Atentado contra Trump: a río revuelto, ganancia republicana de cara al 5-N

El escenario electoral en Estados Unidos es más incierto que nunca. La agresión ahonda la polarización y encona la competencia por la Casa Blanca. Los servicios de seguridad, en entredicho

Debate presidencial en punto muerto

La imagen del expresidente Donald Trump, con su puño en alto y el rostro ensangrentado mientras les grita a sus seguidores: «¡Luchen!», sin duda pasará a ser parte trascendental de los archivos históricos de Estados Unidos, no solo por el fallido atentado en su contra sino porque, a juicios de mucho, se convirtió en el espaldarazo necesario y nunca más oportuno para alcanzar, de vuelta, la presidencia de su nación.

Es la primera vez, desde 1981, cuando John Hinckley Jr. intentó asesinar a Ronald Reagan, que se dispara contra un presidente actual o expresidente. Y aunque el atentado representa un desafío significativo en términos de seguridad, también ofrece a Trump la oportunidad de fortalecer su imagen como un líder que enfrenta adversidades y que es capaz de unificar y proteger al país en tiempos de crisis. Los ataques violentos contra figuras políticas suelen resultar en un aumento de solidaridad y respaldo hacia el candidato afectado. Los seguidores tomarán al republicano como una víctima de violencia política, lo cual podría galvanizar aún más su base y atraer a votantes indecisos.

«Me han informado sobre el tiroteo en el mitin de Donald Trump en Pensilvania. Estoy agradecido de saber que está a salvo y bien. (…) No hay lugar en Estados Unidos para este tipo de violencia. Es enfermizo».

Joe Biden, presidente de EE. UU.

Es de esperar que el expresidente saque provecho del incidente para reforzar su narrativa de que Estados Unidos enfrenta un período de peligro y caos, lo cual, según él, requiere un liderazgo fuerte y decisivo como el que él promete. Esta narrativa puede resonar especialmente bien con los votantes que ya están preocupados por la seguridad y el orden.

Los hechos

El 13 de julio, un mitin del expresidente Donald Trump en Butler, Pensilvania, se vio interrumpido por un tiroteo que dejó a muchos conmocionados y al evento sumido en el caos. La actividad, programada como parte de la campaña del republicano para las elecciones de 2024, atrajo a miles de seguidores. La atmósfera en el mitin era enérgica y festiva, con los asistentes portando carteles y atuendos alusivos a la campaña de Trump. La seguridad resultaba estricta, con múltiples controles y presencia policial considerable.

«A diario, MSNBC le dice a su audiencia que Trump es una amenaza para la democracia, un autoritario en espera y un aspirante a dictador si nadie lo detiene. ¿Qué pensaban que podría pasar?».

 Erick Erickson, locutor de radio

Aproximadamente a las 7:30 p.m., mientras el magnate neoyorkino se dirigía a la multitud, se escucharon varios disparos provenientes de una sección del público. El pánico se apoderó de los asistentes, quienes comenzaron a dispersarse rápidamente buscando refugio. Los agentes del Servicio Secreto actuaron de inmediato, escoltando a Trump fuera del escenario y asegurando el perímetro. Mientras tanto, la policía local y el Servicio Secreto colaboraron para evacuar a los asistentes.

Apenas 43 segundos después de que se escuchara el primer disparo, un agente del Servicio Secreto dijo que el agresor había caído. «Atacante abatido. Atacante abatido», fue el mensaje que se transmitió por la radio policial interna. Los paramédicos atendieron a varias personas en el lugar, y al menos cuatro fueron trasladadas a hospitales cercanos con heridas de bala, dos de ellos de gravedad. Hasta el momento, además del atacante, solo se contabiliza una víctima mortal: Corey Comperatore, bombero, que se encontraba entre la muchedumbre.

