{"id":9047,"date":"2024-03-19T14:40:58","date_gmt":"2024-03-19T20:40:58","guid":{"rendered":"https:\/\/espacio4.mx\/?p=9047"},"modified":"2024-03-28T16:15:27","modified_gmt":"2024-03-28T22:15:27","slug":"el-aliento-del-lobo-la-stasi-el-muro-de-berlin-y-la-vida-de-nosotros","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/espacio4.mx\/el-aliento-del-lobo-la-stasi-el-muro-de-berlin-y-la-vida-de-nosotros\/","title":{"rendered":"El aliento del lobo. La Stasi, el Muro de Berl\u00edn y la vida de nosotros<\/i>"},"content":{"rendered":"\n

Un libro singular sobre el horror de la polic\u00eda pol\u00edtica de la Alemania comunista<\/p>\n\n\n\n

El aullido del lobo en la distancia<\/a><\/strong><\/p>\n\n\n\n

Mucho se ha escrito sobre la Stasi, apelativo que se refiere a uno de los servicios de inteligencia m\u00e1s efectivos del mundo, desde que fuera fundado en 1950 en la entonces Rep\u00fablica Democr\u00e1tica Alemana, hasta su disoluci\u00f3n en 1990, tras la ca\u00edda del Muro de Berl\u00edn: el temido y todopoderoso Ministerium f\u00fcr Staatssicherheit (o Ministerio para la Seguridad del Estado). Pero El aliento del lobo. La Stasi, el Muro de Berl\u00edn y la vida de nosotros<\/em>, libro de no ficci\u00f3n del escritor y periodista cubano Amir Valle, es un aporte singular a la comprensi\u00f3n del horror imperante en la Alemania comunista por las inconcebibles estrategias represivas de todo pensamiento opositor instauradas por este aparato represivo durante casi cuatro d\u00e9cadas.<\/p>\n\n\n\n

El trabajo de la Stasi, sus ramificaciones en la pol\u00edtica y la sociedad de la hoy extinta RDA y sus v\u00ednculos siniestros con otras polic\u00edas pol\u00edticas del llamado \u00abcampo socialista\u00bb es desgranado en este libro de un modo muy diferente a c\u00f3mo ha sido abordado en otras obras. Tan compleja fue la existencia de la Stasi que la mayor\u00eda de los libros se han visto forzados a concentrarse en una o en solo algunas aristas de este perverso fen\u00f3meno del control social. Amir Valle, sin embargo, se lanza al reto de presentar al lector una mirada completa sobre el entramado de vigilancia, represi\u00f3n, manipulaci\u00f3n, negocios sucios y contubernios de la Stasi mediante una estructura muy inteligente: en estas p\u00e1ginas se entrecruzan el an\u00e1lisis sobre la historia de la Stasi, las maquiav\u00e9licas trayectorias de los principales cabecillas e ide\u00f3logos pol\u00edticos y militares gestores de esta estrategia de terror, y los dolorosos testimonios de las v\u00edctimas. Todo ello unificado por una columna vertebral: la investigaci\u00f3n que durante varios a\u00f1os hizo el autor en Alemania y sus vivencias como v\u00edctima de la polic\u00eda pol\u00edtica de Cuba, \u00f3rgano de represi\u00f3n adiestrado durante d\u00e9cadas por la Stasi.<\/p>\n\n\n\n

Esta radiograf\u00eda del horror no se queda solamente en las marcas que dej\u00f3 la Stasi dentro de la poblaci\u00f3n y la sociedad civil de la Alemania comunista. Tambi\u00e9n se develan las oscuras tramas de poder tejidas por los altos jerarcas de la Stasi en contubernio con la siniestra KGB sovi\u00e9tica, en su lucha por extender la \u00e9gida del totalitarismo, mediante operaciones de inteligencia y contrainteligencia, hacia las dos Alemanias, hacia el entonces llamado \u00abcampo socialista\u00bb, hacia los sat\u00e9lites del poder de la URSS en otras regiones del mundo y hacia el resto de los \u00abenemigos capitalistas\u00bb. Aqu\u00ed se revela la estrategia oportunista de la Stasi, que inclu\u00eda alianzas con cualquier enemigo de Estados Unidos y Occidente, e incluso con renombrados grupos y personajes del terrorismo internacional. Todo, adem\u00e1s, documentado en las fuentes vivas \u2014los testigos y las v\u00edctimas\u2014, as\u00ed como en las historias que los propios oficiales de la polic\u00eda pol\u00edtica recog\u00edan en los millones de expedientes que lograron sobrevivir al intento de quemarlos y destruirlos cuando los jefes comunistas alemanes constataron que su poder se hab\u00eda derrumbado, del mismo modo estrepitoso que el muro que ellos hab\u00edan levantado en 1961 para dividir Alemania en dos absurdos feudos: el comunista (la RDA) y el capitalista (la RFA).<\/p>\n\n\n\n

