Coahuila y la reforma judicial sin los «Charreola»

La crisis provocada por el choque del presidente Andrés Manuel López Obrador y el Poder Judicial de la Federación, que preside la ministra Norma Piña Hernández, ha hecho más visible este poder que siempre estuvo en la penumbra, en su zona de confort, y que hoy, amenazados sus privilegios, se ha tornado levantisco y no acepta que los acusen de opacos y corruptos, sólo el Ejecutivo y Legislativo, ellos no, ¡qué va!

Para empezar, diremos que no es ofensa decir que los jueces son conservadores porque esa orientación coincide con la naturaleza de los abogados. Tampoco se puede negar que muchos jueces son corruptos y prevaricadores. Opacos, ni se diga. Y cierto es que urge el tribunal de disciplina judicial, aunque dicha burocracia lo abomine.

La impunidad es abrumadora en los poderes judiciales; no olvide al exministro Eduardo Medina Mora. Aquí en Coahuila no hay ningún delincuente del Poder Judicial preso por el caso Infonavit. Recuerde usted al exmagistrado pájaro de cuenta en la Laguna.

La crisis de acceso a la justicia es aplastante. Los juzgadores disimulan la ineptitud de policías y fiscales, y eso les da margen de maniobra; no es su culpa. Y claro que los jueces defienden a morir su independencia y autonomía, como si fueran tan dignos de merecer tan elevadas prebendas, sabiendo que cada juez abusa de su interpretación, de su jerga terminológica, chicanas y garigoleos para imponer su discrecionalidad, su filosofía de la vida y capricho personal de gramática o espíritu, según convenga.

Cierto es que la mayoría de estos mafiosos de la toga son entes draculescos de una moral disecada, de avaricia desmesurada y degradación consumada, ¿verdad, magistrado «Charreola»? ¿Verdad, «Charreola» de Jurisprudencia? Ambos ausentes en el foro judicial por zafios, frívolos e intrascendentes.

El conflicto entre la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y el presidente se ha exacerbado, pero no es exclusivo de México. Existe entre el presidente Joe Biden y la Corte Suprema de Estados Unidos y se debe a la mayoría de seis ministros conservadores en contra de tres ministros liberales. Esa mayoría conservadora impuesta por Donald Trump ha bloqueado a Biden. Mismo caso de los obstáculos que nuestra Corte impuso a López Obrador. Ambos tribunales están en crisis. Biden ha enviado una iniciativa para reformar la ley, cancelando prebendas y el encargo vitalicio a los ministros de esa Corte. Parecido a lo de AMLO contra la SCJN.

En España, la crisis entre los poderes estuvo peor. Duró más de cinco años la parálisis del órgano de gobierno del poder judicial. El conservador Partido Popular bloqueó el nombramiento de jueces y magistrados, y hace un mes se resolvió el conflicto originado en 2018.

Aquí en México, las fuerzas conservadoras se están oponiendo a la reforma, que es una venganza de AMLO por la soberbia en el Poder Judicial que, como en España, ha pretendido invalidar al Ejecutivo y Legislativo. La ministra Norma Piña se salió de madre. El riesgo para las principales instituciones del Estado mexicano es alto. Rubén Moreira y otros priistas del próximo Congreso votarán a favor de la reforma por temor al desafuero. Habrá que ver cómo vota la Legislatura local en su momento. Y cierto es que la presidenta del Congreso de Coahuila, diputada Luz Elena Morales Núñez, de probada ética, honestidad, lealtad y eficacia, saldrá airosa de ese reto para bien de los coahuilenses.

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