Las autoridades comenzaron una investigación para identificar al tirador y comprender los motivos detrás del ataque. El incidente ha provocado una ola de reacciones en el ámbito político. Trump, en un comunicado emitido desde un lugar seguro, condenó el ataque y agradeció a las fuerzas de seguridad por su rápida actuación. Además, el tiroteo reavivó el debate sobre la seguridad en eventos políticos y la violencia armada en Estados Unidos. Esta agresión, además, subraya la tensión y polarización política que vive el país más poderoso del mundo, y debe ser entendida como una demostración fehaciente de los retos que enfrenta la nación en términos de seguridad y cohesión social.

Sin problemas mentales

Thomas Matthew Crooks, el joven de 20 años identificado por el FBI como el presunto autor de los disparos, no presentaba problemas mentales ni antecedentes penales y tampoco había tenido interacciones negativas con fuerzas del orden, según el perfil confeccionado por el Buró Federal de Investigaciones (FBI), aunque sus compañeros lo describieron como «socialmente reservado», «solitario» y «callado».

«Sea como sea reprobamos lo sucedido al expresidente Donald Trump. La violencia es irracional e inhumana».

Andrés Manuel López Obrador, presidente de México

Se graduó en 2022 en el Instituto Bethel Park e incluso recibió un premio de 500 dólares por parte de una iniciativa que impulsa las matemáticas y las ciencias. En general, su comunidad lo recuerda por ser un chico amable y ni siquiera su padre entiende lo que sucedió. El asilo de ancianos en el que laboraba dijo que realizaba su trabajo «sin preocupación».

«Era tranquilo, pero sencillamente lo acosaron. Lo acosaban mucho», dijo Jason Kohler, quien estudió en la misma escuela que el tirador. Indicó que otros estudiantes se burlaban de Crooks por su forma de vestir, ya que a veces se ponía ropa de caza. Sarah D’Angelo, otra joven que lo conoció, comentó a The Washington Post que él era agradable con cualquiera que le hablara. «Había personas que eran más violentas en la escuela; él no era uno de esos», aseguró.

Crooks fue abatido por el Servicio Secreto después de disparar desde el tejado de un edificio cercano al acto del expresidente. Utilizó un fusil tipo AR-15 semiautomático y disparó desde una distancia de unos 200 metros. El rifle de asalto fue comprado legalmente por su padre, quien desconocía que su hijo tuviera acceso al mismo.

Pese a que no era muy activo en la política, luego del tiroteo, se hizo viral un video en el que expresó: «Mi nombre es Thomas Matthew Crooks, odio a los republicanos, odio a Trump y, adivinen qué, se equivocaron de persona», una frase muy recurrida en Estados Unidos para llevar a cabo una amenaza.

Las autoridades aún investigan sus motivos, pero el FBI maneja la versión de que el joven actuó en solitario y, por ahora, no se ha identificado ninguna «ideología subyacente» en lo que se investiga como un caso de terrorismo doméstico. Aun así, las autoridades siguen «llevando a cabo una actividad de investigación lógica para determinar si hubo algún co-conspirador asociado a este ataque». Agréguese a ello que la agencia federal confirmó haber encontrado un segundo «artefacto sospechoso» durante el registro de la casa del atacante, sumado al hallado en su coche. Fue «desactivado por los técnicos de bombas» y está siendo evaluado por los especialistas en un laboratorio en Quantico, Virginia.

Repudio total

«Me han informado sobre el tiroteo en el mitin de Donald Trump en Pensilvania. Estoy agradecido de saber que está a salvo y bien. Estoy orando por él y su familia y por todos los que estuvieron en el acto de campaña, mientras esperamos más información. Jill y yo estamos agradecidos al Servicio Secreto por llevarlo a un lugar seguro. No hay lugar en EE. UU. para este tipo de violencia. Es enfermizo, es enfermizo», fueron las primeras declaraciones del presidente Joe Biden, al conocer la noticia sobre el fallido atentado.

