas y contundentes: Madero  llam\u00f3 a la naci\u00f3n entera a levantarse en armas para el 20 de noviembre de 1910 y los hermanos Serd\u00e1n fueron  masacrados en su propia casa, por andar en los mismos asuntos; tambi\u00e9n les hablaron de los primeros  levantamientos armados, con triunfo y todo, en Ciudad Guerrero y Pedernales, Chihuahua, inicial embestida formal de los revolucionarios contra el r\u00e9gimen de Porfirio D\u00edaz. <\/p>\n\n\n\n

S\u00f3lo eso, resonancias de eventos que ocurr\u00edan lejos, muy lejos de la gran llanura donde se asienta San Juan del Cohetero y a donde s\u00f3lo llegaban como un eco apenas audible entre el rumor del viento y que no alcanzaba para bien entender  la causa de toda aquella revuelta.<\/p>\n\n\n\n

Por la cabeza de la gente de mi pueblo, no pasaba que la presi\u00f3n desp\u00f3tica ejercida por autoridades locales al entrar en contacto con los proletarios v\u00eda presiones arbitrarias y m\u00faltiples formas de hostilidad as\u00ed como el entorpecimiento de la libertad de trabajo, eran uno de sus motivos; que la esclavitud de hecho en que se encontraba el pe\u00f3n debido a los privilegios de que gozaba el hacendado, era otro; tampoco que la competencia ventajosa ejercida por la gran propiedad rural llamada hacienda sobre cualquier otra  a la sombra de la desigualdad, as\u00ed como el predominio y la competencia ventajosa ejercida tambi\u00e9n por los extranjeros a trav\u00e9s de una desmedida protecci\u00f3n por parte de las autoridades y una injerencia directa de los representantes diplom\u00e1ticos, sobre los nacionales, acentuaba los motivos para la alzada.<\/p>\n\n\n\n

Ignoraban que de aquellos acontecimientos surgieron los primeros hombres al frente de contingentes dispuestos a la lucha armada: Abraham Gonz\u00e1lez, Pascual Orozco y Francisco Villa, en Chihuahua. Luego, como en cascada, le siguieron Domingo, Eduardo, Mariano, Andr\u00e9s y Jos\u00e9, todos Arrieta por parte de padre, y Le\u00f3n, por parte de madre, en Durango; Ram\u00f3n F. Iturbe, en Culiac\u00e1n; C\u00e1ndido Aguilar y Rosendo Garnica, en Veracruz; Ces\u00e1reo Castro y Francisco Coss, en Coahuila. Nombres de los primeros guerrilleros que trazaron con claridad el mapa conceptual de que aquello no era obra aislada ni de levantiscos improvisados llevados a cabo por bandidos y forajidos, sino de una guerra en forma, con gente organizada que sab\u00eda bien lo que quer\u00eda en las batallas y que intu\u00eda un horizonte de bienes al final de aquel azoro de balas.<\/p>\n\n\n\n

Pero que conste, en San Juan del Cohetero, s\u00f3lo sab\u00edan esto de lejecitos, s\u00f3lo o\u00edan sus rumores y, por eso, aquello los perturbaba poco.<\/p>\n\n\n\n

Bueno, he recordado esto porque los acontecimientos de Tabasco y Chiapas, sumidos en el agua de los desastres naturales, al presidente s\u00f3lo le llegan de lejecitos, como rumores inconexos que la molesta televisi\u00f3n conservadora y neoliberal lleva a la audiencia s\u00f3lo para estorbar la buena marcha de la 4T.<\/p>\n\n\n\n

As\u00ed lo vimos desde ac\u00e1 cuando ya, sin remedio, tuvo que ocuparse de aquello. Pero lo hizo bajo el signo de la insensibilidad: tarde y en helic\u00f3ptero, quiz\u00e1 para no mojarse los zapatos. Es cierto, el gobierno federal no es culpable de la grave contingencia; es parte de un proceso de la naturaleza.<\/p>\n\n\n\n

Pero, si bien eso es verdad, su reacci\u00f3n tard\u00eda para atender eso lo vuelve criminal, sobre todo si se considera que sab\u00edan de la gravedad del acontecimiento pues era una decisi\u00f3n directa del presidente \u2014seg\u00fan lo reconoci\u00f3 \u00e9l mismo\u2014 para desalojar agua de una presa.<\/p>\n\n\n\n

Por esta vez el presidente cumpli\u00f3 su promesa: primero los pobres, que se inunden as\u00ed, sin m\u00e1s, al cabo que son aguantadores. Que la naci\u00f3n se lo demande.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"No abordar\u00e9 hoy el tema del General Cienfuegos y su inesperado e ins\u00f3lito desenlace porque est\u00e1 lleno de conjeturas, sospechas y otras lindezas; \n [...]<\/a>","protected":false},"author":20,"featured_media":0,"comment_status":"open","ping_status":"open","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_mi_skip_tracking":false,"_exactmetrics_sitenote_active":false,"_exactmetrics_sitenote_note":"","_exactmetrics_sitenote_category":0,"footnotes":""},"categories":[10],"tags":[],"jetpack_sharing_enabled":true,"jetpack_featured_media_url":"","_links":{"self":[{"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/813"}],"collection":[{"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/users\/20"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=813"}],"version-history":[{"count":1,"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/813\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":814,"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/813\/revisions\/814"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=813"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=813"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=813"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}