69 años del derecho al voto femenino

La lucha femenina se la debemos a la revista Violetas del Anáhuac, que estuvo circulando durante los años de 1884 y 1887, la cual reclamó por primera vez el sufragio femenino en México. Hacia 1910, diversas asociaciones se unen a Francisco I. Madero, entre ellas el club femenil «Las Hijas de Cuauhtémoc» quienes demandan a nuestro país la participación política de las mujeres mexicanas.

En el año 1923, la Sección Mexicana de la Liga Panamericana de Mujeres convocó al Primer Congreso Nacional Feminista, que se reunió en la Ciudad de México, con la asistencia de 100 delegadas. Sus principales demandas en lo político fueron la igualdad civil para que la mujer pudiera ser elegible en los cargos administrativos y el decreto de la igualdad política y la representación parlamentaria por parte de agrupaciones sociales.

Hacia 1935 las mujeres participaron en votaciones internas del Partido Nacional Revolucionario (PNR) y fueron esas mismas mujeres las que conformaron el Frente Único Pro Derechos de la Mujer (FUPDM), junto con militantes o cercanas al Partido Comunista.

El 24 de diciembre de 1946, la Cámara de Diputados aprobó la iniciativa enviada por el presidente Miguel Alemán, en la que se adicionó el Artículo 115 Constitucional. Ahí se establecía que en las elecciones municipales, participarían las mujeres en igualdad de condiciones que los varones, con el derecho a votar y ser elegidas.

Fue el año de 1952 cuando más de 20 mil mujeres se congregaron en el Parque 18 de marzo de la Ciudad de México, demandaban al candidato presidencial Adolfo Ruiz Cortines plasmar en la Constitución el derecho de las mexicanas a votar y ser candidatas a elección popular. Ese derecho para las mujeres no fue un obsequio ni una concesión; fue el resultado de acontecimientos universales y nacionales.

Invito a que no solo recordemos fechas que han sido emblemáticas para los derechos de las mujeres, sino que todos los días seamos solidarios y promovamos una igualdad y búsqueda constante, para evitar actitudes retrógradas fuera de una realidad que nos exige ver que las mujeres tienen todas las facultades para cuestionar, participar, representar y dirigir en cualquier lugar en el que se encuentren. No solamente es el momento, pero resulta una oportunidad importante ya que el 3 de julio, pero de 1955 cuando las mujeres acuden por primera vez a las urnas a emitir su voto. En esa ocasión se elegía a diputados federales para la XLIII Legislatura.

Pese a la importancia que tenía ese primer ejercicio de libertad de decisión, la verdadera democratización de la ciudadanía, todavía no termina de gestarse, siguen faltando muchos espacios para que realmente se logre una verdadera emancipación de la mujer y que impere la razón por sobre la tradición.

Aguascalientes, 1982. Cursó sus estudios de Licenciatura en Derecho en la Universidad Autónoma de Coahuila, posteriormente hizo sus estudios de maestría en Gobierno y Gestión Pública en la Universidad Complutense de Madrid. Labora en la administración pública estatal desde el año 2005. Es maestro de Teoría Política en la Facultad de Economía de la UA de C desde el año 2009. Ha sido observador electoral de la Organización de los Estados Americanos en misiones para Sudamérica, en la que participa como miembro de observadores para temas electorales.

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