Esopo, (600\u2013564 a. C.) fabulista de la antigua Grecia, es famoso por crear historias cortas con moralejas muy apropiadas a todos los tiempos y que jam\u00e1s dejan de tener aplicaci\u00f3n en cualquier parte del mundo. Plat\u00f3n menciona que S\u00f3crates se sab\u00eda de memoria los ap\u00f3logos de Esopo y los versificaba. Son m\u00e1s de 50 las f\u00e1bulas que se le atribuyen, aunque hay quienes dudan que todas sean de \u00e9l.<\/p>\n\n\n\n
En un d\u00eda muy caluroso, una zorra sedienta se top\u00f3 con un racimo de uvas grandes y jugosas que colgaban en lo alto de una parra. La zorra se par\u00f3 de puntillas y estir\u00f3 sus brazos intentando alcanzar las uvas, pero estas se encontraban muy lejos de su alcance.<\/p>\n\n\n\n
Sin querer darse por vencida, la zorra tom\u00f3 impulso y salt\u00f3 con todas sus fuerzas una y otra vez, pero las uvas segu\u00edan muy lejos de su alcance.<\/p>\n\n\n\n
La zorra se sent\u00f3 a mirar las uvas con desagrado y cavil\u00f3:<\/p>\n\n\n\n
\u2014Qu\u00e9 ilusa he sido \u2014pens\u00f3\u2014. Me he esforzado en alcanzar unas uvas verdes que no saben bien. Y se march\u00f3 muy, pero muy enojada.<\/p>\n\n\n\n
Penetrando en el campo de la hermen\u00e9utica, encontr\u00e9 tratadistas que aseguran que Esopo narr\u00f3 solamente una parte de esta historia que se ha convertido en realidad en diversos estadios hist\u00f3ricos a lo largos de los siglos; as\u00ed contin\u00faa:<\/p>\n\n\n\n
La zorra insisti\u00f3 y hasta acus\u00f3 al viticultor de elevar intencionalmente los racimos para que ella no los alcanzara; quiso entrar a la fuerza a la casa de este y cuando se le neg\u00f3 el acceso enfureci\u00f3 y lanz\u00f3 sucias campa\u00f1as contra \u00e9l. Decidi\u00f3 entonces visitar el gigantesco vi\u00f1edo vecino y lanz\u00f3 un mensaje de ayuda al due\u00f1o, pero quiso hacerlo en el idioma de este y solamente pudo emitir un ronco rebuzno que provoc\u00f3 hilaridad en toda la selva.<\/p>\n\n\n\n
Entre m\u00faltiples acusaciones presentadas ante las autoridades, manifest\u00f3 la raposa que la altura a la que crecieron las uvas violaba las leyes de la naturaleza e iba contra la constituci\u00f3n de la vida. Cuando supo que la mayor\u00eda de las personas gustaba de esos racimos, insisti\u00f3 en que eso era mentira para da\u00f1arla a ella y todo se deb\u00eda que se estaba utilizando demasiado fertilizante y agua para que crecieran tanto y solicit\u00f3 la vigilancia del vi\u00f1edo por fieras de otras vi\u00f1as a fin de impedir esas acciones y ayudarla para que ella pudiera alcanzar las uvas.<\/p>\n\n\n\n
Como toda f\u00e1bula tiene aplicaciones en la vida real y una moraleja que nos da lecciones que jam\u00e1s debemos olvidar. Al personaje antes mencionado podemos sumarle pol\u00edticos desamparados que abandonan su partido de origen y brincan de uno a otro como chapulines para finalmente quedarse sin nada. O los medios tradicionales de comunicaci\u00f3n, comunicadores e intelectuales org\u00e1nicos ultraderechistas que en su mayor\u00eda saborearon las uvas del erario y por d\u00e9cadas lo gozaron y ahora tiran piedras y lanzan injurias a ver si cede el cosechero y les devuelve su chayote, pero \u00abesas uvas cuajadas de dorado roc\u00edo jam\u00e1s volver\u00e1n\u2026\u00bb, parafraseando a Gustavo Adolfo B\u00e9cquer.<\/p>\n\n\n\n
Finalmente, la zorra se fue con la cola entre las patas y maldiciendo a todos expres\u00f3: \u00abTotal, ni quer\u00eda las uvas; est\u00e1n verdes y, adem\u00e1s, ellas no me merecen a m\u00ed\u00bb.<\/p>\n\n\n\n
La moraleja aqu\u00ed es que los seres humanos al no poder alcanzar un deseo o capricho lanzamos infundios y despreciamos a quienes logran obtenerlos; buscamos siempre excusas como consuelo para nuestros fracasos y rumiamos nuestro coraje amargando la vida propia y la de otros muchos.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"Esopo, (600\u2013564 a. C.) fabulista de la antigua Grecia, es famoso por crear historias cortas con moralejas muy apropiadas a todos los tiempos \n [...]<\/a>","protected":false},"author":93,"featured_media":0,"comment_status":"open","ping_status":"open","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_mi_skip_tracking":false,"_exactmetrics_sitenote_active":false,"_exactmetrics_sitenote_note":"","_exactmetrics_sitenote_category":0,"footnotes":""},"categories":[10],"tags":[],"jetpack_sharing_enabled":true,"jetpack_featured_media_url":"","_links":{"self":[{"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/8908"}],"collection":[{"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/users\/93"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=8908"}],"version-history":[{"count":1,"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/8908\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":8909,"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/8908\/revisions\/8909"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=8908"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=8908"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=8908"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}