«Como alguien cuya familia ha sido víctima de violencia política, sé de primera mano que la violencia política de cualquier tipo no tiene lugar en nuestra sociedad. Doy gracias a Dios que el expresidente Trump está a salvo», escribió en X, Nancy Pelosi, expresidenta de la Cámara de Representantes de EE. UU. y una de las principales críticas del candidato republicano.

Desde México, el presidente Andrés Manuel López Obrador criticó la agresión contra el candidato presidencial: «Sea como sea reprobamos lo sucedido al expresidente Donald Trump. La violencia es irracional e inhumana», escribió en su cuenta de X. El tabasqueño recordó que eventos como el asesinato del candidato Colosio en 1994 provocaron mucha tristeza y miedo en el país, además de una gran incertidumbre y que dichos sucesos tienen un impacto significativo en la vida pública y en las relaciones políticas a nivel mundial.

No obstante, expresó su deseo de que actos violentos como estos no se repitan. «Ojalá y eso se aleje, se aleje, que este no se presente en ningún país. Eso es lo que nosotros deseamos y que no haya odio», concluyó el mandatario.

Prensa bajo asedio

Los seguidores del expresidente Donald Trump, miembros del movimiento MAGA (Make America Great Again), arremetieron contra la prensa tras el atentado. Entre gritos de «¡Esto es culpa de ustedes!», señalaron enfáticamente a los periodistas presentes, acusándolos de fomentar un ambiente hostil hacia el expresidente.

La reportera de Axios, Sophia Cai, documentó las amenazas verbales que recibieron los reporteros, con advertencias de que «son los siguientes» y de que su «hora está llegando». La tensión en el evento reflejó un creciente sentimiento antiprensa entre los partidarios de Trump, a pesar de la precisión de las coberturas mediáticas sobre el republicano.

A diferencia de la reacción tras atentados contra demócratas como Paul Pelosi y Gabrielle Giffords, donde figuras mediáticas de derecha intensificaron las teorías conspirativas, en esta ocasión han llamado a la calma. Esta respuesta contrasta con la postura incendiaria adoptada por personalidades de los medios liberales.

La hostilidad hacia la prensa en los círculos de MAGA ha alcanzado niveles alarmantes. «A diario, MSNBC le dice a su audiencia que Trump es una amenaza para la democracia, un autoritario en espera y un aspirante a dictador si nadie lo detiene», escribió en X el locutor de radio conservador Erick Erickson. «¿Qué pensaban que podría pasar?».

Donald Trump Jr. también arremetió contra los medios de comunicación, criticando la cobertura de su padre por CNN y The Washington Post. «Los demócratas y sus amigos en los medios sabían exactamente lo que estaban haciendo con la m**** de “literalmente Hitler”», escribió en X.

Con las elecciones del 5 noviembre encima, la postura agresiva hacia la prensa ha generado preocupación entre los ejecutivos de los medios y ha estimulado debates sobre medidas de seguridad adicionales en las redacciones. Estos eventos subrayan el clima de tensión y la creciente polarización en torno a la figura de Donald Trump, elevando las preocupaciones sobre la seguridad de los periodistas y la libertad de expresión en el actual panorama político. E4


Debate presidencial en punto muerto

Primera medición de fuerzas entre el demócrata y el republicano confirma la percepción de que Biden es demasiado viejo y Trump un gran mentiroso

El atentado en Butler, Pensilvania, tuvo lugar 16 días después del primer debate presidencial de 2024 entre Joe Biden y Donald Trump, moderado por CNN y que se celebró el 27 de junio en Atlanta. El mismo cubrió una amplia gama de temas críticos, incluyendo economía, inmigración, aborto, cambio climático y la independencia energética, entre otros. El evento generó un amplio espectro de reacciones entre votantes y analistas políticos sin que la balanza del resultado final se inclinara con claridad a favor de ninguno de los aspirantes.

Con 81 años, Biden tuvo una actuación descrita como titubeante y desorganizada. Durante los 90 minutos, mostró signos de agotamiento y perdió el hilo de sus respuestas en varias ocasiones. Se le escuchó con una voz ronca, atribuida por su campaña a un resfriado. Aunque tuvo momentos fuertes, como cuando criticó el historial personal de su oponente, no logró capitalizar varias oportunidades para poner a Trump en una posición difícil​​.