Amir Valle, desde la publicaci\u00f3n de su libro m\u00e1s conocido: Habana Babilonia o prostitutas en Cuba<\/em>, el m\u00e1s amplio estudio conocido sobre la prostituci\u00f3n en la mayor de las Antillas, es considerado un autor cl\u00e1sico del g\u00e9nero No Ficci\u00f3n en lengua espa\u00f1ola. En una entrevista a ra\u00edz de la publicaci\u00f3n de este libro me comenta un valor de este libro: denunciar el enga\u00f1o lanzado por algunos reg\u00edmenes e ideolog\u00edas que se presentan como humanistas y defensores de un mundo mejor. En su investigaci\u00f3n deja claro que los jerarcas de la Stasi y del partido comunista alem\u00e1n \u00abdec\u00edan defender un mundo m\u00e1s humano utilizando contra su propio pueblo m\u00e9todos absolutamente inhumanos, b\u00e1rbaros, maquiav\u00e9licos, s\u00e1dicos. La horrenda represi\u00f3n que leemos en la novela 1984<\/em> de George Orwell, que consideramos la que mejor refleja el control social extremo al que pueden llegar las dictaduras, parece una ingenua novela infantil comparada con el m\u00e9todo de control concebido por los cerebros enfermos de poder de la Stasi. Los partidos pol\u00edticos que intentaron imponer ese human\u00edsimo<\/em> sistema, supuestamente menos cruel y salvaje que el capitalismo contra el que luchaban, concibieron instrumentos de represi\u00f3n que han dejado una larga estela de crueldad y salvajismo que alcanz\u00f3 a millones de v\u00edctimas. Eso explica que, desde que en 1989 cay\u00f3 el muro de Berl\u00edn y, poco despu\u00e9s, se hizo a\u00f1icos el modelo de socialismo impuesto por la entonces Uni\u00f3n Sovi\u00e9tica en Europa del Este, incluso los m\u00e1s rabiosos y ciegos defensores de ese sistema hacen mutis por el foro cuando se les echa en cara las heridas humanas y sociales provocadas por las sofisticadas estrategias de represi\u00f3n que se impusieron en todos esos pa\u00edses bajo la asesor\u00eda de los dos cabecillas de ese engendro: la KGB, la polic\u00eda pol\u00edtica sovi\u00e9tica, y la Stasi alemana\u00bb.<\/p>\n\n\n\n

El aliento del lobo. La Stasi, el Muro de Berl\u00edn y la vida de nosotros<\/em>, libro publicado por la prestigiosa editorial Anaya a trav\u00e9s de su sello Ober\u00f3n, tiene otra singularidad: las v\u00edctimas de la Stasi pertenec\u00edan precisamente a eso que los l\u00edderes comunistas alemanes y el resto de los servicios de inteligencia de sistemas totalitarios en el mundo dec\u00edan defender: el pueblo. Este libro tambi\u00e9n les da voz. E4<\/strong><\/p>\n\n\n\n


\n\n\n\n

El aullido del lobo en la distancia<\/p>\n\n\n\n

Aquel era el rostro de su verdugo. Jam\u00e1s podr\u00eda olvidar esa cara. Tampoco hab\u00eda querido olvidarla. Desde que lo sacaron de su celda en la prisi\u00f3n de la Stasi en Hohensch\u00f6nhausen, aquel barrio exclusivo en Berl\u00edn para instalaciones del Ministerio para la Seguridad del Estado y viviendas de oficiales de esa instituci\u00f3n, lo condujeron en un silencio sepulcral a lo largo de aquellos pasillos franqueados por puertas de celdas que \u00e9l tan bien conoc\u00eda, lo empujaron de cabeza y con las manos atadas a la espalda en el asiento trasero de un Travant gris, dejaron atr\u00e1s el control de seguridad de la puerta y se adentraron en esa parte de la ciudad que tanto hab\u00eda extra\u00f1ado, el viejo profesor de historia Ulrich Werner se propuso no borrar de su mente ni el m\u00e1s m\u00ednimo detalle de todo el horror que hab\u00eda padecido en ese edificio siniestro del que, al fin, lograba salir, y donde estuvo detenido poco m\u00e1s de nueve meses por un delito que consideraba rid\u00edculo: comentar con un colega del claustro de profesores que una de las v\u00edas de escape de los antiguos torturadores nazis era la colaboraci\u00f3n con la polic\u00eda pol\u00edtica de algunos pa\u00edses socialistas y que, sin dudas, eso llegar\u00eda a convertirse en el futuro en un tema vital para autores y obras de esa literatura alemana que ellos ense\u00f1aban all\u00ed, en la universidad.<\/p>\n\n\n\n

