{"id":9001,"date":"2024-03-04T12:06:18","date_gmt":"2024-03-04T18:06:18","guid":{"rendered":"https:\/\/espacio4.mx\/?p=9001"},"modified":"2024-03-04T12:06:18","modified_gmt":"2024-03-04T18:06:18","slug":"lucha-toros-y-politica","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/espacio4.mx\/lucha-toros-y-politica\/","title":{"rendered":"Lucha, toros y pol\u00edtica"},"content":{"rendered":"\n

Debo a mi abuelo paterno Eulalio Hern\u00e1ndez (tocayo del Zotoluco y del Piporro, tambi\u00e9n taur\u00f3filo) mi afici\u00f3n temprana por la fiesta brava y por la lucha libre. Desde ni\u00f1o siento una profunda admiraci\u00f3n y respeto por quienes han abrazado esas carreras. Los recuerdos m\u00e1s felices de mi infancia se remontan a los domingos, cuando hab\u00eda duelos en los cuadril\u00e1teros o corridas en la plaza de la colonia Moderna. Era todo un rito. Despu\u00e9s de comer tom\u00e1bamos el autob\u00fas de la ruta San Juli\u00e1n-Alianza, en el bulevar Independencia, frente a la casa de la familia Bredee. La parada era en la calle Rodr\u00edguez y a mitad de cuadra, la primera escala para tomar un raspado (en mi caso, de coco). Atravesar el puente del canal del Coyote (despu\u00e9s bulevar Constituci\u00f3n) era, para m\u00ed, una aventura. Sobre todo cuando las presas desfogaban.<\/p>\n\n\n\n

En la plaza o en el auditorio Jos\u00e9 F. Ortiz, utilizado como sede alterna cuando hab\u00eda corrida, vi a leyendas del ring<\/em>, nacionales y locales: El Santo, Blue Demon, El Hurac\u00e1n Ram\u00edrez, La Tonina Jackson, El Doctor Wagner, El Cosaco Loco, El Halc\u00f3n Suriano, Los Espanto, El Cavernario Galindo. Y en la arena, y m\u00e1s tarde en el Coliseo Centenario, de Torre\u00f3n, a varios de los mejores espada mexicanos: Manolo Mart\u00ednez (cliente de El Cairo, el mejor restaurante de comida \u00e1rabe de la \u00e9poca), Eloy Cavazos, los Armilla, Curro Rivera (con quien coincid\u00ed varias veces en la visita al Sant\u00edsimo en la catedral del Carmen), Antonio Lomel\u00edn, Jorge Guti\u00e9rrez, Mariano Ramos, Aurelio Moya, el Yeyo, Valente Arellano, Eulalio L\u00f3pez. Y de Espa\u00f1a, a Manuel Ben\u00edtez, el Cordob\u00e9s, Pedro Guti\u00e9rrez, el Ni\u00f1o de la Capea, Jos\u00e9 Mari Manzanares, Enrique Ponce, Juli\u00e1n L\u00f3pez, el Juli (en su etapa de novillero y luego de matador). Nunca vi torear a mujeres, pero las hubo de primera l\u00ednea como Cristina S\u00e1nchez, quien se retir\u00f3 en 1999 por falta de oportunidades. El machismo no respeta esferas.<\/p>\n\n\n\n

Deportes de ra\u00edz popular, como la lucha libre, fueron despu\u00e9s capturados y desvirtuados por las televisoras en aras de la utilidad. Lo grotesco suplant\u00f3 a la t\u00e9cnica y los gritos de la G\u00fcera Semillera y de Mar\u00edn, quien pod\u00eda surtir de cerveza a legiones sin perder la cuenta ni adulterar la bebida, fueron acallados por la mercadotecnia impersonal y fr\u00eda. Con mis hijos Gerardo y Ernesto asist\u00ed despu\u00e9s a las funciones de lucha en el Auditorio Municipal; y con mis hermanos Francisco, Jos\u00e9 Luis y mi t\u00edo Ramiro, a la Arena Ol\u00edmpica de G\u00f3mez Palacio. Las \u00faltimas corridas las disfrut\u00e9 en el Coliseo del Centenario, construido por don Ram\u00f3n Iriarte y el exdiestro Arturo Gilio. Despu\u00e9s vino el capricho del gobernador Rub\u00e9n Moreira, quien las prohibi\u00f3 por una venganza pol\u00edtica contra Armando Guadiana, mientras \u00e9l viajaba a las ferias de Espa\u00f1a.<\/p>\n\n\n\n

La tauromaquia es arte sublime y una de las tradiciones m\u00e1s hermosas del mundo. Sus antecedentes datan del siglo XI y se han transmitido de padres a hijos a lo largo de la historia. El taur\u00f3filo, en general, es culto y respetuoso. En uno de nuestros lejanos desayunos de los mi\u00e9rcoles \u2014interrumpidos por la infausta pandemia de coronavirus, primero, y luego por el duelo causado por la muerte de amigos entra\u00f1ables\u2014 coment\u00e9 con Eliseo Mendoza Berrueto y Armando Fuentes Aguirre, Cat\u00f3n, conocedores, amantes y defensores de la lidia, como el toreo ha enriquecido todas las artes. Lo sentimos y apreciamos en la pintura, la escultura, la m\u00fasica (\u00f3pera, pasodobles, corridos), el teatro, el cine, la poes\u00eda, la literatura… y hasta en los videojuegos.<\/p>\n\n\n\n

Los antitaurinos no lo aprecian porque ignoran su devenir, sus rituales, sus alegr\u00edas y tragedias. Y acaso tambi\u00e9n porque en estos tiempos de fingimiento y cobard\u00eda ser hombre y ser valiente ofende. Sean o no vegetarianos quienes vociferan, deben saber que prohibir los toros los condena a su extinci\u00f3n, pues nacen, se cr\u00edan y crecen para ser lidiados. Si los pol\u00edticos lo convierten todo en votos, los taurinos son legi\u00f3n. Averg\u00fcenza que en Coahuila, por consigna de un lun\u00e1tico acomplejado, como lo llam\u00f3 su hermano, se prive a miles de aficionados de esta fiesta, que adem\u00e1s genera empleos.<\/p>\n\n\n\n

Vuelvo a mi infancia. Los regresos a casa, despu\u00e9s de ir a la lucha o a los toros, eran igualmente felices. La misma ruta de ida era la de vuelta. Esta vez la escala no era en una never\u00eda, sino en una miscel\u00e1nea donde don Lalo me compraba revistas de historietas. Desde aqu\u00ed abrazo a mi abuelo y le doy gracias. Mi meta ha sido siempre seguir su ejemplo de trabajo, constancia y disciplina, y querer a mis nietos y nietas con la misma devoci\u00f3n.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"Debo a mi abuelo paterno Eulalio Hern\u00e1ndez (tocayo del Zotoluco y del Piporro, tambi\u00e9n taur\u00f3filo) mi afici\u00f3n temprana por la fiesta brava y \n [...]<\/a>","protected":false},"author":3,"featured_media":0,"comment_status":"open","ping_status":"open","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_mi_skip_tracking":false,"_exactmetrics_sitenote_active":false,"_exactmetrics_sitenote_note":"","_exactmetrics_sitenote_category":0,"footnotes":""},"categories":[10],"tags":[],"jetpack_sharing_enabled":true,"jetpack_featured_media_url":"","_links":{"self":[{"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/9001"}],"collection":[{"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=9001"}],"version-history":[{"count":1,"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/9001\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":9002,"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/9001\/revisions\/9002"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=9001"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=9001"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=9001"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}