Las banquetas de Torre\u00f3n tienen un sello de anarqu\u00eda. Cada uno las construye a su antojo. Cada uno dispone las medidas que deben tener, y es frecuente que no se cumplan los reglamentos municipales que establecen sus dimensiones y caracter\u00edsticas.<\/p>\n\n\n\n
A nuestro paso encontramos diferentes niveles de altura, lo que las convierte en un verdadero juego de serpientes y escaleras o bien, en un terreno minado en el que es necesario sortear mil obst\u00e1culos para llegar sano al lugar de destino.<\/p>\n\n\n\n
En cuanto a los materiales, son de lo m\u00e1s variado: hay de cemento r\u00fastico; otras tienen color p\u00e1lido y hasta les incrustan mosaicos o losetas para darle mejor vista; en cambio, algunas m\u00e1s se convierten en aut\u00e9nticas pistas de patinaje, pues la textura del azulejo es pr\u00e1cticamente como la del cristal, no ofrece estabilidad a los pies, ocasionando las ca\u00eddas de las personas que las transitan, quienes \u2014de un momento a otro\u2014 se transforman en graciosos actores al propiciar las carcajadas del p\u00fablico que los ve caer, pues \u2014no s\u00e9 por qu\u00e9\u2014 estas eventualidades dan m\u00e1s risa que pena, aunque la primera se suele disimular diplom\u00e1ticamente.<\/p>\n\n\n\n
Y las mujeres que deciden usar tac\u00f3n alto para resaltar la figura \u2014lo cual se agradece\u2014 son verdaderas hero\u00ednas al enfrentar una odisea en su recorrido. Y qu\u00e9 decir de los discapacitados para caminar o adultos mayores. \u00a1Imposible!<\/p>\n\n\n\n
En estos escenarios m\u00e1s de uno ha encontrado la muerte. En el mejor de los casos, quedan lesionados sin que nadie se responsabilice. No hay autoridad municipal que ponga orden a este penoso tema. Todos hacen lo que les viene en gana: utilizan los materiales que quieren, aunque estos se conviertan en verdaderas trampas para el p\u00fablico. Nos hemos acostumbrado a vivir as\u00ed, que al cabo no pasa nada.<\/p>\n\n\n\n
Tambi\u00e9n vivimos otra anarqu\u00eda no menos peligrosa: la de quienes tienen negocios sobre la acera oriente de la ciudad. Esas fincas que por la tarde reciben los fuertes rayos del sol y, para protegerse, a sus due\u00f1os se les ocurri\u00f3 instalar unos toldos que funcionan con un mecanismo a base de engranes a los que con una manija o manivela se mueve para subir o bajar la lona o material de los que est\u00e1n hechos. S\u00ed, estos lienzos cuelgan desde el techo o lo alto de la fachada hasta una altura aproximada de un metro y medio sobre el nivel del piso y, para que conserven su ca\u00edda, en una bastilla amplia le colocan un tubo o varilla pesada. Insistimos, lo hacen con el af\u00e1n de que caiga la cortina que proteger\u00e1 de la intensidad solar a las ventanas o puertas.<\/p>\n\n\n\n
Hasta aqu\u00ed las cosas pudieran estar bien. Pero no, ya que los peatones que transitan por ah\u00ed con frecuencia se golpean con el agudo artefacto met\u00e1lico que, al no advertirse de la trampa a su paso, los lesiona fuertemente en la cara o la cabeza, pues la altura de esa barra coincide, m\u00e1s o menos, con lo alto de la testa de una persona adulta promedio. Hay quienes hasta han perdido la vista. Se cuenta que en el Mercado Ju\u00e1rez hubo una v\u00edctima de esa imprudencia.<\/p>\n\n\n\n
No obstante, el tema no debe quedar en un se\u00f1alamiento. Hay que actuar e impedir que se siga exponiendo as\u00ed a la ciudadan\u00eda. El Gobierno municipal debe solucionar estas situaciones, por el bien de todos.<\/p>\n\n\n\n
En otros lugares de M\u00e9xico, y no se diga del extranjero, las banquetas son seguras y agradables para quienes las transitan. En Torre\u00f3n no. Y no s\u00f3lo eso: a \u00faltimas fechas \u2014quiz\u00e1 m\u00e1s a partir de la pandemia\u2014 sus aceras han sido invadidas por el comercio tanto formal como informal.<\/p>\n\n\n\n
Posdata: Se ve anarqu\u00eda por todos lados\u2026<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"Las banquetas de Torre\u00f3n tienen un sello de anarqu\u00eda. Cada uno las construye a su antojo. Cada uno dispone las medidas que deben \n [...]<\/a>","protected":false},"author":119,"featured_media":0,"comment_status":"open","ping_status":"open","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_mi_skip_tracking":false,"_exactmetrics_sitenote_active":false,"_exactmetrics_sitenote_note":"","_exactmetrics_sitenote_category":0,"_jetpack_memberships_contains_paid_content":false,"footnotes":""},"categories":[36],"tags":[],"jetpack_sharing_enabled":true,"jetpack_featured_media_url":"","_links":{"self":[{"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/9665"}],"collection":[{"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/users\/119"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=9665"}],"version-history":[{"count":1,"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/9665\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":9666,"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/9665\/revisions\/9666"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=9665"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=9665"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=9665"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}