El anciano paseaba por el parque, acompa\u00f1ado de un hermoso husky siberiano albino, que saltaba de alegr\u00eda y daba carreritas alocadas, como hacen los perros cuando los sacan de un encierro largo en sus casas. Iba tranquilo, sonriendo ante las travesuras de su mascota. El profesor Werner not\u00f3 que muchas personas \u2014quienes caminaban por las cuidadas callejuelas que bordeaban el peque\u00f1o lago Ober o los que hac\u00edan jogging<\/em> siguiendo los senderos entre los \u00e1rboles\u2014, al encontrarse con aquel apacible anciano, lo saludaban con un respeto incluso reverencial. Y ese detalle lo lanz\u00f3 al escabroso territorio de la duda: \u00bfser\u00eda esa la persona que \u00e9l tanto hab\u00eda so\u00f1ado encontrar durante los \u00faltimos 20 a\u00f1os? \u00bfEra posible que alg\u00fan ser humano en la tierra osara saludar con tanta afabilidad a esa persona que no hab\u00eda abandonado nunca sus pesadillas en aquellas dos d\u00e9cadas desde que cay\u00f3 el Muro de Berl\u00edn? \u00bfNo era alocado pensar que podr\u00eda reconocerse a alguien, especialmente despu\u00e9s de tanto tiempo, solamente por el modo de caminar?<\/p>\n\n\n\n

Por eso decidi\u00f3 acercarse. Y cuando estuvo a solo unos pasos del anciano que, al parecer cansado, se hab\u00eda sentado en uno de los pocos bancos de madera que, a esa hora de la tarde y bajo el sol t\u00f3rrido de Berl\u00edn, estaban desocupados, y pudo distinguir mejor aquella frente de grandes entradas, aquellos p\u00f3mulos marcados por las heridas de un acn\u00e9 mal tratado en la juventud, aquellos ojos\u2026, un manto pesad\u00edsimo de sombr\u00edos recuerdos congel\u00f3 su cuerpo\u2026 y esas palabras que, para si suced\u00eda el anhelado encuentro, practic\u00f3 hasta aprend\u00e9rselas de memoria, y que ahora, fr\u00edas, hirientes, pegajosas, se negaban a desprenderse de su lengua.<\/p>\n\n\n\n

\u2014\u00bfDe verdad cre\u00edste alguna vez que una garrapata como t\u00fa se pondr\u00eda a chuparnos la sangre as\u00ed, sin que la descubri\u00e9ramos y la aplast\u00e1ramos? \u2014se llamaba Mat\u00edas y sus ojos escup\u00edan cinismo y prepotencia.<\/p>\n\n\n\n

Le gustaba mucho utilizar esa imagen: la garrapata aplastada. Muchas veces, el profesor Werner se dijo que justo esa era la evidencia de la falta de imaginaci\u00f3n del oficial Stasi encargado de su caso, porque cualquiera sabr\u00eda que los alemanes est\u00e1n acostumbrados a convivir y combatir a las garrapatas, que campeaban a sus anchas en los parques y, si no se las controlaba, en las casas. Por ello, junto a los l\u00edquidos y peines especiales contra los piojos, uno de los productos m\u00e1s vendidos en todos los tiempos en las tiendas y mercados alemanes eran los kits de herramientas para extraer aquellos bichejos. Sin embargo, la recurrencia de su torturador en usar aquella imagen era la m\u00e1s perfecta met\u00e1fora del trabajo que hac\u00edan en ese edificio al cual hab\u00eda sido conducido para ser interrogado \u00abgracias al aviso que sobre tu desacertado comentario nos hizo llegar tu colega, un verdadero h\u00e9roe alem\u00e1n, que se alarm\u00f3 con esa estupidez de que nosotros trabajamos con los nazis. \u00bfTengo yo cara de nazi?\u00bb, le hab\u00eda preguntado en el primer interrogatorio, con esa ecuanimidad g\u00e9lida y despojada de cualquier gesto de sensibilidad humana, casi rob\u00f3tica, que mantuvo durante meses en sus encuentros semanales, como una f\u00f3rmula practicada hasta encontrar la perfecci\u00f3n.<\/p>\n\n\n\n

 \u2014\u00bfY sabes qu\u00e9 le hacemos aqu\u00ed a las garrapatas? \u2014y esta vez, el cinismo le lleg\u00f3 con el tufo patibulario de la amenaza\u2014. Las exprimimos \u2014y escenific\u00f3 el acto apretando la mano y con una mueca de asco\u2014, para que suelten hasta la \u00faltima gota de la sangre que han chupado, porque las garrapatas malagradecidas como t\u00fa ni alimentarse merecen. Y a ti, esc\u00fachame bien, 86\/86, te voy a aplastar y lo \u00fanico que voy a dejar es tu apestoso cascar\u00f3n. E4<\/strong><\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"Un libro singular sobre el horror de la polic\u00eda pol\u00edtica de la Alemania comunista\n [...]<\/a>","protected":false},"author":149,"featured_media":9023,"comment_status":"open","ping_status":"open","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_mi_skip_tracking":false,"_exactmetrics_sitenote_active":false,"_exactmetrics_sitenote_note":"","_exactmetrics_sitenote_category":0,"_jetpack_memberships_contains_paid_content":false,"footnotes":""},"categories":[26],"tags":[],"jetpack_sharing_enabled":true,"jetpack_featured_media_url":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-content\/uploads\/2024\/03\/22-Amir-el-aliento-del-lobo.jpg","_links":{"self":[{"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/9047"}],"collection":[{"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/users\/149"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=9047"}],"version-history":[{"count":4,"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/9047\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":9051,"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/9047\/revisions\/9051"}],"wp:featuredmedia":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/media\/9023"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=9047"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=9047"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=9047"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}