{"id":9741,"date":"2024-07-09T20:18:05","date_gmt":"2024-07-10T02:18:05","guid":{"rendered":"https:\/\/espacio4.mx\/?p=9741"},"modified":"2024-07-19T23:10:42","modified_gmt":"2024-07-20T05:10:42","slug":"el-ser-humano-a-los-ojos-de-jurgen-moltmann","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/espacio4.mx\/el-ser-humano-a-los-ojos-de-jurgen-moltmann\/","title":{"rendered":"El ser humano a los ojos de J\u00fcrgen Moltmann"},"content":{"rendered":"\n

Quien no toca el suelo no puede llegar al cielo.<\/em><\/p>\n\n\n\n

Elisabeth Wendel, esposa de J\u00fcrgen Moltmann<\/p>\n\n\n\n

Ha pasado a mejor vida el te\u00f3logo protestante alem\u00e1n J\u00fcrgen Moltmann. Como modesto tributo recojo en este art\u00edculo algunas de sus ideas en torno a la realidad humana. Moltmann falleci\u00f3 a los 98 a\u00f1os. De su obra destaco Teolog\u00eda de la esperanza<\/em> (1966), El hombre. Antropolog\u00eda cristiana en los conflictos del presente<\/em> (1971), El Dios crucificado<\/em> (1972), El futuro de la creaci\u00f3n<\/em> (1977) y \u00c9tica de la esperanza (2011). Como se puede apreciar por el solo t\u00edtulo de sus obras, la esperanza ser\u00e1 el tema que lo obsesionar\u00e1 a lo largo de su vida. Jos\u00e9 Ignacio Gonz\u00e1lez Faus, el te\u00f3logo jesuita espa\u00f1ol, se\u00f1ala en una carta dirigida a Moltmann, con motivo de su partida:<\/p>\n\n\n\n

\u00ab\u2026es tambi\u00e9n llamativo (pero no extra\u00f1o) el que la esperanza vuelva a aparecer en varios t\u00edtulos tuyos: como \u00abexperimento\u00bb, como necesitada de \u00ab\u00e9tica\u00bb y como \u00abesperanza para un mundo inacabado\u00bb\u2026 No eres el te\u00f3logo de la esperanza, sino el te\u00f3logo \u00abde la esperanza recuperada\u00bb\u00bb.<\/p>\n\n\n\n

Y su antropolog\u00eda cristiana est\u00e1 te\u00f1ida de esta coloraci\u00f3n ut\u00f3pica. Su visi\u00f3n es marcadamente antropoc\u00e9ntrica. Al compararnos con los animales, concluye que biol\u00f3gicamente somos deficitarios, pero, a la vez, superiores por ser creadores de cultura. No somos aut\u00f3matas sociales como los animales. El hombre aparece falto de especializaci\u00f3n. Somos seres carenciales, como afirm\u00f3 en su momento Arnold Gehlen. Pero \u00e9l concluye citando a Herder: \u00abEl animal es un esclavo doblegado, el hombre, en cambio, es el primer liberto de la creaci\u00f3n\u00bb (p. 22). Esto fue escrito a la altura de 1971. Los tiempos han cambiado. Hoy se combate el \u00abespecismo\u00bb por doquier.<\/p>\n\n\n\n

Como ya se puede intuir, la noci\u00f3n de hombre de Moltmann coincide con la de Michael Landmann: el hombre es creador y creatura de la cultura. Pero si el comparativo se hace con la divinidad, resulta que el hombre se convierte en pregunta, en interrogante: \u00ab\u00bfQui\u00e9n soy yo, Dios m\u00edo, ante ti?\u00bb (p. 31). \u00abMe he convertido en una pregunta para m\u00ed mismo\u00bb, (\u00abMihi quaestio factus sum<\/em>\u00bb), escribe el San Agust\u00edn de Las confesiones<\/em>.<\/p>\n\n\n\n

El diagn\u00f3stico de Moltmann coincide, a la altura de los setenta, con el del Hans Jonas de El principio de responsabilidad<\/em>: \u00abLa humanidad cuenta por vez primera con los medios para liberarse de la tiran\u00eda de la naturaleza\u00bb (p. 51). Pero \u00abquien cabalgue sobre el tigre, no podr\u00e1 ya desmontar\u00bb, reza un antiguo proverbio chino. No hay que poner nuestra esperanza en las f\u00e1bricas que deforman la belleza de la naturaleza. Nace el homo ecologicus<\/em>. Hay que combatir los efectos desastrosos de la tr\u00edada del sistema industrial: \u00abtrabajo, producci\u00f3n y consumo\u00bb.<\/p>\n\n\n\n

Moltmann opone la antropolog\u00eda cristiana del \u00abhombre nuevo\u00bb a la marxista del \u00abhombre total\u00bb, que surge del diagn\u00f3stico del ser humano como un ser alienado en el proceso de producci\u00f3n. La trascendencia hace la diferencia. Todo esto para valorar, era de esperarse, como la antropolog\u00eda m\u00e1s plausible hoy en d\u00eda, la del \u00abanimal dial\u00f3gico\u00bb de Buber. El v\u00ednculo entre el \u00abyo\u00bb y el \u00abt\u00fa\u00bb se resuelve en el \u00abencuentro\u00bb.<\/p>\n\n\n\n

El libro al que estamos haciendo referencia, El hombre<\/em>, de Moltmann, culmina, como ya se adivina, con un llamado a vivir en esperanza. Y es que \u00abla esperanza transforma al hombre porque le muestra sus nuevas posibilidades\u2026 Lo singular de la posibilidad cristiana de la esperanza radica en que nace del recuerdo de la resurrecci\u00f3n del Hijo del hombre crucificado\u00bb (p. 157). Seguir\u00e1 llevando raz\u00f3n Benjamin, en coincidencia con el te\u00f3logo alem\u00e1n: \u00abNur um der Hoffnungslosen willen ist uns die Hoffnunggegeben<\/em>\u00bb (\u00abS\u00f3lo gracias a aquellos sin esperanza nos es dada la esperanza\u00bb). A vivir con ese preciado don en un mundo amenazado por doquier, donde los desesperados parecen no tener cabida. He aqu\u00ed el legado de J\u00fcrgen Moltmann.<\/p>\n\n\n\n

Referencia:<\/p>\n\n\n\n

Moltmann, J\u00fcrgen, El hombre. Antropolog\u00eda cristiana en los conflictos del presente<\/em>, Trad. de Jos\u00e9 M. Maule\u00f3n, S\u00edgueme, Pedal, 184, 4\u00aa. edici\u00f3n, Salamanca, 1986.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"Quien no toca el suelo no puede llegar al cielo. Elisabeth Wendel, esposa de J\u00fcrgen Moltmann Ha pasado a mejor vida el te\u00f3logo \n [...]<\/a>","protected":false},"author":95,"featured_media":9723,"comment_status":"open","ping_status":"open","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_mi_skip_tracking":false,"_exactmetrics_sitenote_active":false,"_exactmetrics_sitenote_note":"","_exactmetrics_sitenote_category":0,"_jetpack_memberships_contains_paid_content":false,"footnotes":""},"categories":[36],"tags":[],"jetpack_sharing_enabled":true,"jetpack_featured_media_url":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-content\/uploads\/2024\/07\/24-Esperanza-Feliz-Reojas.jpg","_links":{"self":[{"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/9741"}],"collection":[{"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/users\/95"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=9741"}],"version-history":[{"count":1,"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/9741\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":9742,"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/9741\/revisions\/9742"}],"wp:featuredmedia":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/media\/9723"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=9741"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=9741"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/espacio4.mx\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=9741"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}