Por otro lado, Trump, de 78 años, mantuvo una postura confiada y agresiva, evadiendo varias preguntas y presentando información no respaldada sin ser desafiado significativamente. A pesar de ello, este enfoque hizo eco en una porción significativa de los espectadores. Una encuesta rápida realizada por CNN indicó que el 67% de los encuestados sintieron que Trump tuvo un mejor desempeño comparado con el 33% que favoreció a Biden.

En el debate, ambos candidatos abordaron la situación económica desde diferentes ángulos. Biden criticó a Trump por dejar una economía en mal estado, mientras que el republicano defendió su gestión y culpó a la pandemia por los problemas actuales. También alegó que la inflación estaba «matando» a la economía y que el actual presidente había manejado mal la respuesta a la COVID-19​​.

En cuanto a inmigración, el magnate neoyorkino afirmó que su administración había mantenido la «frontera más segura en la historia» y criticó las políticas de su oponente, acusándolo de permitir la entrada de inmigrantes ilegales desde instituciones mentales, aunque no presentó pruebas. Biden destacó una reducción del 40% en las detenciones de inmigrantes ilegales desde que implementó una orden ejecutiva que suspendía el asilo​.

El tema del aborto también fue debatido. Biden culpó a su rival por el aumento de las restricciones a nivel estatal, recordando que Trump nombró a tres jueces de la Corte Suprema que contribuyeron a la anulación de Roe v. Wade, un caso judicial histórico en los Estados Unidos donde se dictaminó que la Constitución protege el derecho de una mujer embarazada a interrumpir su embarazo sin excesivas restricciones gubernamentales. El demócrata advirtió que un segundo mandato de Trump podría extender las restricciones para la práctica del aborto a nivel nacional.

En relación al cambio climático y la independencia energética, Trump aseguró que Estados Unidos era «independiente energéticamente» al final de su mandato, insinuando que esto había cambiado bajo Biden. Sin embargo, datos del Gobierno indican que Estados Unidos ha seguido exportando más energía de la que importa y ha mantenido una alta producción de petróleo y gas natural bajo la administración actual​​.

Ambos candidatos cometieron errores factuales durante el debate. Biden subestimó significativamente la creación de empleos bajo su administración y se equivocó al describir el costo de la insulina. Trump, por su parte, hizo afirmaciones sin sustento sobre la inmigración y presentó una imagen inexacta de la situación económica durante su presidencia​.

Los analistas políticos señalaron que el debate no proporcionó una victoria clara para ninguno de los candidatos, sino que reforzó la polarización existente entre los votantes. Costas Panagopoulos, politólogo de Northeastern, comentó que el debate cimentó un sentimiento general de insatisfacción entre el público, con muchos estadounidenses sintiéndose desilusionados por ambos aspirantes​. «Al final, no creo que este debate cambie mucho», aseguró Panagopoulos. «Ninguno de los candidatos anotó puntos importantes ni logró golpes decisivos, y lo único que hizo fue reforzar las principales debilidades de ambos candidatos: la percepción de que Trump es un mentiroso y que Biden es demasiado viejo».

En resumen, el careo dejó una impresión mixta e intensificó las preguntas sobre la aptitud de ambos candidatos para liderar el país. La campaña sigue adelante con más debates programados, y tanto Biden como Trump tendrán que trabajar arduamente para convencer a los votantes indecisos de cara a las elecciones de noviembre​. E4

La Habana, 1975. Escritor, editor y periodista. Es autor de los libros El nieto del lobo, (Pen)últimas palabras, A escondidas de la memoria e Historias de la corte sana. Textos suyos han aparecido en diferentes medios de comunicación nacionales e internacionales. Actualmente es columnista de Espacio 4 y de la revista hispanoamericana de cultura Otrolunes.

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