Luces y sombras 662

Sombra

Otra vez la incuria se asoma tras los incendios de Arteaga

De nueva cuenta la sierra de Arteaga, en Coahuila, es devastada por un incendio forestal que, al momento de escribir estas líneas, seguía activo y ya había arrasado con más de dos mil hectáreas. Aunque no se han reportado personas con lesiones, seis viviendas sí fueron calcinadas y al menos 400 habitantes de San José de las Boquillas tuvieron que ser trasladados a albergues temporales por parte de elementos de Protección Civil para resguardarlos de las llamas.

Según investigaciones preliminares, el origen del siniestro tuvo lugar en la comunidad La Pinalosa, Cañón de Rancho Nuevo, la tarde del 16 de marzo, pero las condiciones climatológicas —altas temperaturas, vientos leves y una humedad prácticamente nula— propició que las llamas avanzaran con velocidad hasta los límites de la sierra de Santiago, en Nuevo León.

Más de 150 brigadistas, provenientes de distintas dependencias de Coahuila y Nuevo León, con el apoyo de 160 efectivos del Ejército Mexicano, 30 de la Guardia Nacional, varios helicópteros y un grupo de voluntarios, se coordinaron para intentar apagar el fuego y salvaguardar a la población circundante.

«Helicópteros de Coahuila y Nuevo León sobrevuelan las zonas afectadas en #Arteaga y #Santiago. Estamos redoblando esfuerzos para terminar con este incendio lo antes posible», publicó el gobernador de Coahuila, Miguel Riquelme, en su cuenta de Twitter.

Por su parte, su homólogo de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón, argumentaba otro tanto: «Tengan por seguro que no escatimaremos esfuerzos ni recursos para sofocar el incendio en Arteaga, Coahuila, que hoy afecta también a nuestro estado, en San José de las Boquillas, en Santiago».

Sin embargo, la topografía del lugar, de difícil acceso, entorpece las labores de los brigadistas. La posibilidad de que el fuego se expanda aún más es amplia y se analizan diferentes estrategias de contención. Las enormes columnas de humo resultaban visibles desde Saltillo y Monterrey. En esta última metrópoli, además, se reportó caída de ceniza.

No es la primera vez que la sierra de Arteaga es víctima de este tipo de sucesos, lo cuales generalmente son provocados por negligencia humana. Sobre las causas del actual, en primera instancia las autoridades manejaron la hipótesis de posibles motivos naturales, quizás un rayo. Sin embargo, pronto comenzó a circular en redes sociales el audio de un poblador de Arteaga que asegura que el fuego inició en la comunidad de La Pinalosa por cenizas de una carne asada. «De hecho el encargado de ahí es amigo mío y dijo “no wey, aquí el incendio empezó porque los habitantes de esta cabaña […] aventaron las brasas. Haz de cuenta que hicieron una carne asada, aventaron el carbón, lo dejaron expuesto y no se apagó. Empezó a soplar el viento y ahí empezó todo”».

Esta segunda versión no ha sido confirmada, pero las autoridades ya iniciaron las investigaciones.

Afectados exigen regresar

Las llamas todavía están lejos de extinguirse, pero muchos de los habitantes que tuvieron que abandonar o no pudieron llegar a sus propiedades por el incendio exigen que se levante el retén que les impide volver a sus predios.

«Tengo animalitos, tengo a mi hijo allí que no tiene qué comer, tengo a mi nuera; yo tenía gente preparada para que fuera a trabajar, a hacer brechas, a hacerle un cortado, y no anda nadie», se lamentaba Tomás Cerrero, uno de los ejidatarios.

El gobernador Miguel Riquelme aseguró que ya se preparaba el censo para calcular los daños y gestionar la ayuda necesaria. Asimismo, se le iba a permitir regresar a los lugareños apenas se comprobara que no había peligro en el perímetro. El retorno, además, se haría con la asistencia de elementos de seguridad.